Qué hacer antes de que las redes sociales te 'absorban' por completo

Las redes sociales han supuesto toda una revolución en nuestras vidas que en muchos casos se ha transformado en una adicción de la que es posible escapar.

Por Cristina Soria

No vamos a negar que las redes sociales se han integrado en nuestra vida hasta tal punto que no concebimos que no formen parte de ella. Es cierto que todos conocemos a alguien que aún no se ha dejado seducir por el embrujo de Instagram o que no sigue la actualidad de la forma más inmediata a través de Twitter. 

Pero hay que admitirlo, son la minoría y aún les miramos con cierta incredulidad. Porque para los más adictos a las redes, se trata de una experiencia comunicativa y expresiva que hay que vivir, aunque se acerque cada vez más el momento y las razones para desengancharse. La más visible es que nos ocupan casi la mitad del tiempo que pasamos en línea (más del 30%) y eso es algo que influye negativamente en nuestro bienestar.

Un exceso de actividad en redes sociales afecta a la salud

Y parece que al fin nos empezamos a dar cuenta de ello, pero solo en parte, porque la mayoría de usuarios de redes sociales desconoce las repercusiones que tienen en su día a día. La pérdida de calidad del sueño es inmediata cuando antes de acostarnos por la noche sentimos la necesidad de revisar nuestras cuentas, compartir una última foto y dejar likes y comentarios a las publicaciones de nuestros contactos.

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Las pantallas que utilizamos (teléfono, tablet, ordenador…) emiten una luz azul de ondas cortas que puede retrasar nuestra hora de conciliar el sueño, reducir la etapa de sueño REM o anular nuestra capacidad de alerta matinal. Si se trata de una costumbre que tenemos cada noche antes de acostarnos puede tener efectos a largo plazo, como insomnio crónico, que aumenta las posibilidades que tenemos de padecer problemas de salud. Procura abandonar cualquier tipo de pantalla al menos una hora antes de ir a dormir para garantizarte un buen descanso y eliminar las posibles consecuencias negativas para tu salud.

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Nuestro ánimo y bienestar emocional también se ve afectado por el uso indiscriminado de las redes sociales, ya que la gran trampa de este mundo aparentemente hiperconectado es que puede producir un efecto de aislamiento y de falta de contacto real con otras personas que nos suma en un estado de tristeza y soledad.

No tienes que dejar de alimentar tus relaciones por esta vía, pero asegúrate de priorizar el tú a tú en persona ,y queda con esa gente que quieres para ver cómo os va la vida y disfrutar de ella sin necesidad de un filtro de Instagram.
Hay un tercer efecto en nosotros que se conoce como FOMO, que se traduce como “el miedo a perderse algo” y es la consecuencia de la distorsión de la realidad que nos ofrecen las redes sociales, en las que la mayoría de personas muestran una versión idílica y distorsionada de sus vidas, que puede hacernos creer que la nuestra está vacía y falta de experiencias, generando una sensación de ansiedad por hacer cosas apasionantes que nada tiene que ver con la realidad.

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Tómate un descanso (sin eliminar tus cuentas)

Existen formas de coger aire y tomar una nueva perspectiva de los que las redes sociales nos aportan sin necesidad de hacer borrón y cuenta nueva. Una de las cosas más sencillas de hacer, siempre que lo tengas claro, es delimitar unos momentos del día para navegar por redes, y no permitir que eso ocurra en cada pequeño espacio que tengas a lo largo de la jornada. Y, por supuesto, procura que ese momento no sea justo antes de ir a dormir.

Esto te servirá para limitar tanto el tiempo que empleas en el uso de la tecnología como en el de las redes sociales. Márcate un objetivo realista y descubre cómo puedes vivir (seguramente mejor) sin estar pendiente de likes, comentarios y actualizaciones de todo tipo.

Desactiva las notificaciones, para que no invadan tu atención y piensa en todo aquello que te apetece hacer de verdad cuando tienes tiempo libre, como leer, salir o hacer ejercicio, y llénate de experiencias reales que harán tu vida más libre, saludable y feliz.

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