De las 24 horas que tiene el día, los gatos llegan a dormir hasta 16, y eso puede parecernos algo exagerado y hacernos pensar, incluso, que nuestro gato está enfermo. Lo que ocurre es que nosotros pensamos las 8 horas aproximadas que necesitamos para dormir, pero nuestros gatos, aunque convivan con nosotros, son realmente unos depredadores que siguen fielmente sus instintos.
Esta condición de depredadores condiciona la anatomía y la fisiología de los gatos, que están especialmente diseñadas para cazar. Y lo que un gato salvaje hace después de cazar una presa, tarea que exige muchísima energía, es dormir profundamente.
El gato con el que convives en casa no sale a cazar presas seguramente, pero conserva su instinto. Por eso al cazar cualquiera de sus juguetes se mueve empleando las mismas técnicas que si fuera a cazar una presa real, utilizando el acecho, la persecución, el abalanzarse sobre el juguete.. Además, este mismo instinto les hace estar en estado de alerta, con los niveles de adrenalina muy altos para mantener la tensión del cuerpo.
Esto hace que, aunque no haya cazado de verdad, nuestro gato se siente como si así hubiera sido, y se queda completamente agotado, por lo que necesita echar un sueñecito que le ayude a reponerse.
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Cómo es el sueño de los gatos
Los gatos tienen tanto un sueño ligero como un suelo profundo. El primero es una especie de sopor que puede durar un máximo de media hora. El sueño profundo, en cambio, puede llegar a las cinco horas.
Cuando están en el sueño ligero, los gatos adoptan una postura que les permite incorporarse de manera inmediata, y esto incluye que duerman con las orejas levantadas, muevan ligeramente la cola o tengan un ojo a medio abrir. Una vez más, es su instinto el que les hace descansar así, siempre atentos, siempre en alerta.
En cualquier caso esto no ocurre cuando el gato se encuentra en el sueño profundo. Ahí sí que deja que su cuerpo se relaje por completa, adopta una postura cómoda, y deja sus orejas caer.
La edad también influye en el sueño de los gatos. Durante la edad adulta es cuando menos duermen, mientras que los gatos pequeños y los ancianos son los que más horas de sueño necesitan. Pero, independientemente de su edad y de su carácter, cualquier gato necesita parar de repente y dormir para poder mantenerse activos mientras están despiertos.
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Los gatos no son animales nocturnos
En contra de lo que se piensa normalmente, los gatos prefieren dormir de noche, porque en realidad su instinto les hace ser crepusculares. Esto quiere decir que sus momentos de mayor actividad son el amanecer y el anochecer. Su visión es mejor que la nuestra, y en esos momentos del día, bajos de luz, ellos están preparados para ver con toda claridad a sus presas.
Aún así, es normal que pensemos que son nocturnos, ya que al atardecer se muestran muy activos, y a veces esa actividad puede prolongarse hasta el anochecer, pero en realidad ellos prefieren dormir de noche. Eso sí, por mucho que luego madruguen al día siguiente, la primera siesta del día nunca tarda mucho en llegar.
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