Picor, escozor, dolor e, incluso, sangrado al defecar. ¿Reconoces los síntomas? Efectivamente, se trata de las hemorroides, un suplicio para aquellos que las sufren, cerca de un 40%. Sin embargo, este trastorno tan común ha pasado a engrosar la lista de las palabras ‘tabú’ y muchas personas prefieren sufrirlas ‘en silencio’. Los especialistas opinan que se debe tanto por la zona dónde se originan como por el dolor y la incomodidad que provoca el postoperatorio. Actualmente, la medicina se ha beneficiado de alternativas a la cirugía convencional que resultan más rápidas, menos costosas y, sobre todo, menos dolorosas para el paciente.
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¿Qué son las hemorroides?
Popularmente conocidas como ‘almorranas’, son dilataciones de las venas de los plexos venosos de la mucosa del recto o del ano. El sistema de drenaje de esta zona carece de válvulas, y, por ello la posición erecta del hombre aumenta la presión en el interior de las venas hemorroidales y, por lo tanto, predispone a la enfermedad hemorroidal. Pueden ser internas (se localizan dentro del orificio anal ) y externas (algunas de ellas se prolapsan –salen fuera- y no pueden reintroducirse, provocando una trombosis de la vena hemorroidal y un intenso dolor).
Según explica el doctor Alfonso Serralta, del Hospital Vithas Nisa Virgen del Consuelo, "se pueden clasificar según su gravedad en leves, causando molestias ocasionales, o tan graves que impidan la vida normal". Existen cuatro niveles de gravedad. "El III y IV son los que requieren intervención quirúrgica, que recibe el nombre de hemorroidectomía", añade. Sin embargo, la intervención dependerá de las molestias que le ocasione al paciente.
"Como las hemorroides no se malignizan y, difícilmente, presentan complicaciones importantes, la cirugía se reserva para aquellos casos en que la sintomatología del paciente lo justifica: inflamación o dolor; sangrado frecuente, bultos anales... Antes de indicar la cirugía, en algunos grados iniciales de hemorroides se pueden aplicar terapéuticas mínimamente agresivas, como ligaduras con bandas elásticas, que son eficaces en un alto porcentaje de los casos", señala el doctor Xavier Centeno, especialista en cirugía general y digestiva del equipo de Quirúrgica, cirujanos asociados.
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¿Por qué aparecen hemorroides en el embarazo?
"Las hemorroides tienen un importante componente hereditario", apunta el doctor Xavier Centeno. Pero también las pueden favorecer o agravar el estreñimiento, eproblemas vasculares, obesidad, sedentarismo, la mala circulación, realizar esfuerzos o algunos medicamentos. Pero es, sin duda, el embarazo, uno de los factores de riesgo más conocidos.
Las hemorroides en el embarazo aparecen por la presión que ejerce el útero al crecer, por el estreñimiento y por la acción de la progesterona. Son más comunes a partir del tercer trimestre y más frecuentes en personas que ya las hayan padecido antes. Pueden producir una ligera molestia, picor y hasta doler.
Para evitarlas, intenta no pasar muchas horas sentada. No te aguantes las ganas de ir al baño. Practica ejercicios de Kegel diariamente y camina todos los días. Si te duelen mucho, consulta con el médico.
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Cómo curar las hemorroides
Existen remedios caseros que pueden ayudarte a aliviarlas rápidamente. Sin embargo, como decíamos, cuando son muy graves e interfieren en tu día a día, es posible que tu médico te sugiera intervenirlas quirúrgicamente.
- Uso de pomadas y cremas: contienen ingredientes que alivian el dolor y el picor temporalmente. Consulta antes con tu médico, puesto que no puedes abusar de ellas.
- Toma fibra para el estreñimiento: come alimentos ricos en fibra para mejorar el ritmo intestinal. El objetivo, además, es que logres la regularidad al ir al baño, ya que te ayudará a disminuir el dolor.
- Haz ejercicio: evitar el sedentarismo es esencial para evitar la aparición de hemorroides. Es aconsejable que se practique siempre y se realice una actividad adaptada a la condición física de cada individuo.
- Límpiate con toallitas especiales o una esponja: el papel higiénico te hará más daño.
- Baños: puedes sentarte en el bidé y darte baños de agua fría, ya que ayuda a aliviar el dolor. No utilices agua caliente, que dilata las venas.
- Aplica una bolsa de hielo: te ayudará a reducir la inflamación.
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Cirugía de hemorroides
Su intervención se ha relacionado casi siempre con la cirugía convencional, que requiere anestesia general, ingreso hospitalario y un postoperatorio que puede prologarse hasta un mes. Debido a ello, muchos individuos posponen la visita al especialista agravando el problema. Pero, ¿cambiarían su actitud si conocieran la existencia de otras alternativas que garantizan el un posteoperatorio sin tantas molestias?
Tal como explica el doctor Alfonso Serralta, “ha hemorroidectomía es una cirugía que consiste en eliminar las hemorroides mediante bisturí. Su postoperatorio suele ser doloroso y desagradable. Es por ello que se ha desarrollado una técnica quirúrgica menos invasiva, llamada HAL-RAR (Hemorrhoidal Artery Ligationand and Recto Anal Repair)”.
“Esta técnica está basada en ligar (suturar) las arterias hemorroidales para disminuir el flujo de sangre, además de colocar la hemorroide en el recto. Todo ello sin heridas, ya que no se realizan incisiones ni extirpación, ofreciendo una serie de ventajas como la reducción del sangrado, menos dolor y molestias en el postoperatorio y una recuperación más rápida. Además, la tasa de complicaciones es muy baja”, puntualiza el especialista.
Los pacientes que pueden beneficiarse de esta técnica son aquellos que se encuentren entre los grados II y III o III y IV. Pero debido a que las hemorroides son una enfermedad muy variable según cada paciente, no todas las personas son candidatas al tratamiento de su problema mediante esta técnica. De ahí que sea necesaria la evaluación de un especialista.
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Láser quirúrgico
Otra de las técnicas es la cirugía con láser quirúrgico, que funciona como un bisturí pero mucho más preciso. Este tipo de bisturí no entra en contacto con el tejido dañado, puesto que se trabaja a unos cuatro centímetros de distancia. Así, la intervención es más precisa y se evita lesiones a los tejidos circundantes.
Suele hacerse con sedación y anestesia local para intervenir la zona afectada. Aproximadamente, una hora después de la operación, el paciente puede irse a su casa y se reducen considerablemente las molestias del postoperatorio, puesto que no hay daño en los tejidos adyacentes.
Si no son hemorroides, ¿puede ser cáncer?
La causa más probable de un sangrado al defecar son las hemorroides. Sin embargo, hay otras razones, por lo que siempre que se observe sangre en las heces, hay que consultarlo al médico. El cáncer de colon, por ejemplo, puede producir este síntoma.
Los especialistan insisten en que no se pase por alto una señal tan clara como el sangrado y, por supuesto, si en la comunidad autónoma existe el cribado de detección de sangre en heces, no saltarse esta prueba, ya que el diagnóstico precoz es esencial para aumentar la supervivencia en este cáncer.
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