Estas son las razones que te impiden perder peso, aunque te hayas puesto a dieta
Hacer el esfuerzo de ponerse a dieta y de hacer deporte para adelgazar puede no dar siempre los frutos que esperamos porque estemos cometiendo otros errores que nos impidan alcanzar nuestro objetivo.
Es algo que puede llegar a desesperarnos: esforzarnos en controlar nuestra alimentación y en hacer ejercicio físico con el objetivo de perder peso, y que esto no ocurra. Cuesta mucho ponerse a dieta. En realidad cuesta modificar cualquier pauta de alimentación, por pequeña que sea, del mismo modo que cuesta esquivar el sofá para ir al gimnasio a hacer ejercicio y a cansarnos (porque esto es lo que ocurre cuando hacemos deporte). Pero cualquier esfuerzo puede verse compensado si finalmente la báscula nos da una alegría y nos muestra un descenso en el peso, o sencillamente volvemos a entrar en aquellos vaqueros que se nos habían quedado pegados.
Si reconoces esta situación es muy posible que estés cometiendo sin saberlo alguno de los errores que te indicamos a continuación, y que ellos sean los responsables de que tus esfuerzos no se vean recompensados.
Excederte en las porciones
Que un alimento sea saludable no implica que no tenga un alto aporte calórico o que podamos comer de él cuanto queramos sin que quede reflejado en la báscula. Damos por hecho que si tu objetivo es reducir peso ya has eliminado de tu alimentación aquellos productos que son ultraprocesados o azucarados, pero cuando queremos adelgazar esto no es suficiente.
Para bajar de peso hay que añadir al ejercicio físico y a la buena elección de los alimentos conseguir un déficit calórico, que requiere un control de las porciones y del número de calorías que ingerimos a lo largo del día.
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Un buen ejemplo de alimento saludable del que no debemos prescindir aunque estemos a dieta son los frutos secos, una fuente de nutrientes que nos llena de energía, pero que puede disparar nuestra ingesta de calorías si no controlamos las porciones.
Dormir pocas horas
Es posible que estés durmiendo menos de lo que necesitas sin darte cuenta, ya sea por estrés, por trabajo o por tu propio ritmo de vida. Y en contra de lo que pudieras pensar, dormir poco no solo no te ayuda a adelgazar sino que puede hacerte subir de peso.
La falta de sueño altera hormonas como la grelina y la leptina que afectan a nuestro apetito, y son capaces de aumentar nuestra sensación de hambre hasta un 25%. Además, si dormimos poco reducimos el gasto energético como consecuencia de una excesiva disminución de uestra temperatura corporal.
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No comer lo suficiente
Uno de los principales que cometemos cuando iniciamos una dieta es que las ganas de perder peso nos hagan eliminar demasiados alimentos de manera innecesaria. Cuando una dieta es demasiado limitada puede ocasionarnos varios problemas, como tener una carencia de nutrientes. Además una dieta demasiado estricta es demasiado difícil de seguir, hace que nuestro organismo se estrese y genere cortisol, una hormona responsable del aumento de peso.
A la hora de hacer dieta, ponte siempre en buenas manos para no sufrir ningún déficit nutricional y poder conseguir tus objetivos de forma saludable.
Recompensarte más de la cuenta
Que te recompenses en sí mismo no es un error, pero sí que te excedas al hacerlo. Sin embargo, no es algo que se pueda hacer de cualquier manera, a menos que quieras dar al traste con todos tus esfuerzos. Claro que te mereces un premio, pero procura reservarlo para algún momento del fin de semana, no para todo el fin de semana y menos para cada vez que salgas del gimnasio, porque es posible que añadas a tu cuerpo más calorías de las que has perdido haciendo ejercicio.
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