Qué debo cambiar en mi alimentación para cuidar el medio ambiente
Reeducir el consumo de carne y buscar la proximidad a la hora de comprar fruta y verdura son algunos de los consejos que da la ONU para ayudar a frenar la crisis climática.
La solución a la crisis climática pasa por todos nosotros e implica numerosos aspectos de nuestro día a día. Como consumidores, tenemos una gran responsabilidad individual que repercute en un fin mucho mayor que es salvar al planeta del desatre ecológico en el que se sumerge cada vez más.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha puesto el foco de manera reciente en nuestro modelo alimentario, y es contundente al afirmar que debemos cambiarlo, y que no solo ha de hacerlo la industria, sino también los consumidores. Si tomamos un papel activo y seguimos sus indicaciones, los beneficios ambientales podrían apreciarse a gran escala.
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Aumenta el consumo de vegetales, pero no todo vale
Así lo exige el futuro del planeta y también tu salud. Una dieta saludable tiene como base un alto consumo de frutas, verduras y cereales integrales, pero es que, además, debemos priorizar su consumo por una cuestión de sostenibilidad. Lo que ocurre es que para conseguir esto último no sirve cualquier vegetal. Si hablamos de frutas y verduras, hemos de acudir siempre a aquellas que son de temporada y que se cultiven teniendo en cuenta la porximidada. Esta es la única forma de reducir la huella de carbono al hacer la compra, así que olvídate de las frutas exóticas y tropicales, a menos que sepas que ya se cultivan cerca de ti.
En cuanto a los cereales, la clave está en optar por la variedad, priorizando aquellos que mejor se adaptan al cambio climático, como las leguminosas, la cebada o el centeno.
Menos carne y más sostenible
Aumentar el consumo de vegetales nos permite reducir el de carne, que es uno de los alimentos básicos de nuestra dieta, en contra de las recomendaciones de la ONU. De hecho, según los expertos, consumimos muchas más proteínas de las que necesitamos (hasta un 70%). No es necesario hacerse vegetariano o vegano, aunque siempre es una opción. Pero bastaría con reducir significativamente el uso de la carne en nuestra cocina y comprar solo aquella que se ha producido de manera sostenible. La ganadería alimentada con pasto cuida del bienestar del animal y ayuda a combatir la crisis climática. En el caso del pescado ocurre lo mismo, y existen formas de saber que se está gestionando de manera sostenible a través del Estándar de MSC.
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Di adiós al plástico
Nuestra responsabilidad no acaba en la elección de la comida, sino que también debemos prestar mucha atención al empaquetado de los alimentos. El uso indiscriminado de plásticos por parte de numerosas cadenas de supermercados es cada vez más criticado por los propios consumidores, que son cada vez más conscientes del daño que hacen al planeta al transformarse en residuos.
Puesto que los productos que más cantidad de plástico llevan en su envasado son los procesados y ultraprocesados, ya tenemos otra buena razón para apartarlos de nuestro carro de la compra. Eligiendo productos frescos siempre será más fácil controlar y evitar el uso de plástico para envolverlos.
Evita tirar la comida
Es el último paso de la cadena y también necesita de nuestro compromiso. Los residuos de comida suponen un gran impacto para el medio ambiente que podemos evitar si planificamos de manera responsable nuestros menús, en lugar de comprar cantidades excesivas de comida que no vamos a necesitar. La mayoría de lo que tiramos en nuestros hogares es comida que pensabámos tomar en casa, lo que supone un problema moral además de un derroche de energía y agua.
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