A veces la terminología de los productos del supermercado pueden acabar por confundirnos, ¿Cuántas clases de zumos existen? ¿Y son todos iguales? Lo cierto es que los términos con los que se etiquetan los zumos envasados no son demasiado claros, y siempre tienen un matiz positivo que podría estar confundiéndonos. ¿Qué es mejor, el concentrado, el zumo exprimido o el néctar?
100% exprimido
Es la mejor versión del zumo envasado. Se trata de fruta exprimida y envasada, tal cual. Los conservantes en este tipo de zumo no suelen ser aditivos químicos sino que se procesa el zumo mediante un sistema térmico que alarga en lo posible la frescura del zumo.
Sin embargo, encontraremos unos zumos exprimidos con pulpa y otros que no lo tienen. ¿Cuáles son mejores? La respuesta es que la pulpa no aporta ni quita nada, es cuestión de gustos que te apetezca más un zumo menos filtrado, o que te desagrade encontrarte la pulpa.
Por regla general, encontrar pulpa da la sensación de que el zumo es más natural, y parece incluso que lo acabas de exprimir. Pero si crees que la pulpa es beneficiosa porque aporta fibra, la respuesta es un rotundo no. La pulpa no es fibra, si quieres comer fibra es tan sencillo como comer una pieza de fruta fresca.
Además, algunos zumos tienen pulpa añadida y otros que la tienen natural. En ninguno de estos casos es perjudicial, pero tampoco beneficioso. Sin embargo, desde un punto de vista de proporciones, la pulpa jamás suele exceder el 2% del contenido del zumo.
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Zumo concentrado
La palabra “concentrado” nos podría dar una idea erróena de que se trata de un zumo de gran calidad: con mucha concentración de vitaminas y sabor, y esto es lo que instintivamente pensamos al leerlo en el supermercado.
Pero realmente esta palabra tan poderosa lo que quiere decir que es se trata de un zumo original al que se le ha añadido agua. El concentrado es el zumo exprimido inicialmente, que por tanto nunca estará presente al 100% en la bebida final, pues el agua no formaba parte de la fruta.
Puede que pienses que este proceso es una trampa para conseguir más zumo con menos fruta, pero realmente el proceso por el que pasa el concentrado no tiene esa intención. Este tipo de zumos se producen así cuando el lugar en el que se cultivan las frutas está muy lejos del lugar donde se consumirá el zumo. Entonces lo que se hace es deshidratar el zumo, convirtiéndolo en polvo, se transporta hasta el país que lo va a consumir, y se hidrata dando como un resultado un zumo de menor calidad que el que solamente ha sido exprimido.
Otra ventaja de este zumo para los productores es que se puede almacenar concentrado de fruta e ir dándole salida en la producción de zumo en función de las necesidades, y así poder comprar fruta cuando esté a mejor precio, o almacenar cosechas excedentes y luego convertirla en zumo solo cuando sea rentable.
Néctares
Nadie puede resistirse a beber un tipo de zumo con un nombre tan sugerente, un néctar parece haber sido exprimido directamente por unos dioses griegos benevolentes y derramando gota a gota sobre nuestro gaznate sediento. Pues nada más lejos de la realidad: los néctares son el tipo de zumo de calidad más baja porque, aproximadamente, por cada litro de néctar estamos consumiendo solo medio litro de zumo original. El resto es agua y azúcar.
¿Los refrescos tienen zumo?
Puedes que hayas leído en los botes de refrescos de frutas que en su interior hay zumo real. Entre un 6% y un 10% de zumo natural pueden llegar a tener las bebidas carbonatadas de frutas, aunque solo en algunos casos muy concretos. Lo habitual es que tengan 0% y la presencia de fruta se limite al sabor, pero no exista una molécula vegetal cultivada tal y como nos indica el dibujo de la lata.
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¿Y la bebidas de fruta y leche?
Si tienes hijos y les has comprado para la merienda un brick pequeño de zumo de frutas con leche, lamentamos decirte que en estos casos más de un 60% de lo que está bebiendo es agua y azúcar. Estas bebidas que parecen zumos realmente no tienen más de un 15% de zumo natural y otro 10% de leche.
¿Y si exprimes la fruta tu misma?
Una vez más parece estar claro que la falta de tiempo en nuestro día a día nos hace consumir algunos productos que, si de verdad conociéramos su procedencia, tal vez nos pensaríamos dos veces utilizar para saciar la sed o para completar la merienda de los niños. A esto hay que sumarle que la publicidad hace su función y nos ofrece productos procesados vistiéndolos de naturales, y lo que es más importante, a un precio mucho mayor del que pagaríamos si lo exprimiéramos en casa.
Un tetrabrick de zumo envasado triplica el coste de adquirir un piezas de fruta fresca, es más caro y siempre será menos natural que tomar fruta recién exprimida en casa. Además, los nutricionistas no paran de repetirlo: si quieres tomar fruta la mejor forma es hacerlo sin exprimir, manteniendo así la fibra y todas las vitaminas.
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