Maltrato psicológico: señales de alerta del abuso que no deja huella física
No siempre es fácil identificar este tipo de abuso en la pareja. Por ello, consultamos a una experta que nos da las claves que nos ayudarán a identificar el maltrato 'que no se ve'
Cuando hablamos de maltrato, siempre pensamos en el abuso físico que ejercen algunas personas en sus parejas. Sin embargo, hay otro tipo de maltrato, más soterrado, menos evidente, que no se ve pero que deja secuelas graves en quienes lo padecen: el maltrato psicológico.
Es difícil que el entorno lo detecte. Y la persona que lo está padeciendo puede no darse cuenta de que es víctima de abuso. "Es difícil asumir que tu pareja, que dice que te quiere, te está maltratando psicológicamente. Se da por sentado que si hay amor no puede existir ningún tipo de abuso", indica la psicóloga Eva María González, psicóloga, sexóloga y terapeuta de pareja y familia, en Psicólogos-Sexólogos de Zaragoza. La experta afirma que se trata de una creencia errónea y advierte de que puede imposibilitar darse cuenta de un problema que "hay que atajar rápidamente".
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Qué es el maltrato psicológico
Si bien es cierto que cada persona tiene su particular forma de amar, en la que interviene su personalidad, sus actitudes y valores, sus creencias de qué es el amor, trastornos (si los hubiera), sus inseguridades, su historia afectiva previa, y que todo ello condiciona cómo entiende el amor, "hay cosas que son legítimas y otras que no lo pueden ser en la relación de pareja".
Por tanto, se puede definir el maltrato psicológico o abuso emocional en la pareja como un proceso que se da de forma continuada y mantenida en el tiempo, en el que la persona es humillada, insultada, infravalorada, manipulada o despreciada por la persona que se supone que le ama.
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Tipos e indicadores de maltrato psicológico
El abuso emocional puede darse de manera abierta o latente:
Maltrato abierto
- Es un maltrato que se presenta de forma evidente. Por ejemplo, con frases como: "Qué otra persona querría estar contigo" o "Eres una inútil".
- Puede haber insultos o críticas despreciativas
- Se pueden manifestar celos
- La manipulación o el control también puede ser un síntoma. Por ejemplo, controlar el móvil, a quién llama, con quién está, qué ropa viste, etc.
Otras conductas que se incluyen en el maltrato psicológico abierto son:
- Arrojar objetos: puede ser a la pareja o contra el suelo, dar golpes a objetos, portazos, romper cosas
- Celos y posesividad excesivos: controlar lo que hace y con quién está (preguntando constantemente, cogiéndole el móvil para revisar con quién habla, enfadarse cuando queda con determinadas personas…)
- Restringir recursos: impedir acceso al dinero o uso de tarjetas bancarias, prohibir el uso de redes sociales…
- Gritar, insultar, ridiculizar, despreciar a la pareja
- Amenazar con romper la relación, ignorar a la persona y retirarle el afecto (no querer hablar con ella, rechazar un beso, irse del lugar con ira).
- Impedir que vea a sus familiares o amigos o mostrar enfado si queda con ellos
- Amenazas de muerte o de agresión física
Maltrato latente
Tal como señala la especialista en psicología y pareja, se trata de un tipo de maltrato más sutil, que puede costar más de identificar por tratarse de un abuso indirecto donde se desprecian los pensamientos y conductas del otro o sus emociones (por ejemplo, mirar con desprecio cuando su pareja llora, reírse ante determinado comentario, ignorar cuando le están hablando…). Se atacan los gustos y se niegan sus pensamientos y emociones.
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El riesgo de los malos tratos
La persona sometida a maltrato psicológico o abuso emocional acaba siendo invisible, se siente así: sus gustos, sentimientos y necesidades han dejado de importar, no existe como persona; está deshumanizada. Además, apunta la especialista, "suele quedarse aislada de apoyo social, su vida gira alrededor de su pareja, que a la vez le recuerda que está sola y que nadie querrá estar con ella, lo que refuerza su sentimiento de soledad e impotencia".
No puede hacer nada para salir de esa trampa. Se ha creado tal relación de dependencia que no puede escapar, y esta dificultad aumenta a medida que haya pasado más tiempo de maltrato psicológico. Así pues su autoestima está por los suelos y su yo, su identidad personal, ha desaparecido. Aunque a veces, "el maltrato psicológico puede acabar en maltrato físico, en muchas ocasiones solo hay abuso emocional y no hay que infravalorar sus consecuencias devastadoras, ya que anulan a la persona", alerta la psicóloga.
Cómo se trata el maltrato psicológico
Dependerá de cada caso pero, normalmente, estos son los pasos que se aplican para que la persona se recupere. Además, es posible que necesite ayuda farmacológica en el caso de presentar ansiedad y depresión.
Ser consciente. Muchas veces, cuando alguien acude a consulta, no sabe que es víctima de este atropello ni siquiera en qué situación se encuentra. De hecho, afirma Eva María González, se puede plantear dudas sobre la relación de pareja e, incluso, acudir en busca de ayuda para saber si puede hacer algo para mejorarla. Por tanto, "el primer paso es que la víctima sea consciente de la situación que está atravesando".
Tenerlo claro. Otra de las partes de la terapia es que se tenga muy claro que en una relación sana de pareja existe apoyo y aceptación, en contraposición a la dependencia y el control, que distan mucho del amor en pareja.
Sentimiento de culpabilidad. Otro aspecto que hay que trabajar es el sentimiento de culpa, puesto que la persona que la ha maltratado psicológicamente le ha hecho ver que "le dice las cosas por su bien" y que "tiene ella la culpa de sus sentimientos y preocupaciones".
Recuperar el yo. En estos casos de abuso emocional la persona acaba totalmente anulada. No se trata simplemente de un problema de autoestima. Por ello, necesita recuperar su identidad personal, que le han ido arrebatando poco a poco. Al desintegrarse como persona, es frecuente que presente a su vez depresión y ansiedad y sea incapaz de expresar sus opiniones y sentimientos.
Eva María González, de Psicólogos y Sexólogos añade para concluir que en las relaciones sanas de pareja existe un deseo de compartir tiempo juntos, confianza y libertad, no hay desprecios ni manipulación o control. "El egoísmo, la dependencia y el control no es amor, aunque te digan que sí hay amor", concluye.
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