El sedentarismo es uno de los males de la sociedad actual y que tiene serias repercusiones sobre nuestro bienestar físico y mental. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) al menos el 60% de la población sigue un estilo de vida sendentario, un porcentaje que resulta cuanto menos alarmante.
Una mala alimentación, hábitos como el alcohol y el tabaco, y la falta de ejercicio nos encaminan a sufrir enfermedades como la diabetes tipo 2, a que aumente nuestra tensión arterial o a padecer mayores crisis de estrés en nuestro día a día.
Una de las principales causas de sedentarismo está en la creencia de que llevamos una vida físicamente activa solo porque pasamos muchas horas en el trabajo e invertimos mucha energía en el cuidado de la casa y otros quehaceres. Pero todo eso no implica que no estemos siendo sedentarios.
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Detecta si llevas un estilo de vida sedentario
La evidencia más clara es que, por mucho que no pares en todo el día, no realizas de forma regular algún tipo de deporte o ejercicio físico, que implique una constancia y que se ajuste a unos objetivos de salud determinados. Esto, además, repercute en algo que se hace muy evidente si te detienes a observar el estado de tu cuerpo, y es que te cansas enseguida: ir a hacer la compra puede resultarte una actividad extenuante, o caminar un día dos manzanas más de lo habitual ya te supone un esfuerzo. Aunque parezca que el deporte puede cansarnos aún más, en realidad es una fuente de energía que nos permite hacer más cosas y mejor.
El estrés también se agudiza cuando no hacemos deporte y no conseguimos eliminar las tensiones adecuadas, entre otras cosas porque nuestro cuerpo está diseñado para moverse, y si no la hace se tensa a todos los niveles. El ejercicio físico nos permite segregar serotonina, la famosa hormona de la felicidad, que nos hace sentirnos más relajados y felices. Cuando no nos ejercitamos y no producimos la suficiente serotonina, somos más propensos a que permitir que el estrés se instale en nuestras vidas. Y esto nos conduce a otra consecuencia del sedentarismo, que es tener problemas para dormir, porque una persona sedentaria es más propensa a sufrir insomnio que una que no lo es.
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Empieza hoy a moverte
Según la OMS, un adulto sano (entre los 18 y los 65 años) debería realizar 150 minutos de deporte a la semana, combinando ejercicio físico y de fuerza. Para lograrlo lo primero que debes hacer es cambiar tu actitud y no planteártelo como algo temporal, porque lo más probable es que abandones tus buenos propósitos en poco tiempo. Esto no significa que debas ir al gimnasio a diario, pero sí que te lo tomes como un nuevo hábito que incorporar a tu vida, aunque vayas variando de actividad física a lo largo del tiempo.
Modifica algunos hábitos diarios, como bajarte antes del autobús para ir a cualquier sitio o prescindir del coche siempre que sea posible. Deja a un lado el ascensor y anímate a subir escaleras y aprovecha cualquier oportunidad que te permita moverte.
No pongas la falta de tiempo como excusa. Hay muchas formas de hacer ejercicio y seguro que encuentras una que se adapte a ti a tus horarios de trabajo. Si te lo propones en serio encontrarás tu momento y tu actividad, aunque al principio te resulte complicado y no sepas bien por dónde empezar. Pero los resultados merecerán la pena, y podemos asegurarte que en poco tiempo notarás los cambios y empezarás a notar la mejoría tanto en tu cuerpo como en tu ánimo.
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