Autismo: el trastorno que han diagnosticado al hijo de Raquel del Rosario

El trastorno del espectro autista (TEA) no es una enfermedad, sino un problema relacionado con el desarrollo del sistema neurológico. Se denomina 'trastorno del espectro' porque se pueden manifestar diferentes síntomas. Te explicamos qué es y cómo se diagnostica

Por Nuria Safont

Cuando hablamos de autismo, el trastorno que le han diagnosticado al hijo de Raquel del Rosario, y que ella ha explicado en su blog, a muchos nos vienen a la cabeza algunos personajes del cine y la televisión. Pero no todos ellos están bien retratados y hay mucha incomprensión acerca de este problema que, según la Confederación Autismo España, afecta a uno de cada cien recién nacidos. Para que puedas comprender este trastorno, así como para contribuir a acabar con el estigma que rodea a las personas que lo tienen, te explicamos qué es, cuáles son sus síntomas y qué falsos mitos dificultan la aceptación y el tratamiento de los niños autistas. 

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¿Qué es el autismo? 

El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo que se manifiesta en los primeros años de vida. "No es una enfermedad que se pueda contraer ni se puede contagiar. Tampoco se cura, dura toda la vida, pero se puede tratar", explica la neuropsicóloga María José Acebes, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad Oberta de Catalunya. Se denomina 'trastorno del espectro' porque las personas con TEA pueden manifiestar una gran variedad de síntomas. El síndrome de Asperger es otra forma de trastorno del espectro autista. 

Las personas con autismo nacen con unas dificultades especiales que pueden interferir en su adaptación al entorno y con unos síntomas que requieren un tratamiento de un equipo multidisciplinar integrado por psicólogos, logopedas, neuropsicólogos, por ello, es muy importante que si se sospecha que un niño pueda tener este trastorno, se realice un seguimiento para diagnosticarlo cuanto antes y que el pequeño reciba la ayuda necesaria para mejorar su adaptación. 

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¿Cómo se diagnostica el TEA? 

El diagnostico del TEA puede ser difícil, puesto que no existe una prueba médica ni un test, ni análisis de sangre que lo confirme. Para diagnosticarlo, los expertos suelen basarse en la conducta de los niños y cómo evoluciona su desarrollo. Por ello, se puede detectar tras el primer año de vida o retrasarse hasta los dos o, incluso, tres o cuatro años. Lo que es extraño es que se detecte más allá de la infancia.  

En general, los especialistas se basan en algunas señales de alarma que detectan los padres y que expertos en psicología, psiquiatría y neurología y el propio pediatra confirman. 

Síntomas del autismo: 

A pesar de que es un especialista quien tiene que diagnosticar este trastorno, hay algunos síntomas que pueden hacer sospechar que un niño o adulto tiene autismo. Pero es importante recordar que ni todos los niños con TEA tienen todos los síntomas ni se comportan de idéntica manera: 

  • Problemas para comunicarse e interactuar socialmente, incluso con los niños de su misma edad. 
  • Pueden mostrar conductas e intereses muy específicos y repetir patrones de comportamiento o actividades 
  • Tienen dificultades para establecer contacto visual con sus interlocutores, que pueden ser los padres, familiares, tutores, etc. 
  • Suelen tardar más de lo normal en empezar a hablar. 
  • No entienden las bromas, chistes, ni los dobles sentidos,
  • Tienden a evitar el contacto físico. 
  • Algunos presentan un nivel intelectual más alto de lo normal o memoria más desarrollada. 
  • Pueden manifestar hipersensibilidad auditiva, olfativa o del tacto. 
  • Pueden tener trastornos del sueño, irritabilidad, déficit de atención, etc. 

Respecto al desarrollo intelectual de los niños autistas, es un falso mito que todos ellos sean extremadamente inteligentes y no todas las personas con TEA tienen altas capacidades. "Estamos hablando de un amplio espectro en el que las capacidades intelectuales varían mucho entre casos", explica María José Acebes.

Por eso, los expertos recuerdan que no hay que estereotipar este trastorno ni creer que las personas que pertenecen al espectro autista cuentan con las habilidades matemáticas de Sheldon Cooper, protagonista de 'The Big Bang Theory', ni la memoria prodigiosa de Raymond Babbitt, interpretado por Dustin Hoffman en la oscarizada 'Rain Man'.

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Causas del autismo 

"Existen múltiples causas y, en muchos casos, no se asocian exclusivamente a un factor genético", indica la profesora de la UOC. Algunos estudios vinculan este trastorno con infecciones en el embarazo, la edad de los padres, la calidad del esperma o de los óvulos, el consumo de tóxicos durante la gestación pero "lo cierto es que no existe un único motivo", recalca la especialista. 

Lo que sí está claro es que las vacunas no provocan autismo y los padres no son los culpables de que su hijo sufra este trastorno, pero cuando se diagnostica o si nota que su hijo es 'especial' o 'diferente', sí tienen que esforzarse para reforzar el vínculo y ayudar a su hijo para que se desarrolle adecuadamente y sea un niño feliz.

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Cómo se trata el autismo 

Como decíamos, el autismo no se cura. Pero no hay que asustarse porque tener autismo no es malo. Así lo recuerda la neuropsicóloga María José Acebes, quien resalta que "todos somos diferentes y hay que buscar la homogeneidad en esas diferencias que nos ayuden a ser felices, a adaptarnos y a desarrollarnos". 

Y es que debido a que las personas con TEA se relacionan de manera diferente con los objetos, la alimentación y las personas, tienen una sensibilidad y necesidades especiales, y aprenden de manera diferente al resto, sí es necesario adoptar una serie de medidas.

Por ejemplo, no todos los niños autistas pueden integrarse en colegios ordinarios y "es importante valorar cada etapa del niño para facilitarle el recurso que se adapte mejor a sus necesidades y que le permita su mayor adaptación y desarrollo". Si es necesario y el niño con TEA no va a ser feliz en un entorno ordinario, "¿que hay de malo en que se integre en un entorno adaptado en el que pueda desarrollar todo su potencial?", se pregunta Acebes.

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Cómo es la vida de un niño con autismo 

Los niños con TEA tienen otra forma de sentir y de relacionarse con el mundo. Lo más importante es que los padres ofrezcan a su hijo todo el cariño y bienestar que necesite, y que no intenten cambiarlo ni forzarlo. También es bueno que se lleve una rutina, y se anticipen las actividades, por si surge algún contratiempo. Si la familia se ve sobrepasada o necesita apoyo, es aconsejable que se pida atención psicológica, puesto que beneficiará a todos los miembros. 

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