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La imagen que tenemos de nosotros mismos, el llamado autoconcepto, influye directamente en la manera en que nos desenvolvemos con nuestro entorno y nos aceptamos. En esta imagen entran en juego nuestras inseguridades, introyecciones y otros aspectos de índole emocional. Pero también, y de manera muy relevante, lo que vemos cuando nos detenemos frente al espejo. Nuestra imagen puede condicionar nuestra manera de enfrentarnos al mundo y algunas cuestiones como el peso o la alopecia son especialmente significativas en este sentido. "El pelo, desde nuestros ancestros hasta la actualidad, ha sido un signo de fortaleza, poder, juventud y confianza. Tener pelo o no y tenerlo de una determinada forma es un rasgo dominante se nuestra estética. Habitualmente la falta de pelo nos afecta más psicológicamente que otras afecciones estéticas", apunta Javier Pedraz, director médico de Insparya, clínica especializada en trasplante capilar.
"La falta de pelo (comúnmente conocido como alopecia) afecta de forma muy intensa a nuestra autoestima, estado de ánimo y a nuestras relaciones sociales. El problema de la alopecia puede llegar a ser muy incapacitante desde el punto de vista psicológico, ya que las personas con alopecia pueden llegar a perder en gran medida su autoestima, pueden caer en cuadros de ansiedad y/o depresión y pueden llegar a limitar sus relaciones sociales al máximo, hasta tal punto de no querer salir de casa", detalla.
Hoy en día poner freno a esta situación es más accesible de lo que era hace unos años gracias al amplio abanico de soluciones que existen para un problema de alopecia, desde el microtrasplante capilar hasta la aplicación de Plasma Rico en Plaquetas o mesoterapia capilar, nos explica el director médico, quien admite que los problemas de autoestima son uno de los empujes principales que lleva a los pacientes a consultar por los remedios para la caída del pelo. "No todos los pacientes expresan habitualmente cuánto se ven afectados por la alopecia, pero en cuanto profundizas un poco sobre el tema suelen manifestar cómo están de preocupados por su falta de pelo".
Paciencia y confianza
Las soluciones a este problema capilar existen, tal y como demuestran los casos de Insparya, pero hay que depositar confianza en el proceso y, sobre todo, tener paciencia, dos capacidades emocionales que también se ven disminuidas en casos de baja autoestima. "Sin tratamientos complementarios, los resultados se empiezan a ver a partir de los 4 meses, pero los resultados finales llegan entre los 12 y 18 meses. Con mesoterapia capilar o PRP podemos acelerar el proceso significativamente. Normalmente, cuando se hace un microtrasplante de unidades foliculares hay que ser paciente a la hora de esperar los resultados ya que no todos los pacientes son iguales, ni les va a crecer el pelo con la misma rapidez".
Un tiempo en el que de forma paralela al progreso físico, la autoestima se ve reforzada, tal y como nos cuenta Javier Pedraz: "Vemos habitualmente la mejora en la autoestima que manifiestan nuestros pacientes, lo cual supone una satisfacción mutua. En cuanto se empiezan a ver resultados, los pacientes suelen manifestar de forma espontánea la satisfacción que sienten con el tratamiento y lo contentos que están, ya que han solucionado su problema capilar e indirectamente todos los problemas derivados del mismo, como, por ejemplo, esa falta de autoestima y la baja confianza".
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