Novedades en el 'running indoor': ¿conoces ya las cintas de correr curvas?

Se trata de unas revolucionarias máquinas sin motor especialmente diseñadas para mejorar el ritmo y la potencia de los corredores

Por Gtresonline

El running indoor es una excelente alternativa a salir a correr al aire libre cuando se carece del tiempo necesario o las condiciones climatológicas no son las más adecuadas para la carrera en el exterior. Correr sobre la cinta se trata de una de las actividades más practicadas en gimnasios y centros deportivos de todo el mundo, aunque antes de subirse a esta máquina se debe tener en cuenta ciertos aspectos para no cometer algunos de los errores más recurrentes sobre ellas. Y es que, aunque se trate de la misma práctica deportiva, muchas diferencias separan sus dos modalidades, motivo por el que, una vez más, la tecnología se ha puesto a las órdenes del deporte para que correr en el interior resulte una experiencia cada vez más similar a hacerlo de puertas hacia fuera gracias a la nueva generación de cintas curvas, toda una revolución en materia de fitness.

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Cuáles son sus principales beneficios

Con una pronunciada superficie cóncava, la principal característica de esta máquina es la de reproducir fielmente el movimiento en carrera, algo que es posible gracias a la ausencia de motor, siendo las piernas las encargadas de ponerlas en marcha. Un factor que nos hará mejorar en numerosos aspectos (como potencia, velocidad, resistencia, agilidad, la propiocepción, equilibrio y coordinación) de forma más segura, atractiva y eficaz. El arranque se hace ‘en frío’ ya que se comienza andando en la parte delantera de la plataforma para acelerar el ritmo, crear inercia y empezar a correr cuando nos sintamos cómodos y estables sobre ella. Con nuestras propias zancadas generaremos la energía que la impulsen sin necesidad de tener que pulsar un botón para aumentar o disminuir la velocidad y ayudándonos a conseguir un ritmo de carrera óptimo.

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Algunos de los modelos del mercado permiten varias posiciones y además de realizar un entrenamiento cardiovascular más completo y con un mayor gasto calórico (en torno al 30% más) al ser nosotros los que movemos la cinta, por sus características es ideal para la rehabilitación de lesiones y para mejorar la movilidad en personas mayores o con alguna limitación motora. Entre otras de sus ventajas, destacan la de contribuir a mejorar la técnica de carrera, mejorar la pisada y proteger las articulaciones de los impactos.

Por otra parte, la ausencia de motor se traduce tanto en un importante ahorro en costes eléctricos (tanto en empresas como en particulares) como en un menor impacto en la huella de carbono, por lo que, además, significan una importante opción a tener en cuenta en la lucha por el medio ambiente.

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Recomendaciones previas

Con una amplia gama de modelos en el mercado, uno de los principales aspectos que debemos tener en cuenta antes de subirnos en una cinta curva es que suelen estar pensadas para corredores de un cierto nivel que entrenan para mejorar sus marcas. La manera de movernos sobre ellas es muy diferente que en cualquier otra máquina convencional, ya que para moverla se emplean más grupos musculares y el desgaste es mayor, por lo que puede que no sea la opción ideal si lo que necesitas es tan solo andar.

Asimismo, debido a su peculiar diseño, estas máquinas no están pensadas para todos los cuerpos, de modo que pueden suponer un inconveniente si tienes sobrepeso. Su resistencia es menor y suelen soportar un máximo de 170 kilogramos. Además, en comparación con otras cintas, la superficie de pisada es más estrecha, lo que puede suponer un problema para algunas personas.