Así es un ataque de ansiedad y estas son las claves para controlarlo
Conocer los síntomas de un ataque de ansiedad e identificarlos si nos ocurre es la mejor forma de controlar la situación y hacer que pase cuanto antes.
Quien lo ha padecido lo sabe bien: un ataque de ansiedad puede aparecer en cualquier momento y lo va a hacer sin avisar. Puedes estar paseando por la calle, haciendo la compra o disfrutando de una obra de teatro cuando tu corazón comienza a acelerarse, te cuesta respirar y comienzas a sentir algo parecido al pánico. Más del 10% de la población ha sufrido en alguna ocasión un ataque de ansiedad, por lo que es bastante probable que sepas de lo que hablamos o que conozcas a alguien que haya pasado por esa situación.
Cuando sentimos ansiedad por algo que podemos identificar, como la inquietud que nos supone hacer una entrevista de trabajo, es más fácil reconocer lo que nos está pasando e intentar controlarlo por todos los medios. Pero los ataques de ansiedad o de pánico llegan sin avisar, sin un motivo concreto en apariencia, y eso es lo que provoca que nos cueste identificar los síntomas y que nos invada la sensación de miedo. Es decir, uno de los síntomas de un ataque de ansiedad es la taquicardia, lo que puede llevarnos a pensar que estamos sufriendo un ataque al corazón, y este miedo hará que se intensifiquen todos los síntomas, incluida la taquicardia.
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Los principales síntomas de un ataque de ansiedad
Los síntomas suelen aparecer de forma súbita y se manifiestan con intensidad durante diez minutos aproximadamente. Pasado ese tiempo empiezan a disminuir, pero aunque parezcan pocos minutos, para la persona que lo sufre se hacen eternos y llegan a dispararse toda clase de miedos en su cabeza.
Aunque no tienen por qué darse todos a la vez, los síntomas son variados, y los más habituales son falta de aire, taquicardia, palpitaciones y sudoración. Puede aumentar la temperatura corporal y experimentar temblores en el cuerpo; en ocasiones nos vemos desde fuera (despersonalización) o presenciamos lo que ocurre a nuestro alrededor como si no fuera real (desrealización). Cuando alguno de estos síntomas aparecen se puede tener miedo a perder el conocimiento, el control o incluso a morir. Las sensación de entumecimiento corporal, sofocos y opresión torácica también pueden producirse.
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Qué se puede hacer ante esta situación
Los ataques de ansiedad son una reacción de alarma de nuestro cerebro ante algo que no va a suceder, pero que se manifiesta con todas sus fuerzas, y llegar a controlarlo es realmente complicado porque ante el miedo que experimentamos no hacemos sino que magnificar los síntomas. Si somos capaces de detectar que estamos sufriendo un ataque de ansiedad podemos enviar a nuestro cerebro señales que le indiquen que no hay ningún peligro a la vista, aunque no resulte fácil. Por otro lado, aprender a realizar una respiración profunda, que nos permita que el aire llegue hasta el abdomen, hará que disminuya la sensación de taquicardia y podremos recuperar antes y mejor la calma.
Si nos encontramos con alguien que comienza a sufrir uno de estos ataques también podemos serle de gran ayuda. Mantener la calma e intentar conversar con tranquilidad, a pesar del miedo de la otra persona, le hará más fácil desviar la atención de lo que le está ocurriendo a su cuerpo, por lo que es importante lograr que hable y se comunique para así poder despistar a su cerebro.
No magnifiques los síntomas y ayúdale a entender que a pesar de sus sensaciones no le va a pasar nada y que el episodio va a llegar a su fin en cualquier momento sin ninguna repercusión. Del mismo modo, intenta demostrarle que lo que le está pasando no es visible para el resto de personas que están alrededor y procura que así sea, evitando llamar la atención para no hacer que el afectado se sienta, además, el centro de todas las miradas.
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