En los últimos tiempos parece que por fin nos ha quedado claro cómo el consumo desmesurado de plástico de un solo uso está contribuyendo con fuerza a la destrucción del planeta, contaminando mares y océanos, y acabando con todo tipo de especies animales. Por eso no solo hemos de reducir al máximo el consumo de este material, sino que hemos de evitar que si lo hacemos nos aseguremos de estar utilizando plástico reciclado. Dar salida al plástico es una responsabilidad de todos que puede convertirlo en un producto de uso circular que evite que millones de toneladas acaben en el mar en forma de deshecho contaminante.
Pero recientemente parece haber cogido fuerza un rumor que asegura que este tipo de plásticos, como los que se utilizan en el agua envasada, entrañan riesgos para la salud del consumidor. La Plataforma Envase y Sociedad, junto a otros colectivos que trabajan por la protección y cuidado del medio ambiente, se han apresurado a aclarar esta idea, y aseguran que el plástico reciclado destinado a la alimentación es completamente seguro para su uso.
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No todos los plásticos son iguales
Pero esto también ocurre con los que no proceden de plástico reciclado. Cada plástico tiene su propia aplicación, y el destinado para el envasado de alimentos, el PET, es seguro al 100%. En general lo encontramos como envase de bebidas, aceites, agua… y están regulados por la legislación correspondientes, que garantiza la seguridad de los consumidores. En la Unión Europea los controles que se realizan son muy estrictos y garantizan que los envases son óptimos para su uso y que están libres de cualquier componente tóxico o contaminante.
Este tipo de plástico, PET (Tereftalato de polietileno) se puede reciclar perfectamente si lo depositamos en el contenedor amarillo, y también reutilizar siempre que lo limpiemos antes de cada uso por motivos de higiene.
- El HDPE (Polietileno de alta densidad) es más rígido y se emplea en bolsas de plástico, botellas de leche, en garrafas, pero también en envases de detergentes y otros productos de droguería. También se puede reciclar y reutilizar siempre que se cumplan las normas de higiene.
- El LDPE (Polietileno de baja intensidad) también es seguro y se puede reutilizar, pero no siempre se puede reciclar. Se utiliza, por ejemplo, en botellas para el agua y bolsas de plástico.
- El PVC (Polivinilo), en cambio, no se puede reciclar ni reutilizar, por lo que es conveniente evitar su consumo siempre que sea posible. Se utiliza en envoltorios de alimentos, juguetes, mangueras o tuberías.
- El PP (Polipropileno) es el que encontramos en los envases de la mantequilla, en los yogures o en la pajitas. Es un tipo de plástico resistente a la humedad, la grasa y el calor. Es reciclable y se puede reutilizar con total seguridad.
- El PS (Poliestireno) es muy contaminante y lo ideal es evitar su uso ya que perjudica seriamente al medio ambiente. Se emplea en alimentación para envasar comida rápida, como las hamburguesas.
Todos estos tipos de plástico vienen indicados en cada producto dentro del triángulo de flechas verdes, y reconocerlos y distinguirlos nos ayuda a darles un mejor uso y un posible reciclaje.
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