Cómo evitar que la rutina del trabajo se transforme en estrés
Mantener la motivación para impedir que aparezca la ansiedad y trabajar se convierta en algo insoportable es posible siguiendo estas pautas. ¡Toma nota!
Es muy posible que te haya costado un esfuerzo mayúsculo volver a la rutina tras las vacaciones de verano. Lo más normal es que pasada la primera semana todo vuelva a la normalidad y no te suponga ningún estrés añadido ir a trabajar cada día, pero también puede que no, y es que al parecer más del 50% de los trabajadores en nuestro país sufren estrés laboral.
Este estrés puede deberse a numerosos factores, que en general están relacionados con la presión que nos autoimponemos o que nos imponen desde la empresa, la sensación de rutina y el cansancio acumulado. Para evitar que esto se transforme en el síndrome del burnout, reconocido oficialmente por la OMS (Organización Mundial de la Salud), y que no es sino el desgaste físico y emocional en el que puede derivar el estrés y la rutina laboral, son varias las cosas que podemos hacer.
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Haz deporte
Según tus horarios de trabajo y el nivel de responsabilidad que tengas tanto dentro como fuera de él es posible que pensar en hacer ejercicio te produzca estrés de por sí. Pero te animamos a que analices con objetividad qué opciones tienes y cuáles son los huecos disponibles a lo largo de la semana para hacer deporte.
Si tu empresa es de las que cuenta con un gimnasio dentro de sus instalaciones no hay excusa para que busques algunos huecos durante la semana para ir. Si no es así, hay muchas opciones: un gimnasio cerca de casa, Apps, hacer running, practicar yoga en un parque cercano… Te ayudará a dormir mejor, a enfermar menos, a tener más energía y más humor gracias al aumento de la producción de endorfinas.
Cuida lo que comes
Lo que comemos influye en nuestra energía y estado de ánimo. Una mala alimentación nos hará sentir más cansados y de peor humor, y en ocasiones ya no sabremos si es el trabajo lo que nos hace sentir mal o es nuestro malestar general el que nos impide estar bien en el trabajo.
Aparta de tu dieta los alimentos ultraprocesados, los que son ricos en azúcares libres (sobre todo la bollería industrial) y aumenta el consumo de frutas, verduras y cereales integrales. Si puedes, lleva tu propia comida al trabajo y acuérdate de tener siempre a mano snacks saludables que te mantengan alejada de la máquina de vending.
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Descubre las técnicas de relajación
Aprender a hacer meditación y practicarla a diario, cuando se es posible, es una de las mejores formas que tenemos de alcanzar un estado de relajación y paz, a través de la relajación y la respiración. Una vez que aprendes, solo necesitas de cinco minutos al día para sentirte en armonía contigo misma y con lo que te rodea, incluyendo el trabajo. De hecho, hay ejercicios de relajación que pueden realizarse en la silla de trabajo. En pocos minutos puedes hacer ejercicios de respiración y meditación que te ayudarán a continuar la jornada con relajación y sin perder el ritmo.
Aprende a sentarte bien
Puede parecer que la manera de sentarnos en la silla no tiene nada que ver con la rutina o el estrés, pero lo cierto es que una mala postura continuada afecta a nuestra salud y rendimiento, causándonos molestias físicas (incluso lesiones) y dificultad para desempeñar nuestro trabajo.
También van a influir en tu estado de ánimo las condiciones de ambiente y temperatura de tu espacio de trabajo, pero ahí normalmente tenemos menos oportunidad de generar cambios que nos repercutan en positivo.
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