Tus chequeos de salud también deberían incluir la visita al psicólogo
Cada vez son más las personas que comienzan a cuidarse, desde las perspectiva de la salud, a nivel mental y no solo a nivel físico.
Parece que por fin hemos superado el miedo a hablar y a tratar los temas emocionales, y a día de hoy acudir al psicólogo no es ningún tabú. Ahora ya no es un tabú reconocer que las cosas no marchan bien y el miedo a ser tachados de débiles ha dado paso a buscar una solución que nos ayude a acabar con nuestro malestar, y eso incluye hacer una terapia psicológica. Aunque también es cierto que queda mucho por hacer y que en determinados entornos sigue sin estar bien viso recurrir a un profesional cuando los problemas internos nos acechan.
En cualquier caso, hablar de una depresión es algo posible gracias a los avances que hemos hecho como sociedad y, entre otras cosas, a la visibilización que han hecho de esta enfermedad multitud de personas influyentes y famosas, que no han tenido reparo en admitir que han pasado por ahí y que han pedido que la normalización de un problema que afecta a millones de personas.
Y parece que, por suerte, la cosa no acaba aquí, y empezamos a considerar tan importante revisar nuestra salud mental como hacemos con la de nuestro cuerpo. Si consideramos necesario hacernos una analítica cada seis meses o cada año, ¿qué tiene de raro que nos hagamos una revisión de nuestras emociones y de la salud de nuestros pensamientos cada cierto tiempo?
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Los beneficios de ir al psicólogo
La educación emocional sigue siendo una de las grandes carencias de nuestra sociedad, porque aunque ya nos permitamos hablar de ello en voz alta, lo cierto es que aprender a gestionar los pensamientos y las emociones puede llegar a ser complicado, y ahí es donde entra en juego la labor del psicólogo.
Una terapia debería ofrecernos un espacio segurizante y de confianza, en el que poder expresar con libertad lo que sentimos y pensamos, sin miedo a ser juzgados. El mero hecho de hablar en estas condiciones evita un silencio respecto a los temas que nos preocupan, y disminuyen así nuestros niveles de estrés y de ansiedad. Cuando expresamos nuestras emociones negativas, estas parecen alejarse de nosotros, por lo que nos sentimos más liberados.
Además, un buen terapueta puede ayudarnos a adquirir las herramientas que necesitamos para lograr gestionar de manera efectiva y positiva aquello que nos preocupa y nos produce malestar. Si logramos aprender a manejar estas emociones estaremos creciendo como personas, algo que nos hará sentir bien.
Dar el paso de verbalizar aquello que nos ocurre permite que no solo lo escuche nuestro terapeuta. Expresar nuestras preocupaciones en voz alta es el último paso de un proceso interior que nos conduce al autoconocimiento y a descubrir qué aspectos de nuestra vida son los que deberíamos cambiar.
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Cada cuánto deberíamos visitar al psicólogo
No es necesario acudir al psicólogo solo porque tengamos un problema evidente que resolver. Una visita a tiempo, de manera regular, puede ser la clave que evite que dificultades latentes se conviertan en auténticas preocupaciones, al tiempo que nos permite revisar cómo nos sentimos y en qué punto estamos de nuestra vida, para así poder tomar las mejores decisiones al respecto.
Si ya has pasado por una terapia sabes que estás suelen suponer una visita al psicólogo una vez por semana, aproximadamente, y que pueden extenderse en el tiempo son fecha. Pero si ya no estás en terapia y no tienes necesidad aparente de volver, mantener una visita espaciada cada seis meses o un año puede hacerte mucho bien, ya que te permite evaluar cómo te encuentras con respecto a los problemas pasados y evitando posible problemas futuros.
Y si nunca has hecho terapia y tampoco crees que la necesites, puedes igualmente darte el gusto de revisar que todo en tu cabeza y en tus emociones está en orden. Y si no es así, es una buena forma de descubrir qué aspectos de tu vida no están tan bien como creías y cómo puedes solucionarlo.
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