A medida que vamos cumpliendo años nuestro organismo va cambiando, y es cierto que maduramos y sabemos hacer frente a la vida cada vez con más sabiduría gracias al camino andado. Como también es cierto que la sociedad actual ya no es lo que era, y que ahora cuando tienes más de 40 puedes seguir haciendo muchas cosas de la misma manera (o mejor) que las hacías a los 30.
Pero el envejecimiento del cuerpo (llamémoslo así, sin rodeos) no se detiene, y por muy joven y vital que te sientas, se producen cambios que impiden que entrenes ahora tal y como lo hacías cuando tenías 20 años.
Esto no significa, ni mucho menos que debas dejar de hacer deporte o reducir la frecuencia y la actividad, porque aunque no se pueda detener el paso del tiempo, sí se puede aumentar y mejorar la calidad y esperanza de vida. Pero es necesario conocer bien cuál es tu forma física real para hacer deporte de manera segura, evitando posibles lesiones y sobreesfuerzos que puedan desanimarte más que motivarte.
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No te saltes el calentamiento
No es momento de jugártela empezando a entrenar en frío. En realidad nunca lo es, pero los riesgos de dolores y lesiones aumentan con los años, y el calentamiento es una parte tan importante de tu actividad física como el resto, así que dedícale el tiempo que sea necesario. Además, calentar y estirar tus músculos también suma a la hora de ponerte en forma y mejorar tu figura.
Los ejercicios de cardio, por ejemplo, además de servir como calentamiento y de acelerar tus pulsaciones, te ayudan a perder grasa y a mejorar tu salud cardiovascular, ayudándote a regular los niveles de colesterol en sangre y protegiendo tu corazón y el estado de las arterias. Correr, caminar a buen ritmo la elíptica o nadar son perfectos para poner tu cuerpo a punto. Del mismo modo, cualquier ejercicio de calentamiento que hagas para aumentar la flexibilidad mejorará el desarrollo de tus músculos, tu metabolismo y tu circulación sanguínea.
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Sí a las pesas
Es necesario desterrar desde ya la idea de que el trabajo con pesas va a muscular tu cuerpo de manera antiéstética o desproporcionada. Los cuerpos trabajados y musculados que se consiguen con la halterofilia son el resultado de un propósito muy concreto que exige una alta disciplina en entrenamientos de tipo muy concreto y que van acompañados de una rutina muy estricta en hábitos como la alimentación y el descanso.
Cuando cumplimos años la pérdida de masa muscular aumenta y esto favorece, entre otras cosas, que nuestro metabolismo se ralentice. Un entrenamiento con pesas bien diseñado y adaptado a ti está lleno de ventajas porque te ayuda a corregir malas posturas, fortalecer los huesos, disminuir dolores físicos, incrementar la densidad ósea y, además, perder grasa.
Yoga y pilates para principiantes
Si antes no le habías prestado mucha atención a la importancia de hacer deporte y es ahora cuando por fin descubres que no puedes pasar ni un día más sin ponerte en forma puedes empezar a hacerlo con disciplicas como el yoga y el pilates. Son una excelente manera de trabajar el equilibrio y la fuerza, estirar y tonificar los músculos y aumentar la flexibilidad. Busca aquel deporte con el que te sientas a gusto y piensa que cada día que entrenas cuenta, y mucho, para tu salud y bienestar, tanto presente como futuro.
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