Cuando hablamos de los nutrientes, como vitaminas y minerales, que nuestro organismo necesita, no solemos prestarle mucha atención al selenio. Sin embargo, es vital que contemos con él en los niveles adecuados para proteger nuestra salud y evitar posibles enfermedades. Podemos obtenerlo sin problemas con una correcta alimentación, y en determinados casos se puede recomendar tomar algún suplemento, pero siempre bajo supervisión médica.
El selenio es un poderoso antioxidante que previene el daño celular que causa la oxidación de radicales libres. Junto a las vitaminas C y E previene el envejecimiento celular y las posibles enfermedades crónicas que de él se derivan, como cardiopatías y cáncer. También juega un importante papel en el funcionamiento de nuestro sistema inmune, porque es fundamental para la formación de glóbulos blancos.
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Hay estudios que señalan la relación que existe entre el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y unos niveles bajos de selenio en el organismo. Otros estudios lo relacionan con el estado de ánimo y cómo su carencia puede favorecer una sintomatología depresiva.
El selenio, además, ayuda a evitar los desequilibrios de la glándula tiroides porque es esencial para la regulación de las hormonas tiroideas. Se le relaciona con un aumento de la fertilidad masculina, por lo que no está de más tenerlo en cuenta si estás buscando un embarazo. Así que el selenio no debe faltar en nuestro organismo por todas estas razones, además de por otras como que ayuda al metabolismo de grasas y lípidos, y que favorece el crecimiento del cabello y de las uñas.
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Carencia y exceso de selenio
Se recomienda ingerir unos 55 gramos diarios, y los síntomas más comunes que provoca la falta de selenio son fatiga, estrés, debilidad muscular, debilidad del cabello y uñas, problemas en la piel y propensión a contraer infecciones. Aunque es poco habitual, cuando hay una deficiencia prolongada de selenio se puede desarrollar la enfermedad de Keshan, que afecta a la fertilidad masculina y al corazón; o la enfermedad de Kashin-Beck, una clase de artritis que afecta al movimiento de las articulaciones causando dolor e inflamación.
Pero como lo ideal es siempre el equilibrio, cuando se produce una sobredosis de selenio nuestro cuerpo reacciona de forma negativa y podemos sufrir náuseas, diarrea, problemas en el sistema nervioso o decoloración de los dientes.
¿En qué alimentos podemos encontrarlo?
La cantidad de selenio que podemos encontrar en los alimentos va a depender de la cantidad que haya en el suelo donde crecen las plantas o se crían los animales. Las fuentes más abundantes de selenio están en los mariscos, víscera y carnes como las de pavo y pollo, auqnye también las de cerdo y de cordero.
Las nueces de Brasil son también una importante fuente de selenio, al igual que las semillas de mostaza y de girasol. El ajo, los huevos, el pan de trigo entero, la avena, al cebada y el arroz, los mariscos como las ostras, y pescados como el salmón, el atún y el bacalao nos aportan también una buena dosis de este mineral.
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