Conjuntivitis: el irritante picor de ojos que se contagia fácilmente
La conjuntivitis es una infección del ojo muy común y muy contagiosa. Te contamos cuáles son los síntomas, cómo evitar que se propague y cuáles son los remedios para curarla
Picor de ojos, escozor, sensación de tener arena en los ojos, lagrimeo, ojos rojos, legañas... son los síntomas de la conjuntivitis, una infección leve pero muy molesta que puede afectarnos a todos, independientemente de la edad. Se trata de un problema ocular muy contagioso que requiere extremar la higiene cuando aparece para evitar que se propague. Si no mejora, hay que acudir al oftalmólogo para que administre el tratamiento correspondiente. Los niños pertenecen a la población más propensa a padecer esta infección. Y en los bebés puede ser incluso grave, por eso hay que estar atenta cuando manifiestan los primeros síntomas y acudir al pediatra para que ponga el tratamiento adecuado y controle la evolución.
Para conocer cuál es la causa que provoca la conjuntivitis, qué tratamientos se aplican y qué hacer cuando nuestros hijos la sufren, hablamos con el doctor Carlos Laria Ochaita, director de la Unidad de Oftalmología Pediátrica y Estrabismos de la Clínica Baviera.
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Cómo saber si es conjuntivitis
Se puede reconocer por los síntomas, que se manifiestan, especialmente, por un picor de ojos muy molesto y enrojecimiento. Además, pueden aparecer los siguientes signos:
- Lagrimeo.
- Inflamación de la conjuntiva.
- Secreción ocular que puede ser transparente, amarilla, blanca o verde.
- Sensación de tener arena en los ojos.
- Legañas en los párpados o las pestañas.
- Si se utilizan lentes de contacto, estas se desplazan y resultan incómodas.
Causas y tipos de conjuntivitis
Las causas pueden ser muy variadas, puede deberse problemas alérgicos, o puede estar causados por agentes víricos o bacterianos. Con lo que tenemos varios tipos de conjuntivitis:
- Conjuntivitis vírica
- Conjuntivitis bacteriana
- Conjuntivitis alérgica
Algunas sustancias irritantes también puede ocasionar este picor. En ocasiones estas causas se mezclan, pues podemos partir inicialmente de una conjuntivitis alérgica o vírica, donde el picor hace que nos frotemos los ojos y, al no llevar las manos limpias, podemos contaminarlos, ocasionando las secreciones y añadiendo un factor más, desencadenando una conjuntivitis bacteriana o sobreinfectada.
Población más vulnerable
Los niños siempre son una población de riesgo, pues sus medidas de higiene nunca son perfectas. Además, sus juegos y el contacto frecuente con otros niños hace que sea muy fácil que se contagien y se propague la infección.
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Cómo se contagia la conjuntivitis
Como decíamos, no es fácil extremar las medidas de higiene en los niños, así como que por los propios juegos entre unos y otros, o por el contacto de las manos con los mismos juguetes pueden pasarse los gérmenes y virus. Por tanto, la conjuntivitis es especialmente contagiosa entre ellos, pues los virus, al igual que ocurre con una gripe, se diseminan muy fácilmente. Por ello es especialmente importante que si somos conocedores de que nuestros hijos padecen algún tipo de conjuntivitis, los mantengamos unos días alejados del resto de compañeros para evitar el contagio inadvertido y su difusión.
Ocurre lo mismo en los adultos. Si no observamos unas medidas de higiene para evitar la propagación, podemos infectar a otros. Asimismo, el contacto con objetos como por ejemplo el teclado del ordenador de una persona que sufra la infección puede propiciar que se propague entre otros miembros de la misma oficina.
Tratamientos que necesita la conjuntivitis para curarla
Todo dependerá del agente que causa este picor de ojos y en qué fase está. En general, puede curarse en casa, sin necesidad de acudir al médico. Estas son las medidas que hay que adoptar para tratarla:
- Medidas de higiene. Es la forma más importante de combatirla. Para ello, hay que lavarse bien las manos, evitar frotarse los ojos, no compartir objetos que hayan estado en contacto con los ojos, etc.
- Lágrimas artificiales. Cuando las conjuntivitis son muy leves, el mero empleo de lágrimas artificiales o suero fisiológico, que podemos conservar en el frigorífico, limpia las posibles secreciones acumuladas, evitando su difusión y su contagio.
- Gotas oftalmológicas. Cuando hablamos de conjuntivitis alérgicas, lo prioritario va a ser evitar el picor de ojos con el con el rascado y desencadenamiento del resto de síntomas. Para ello, necesitaremos que sea nuestro médico el que nos recete algún tipo de antihistamínico y/o antiinflamatorio en gotas para evitar el proceso.
- Antibióticos. Cuando estas medidas no son suficientes, o bien la sintomatología molesta, o las legañas, el enrojecimiento, etc. aumentan, deberemos implementar el tratamiento con antibióticos que nos eliminen esas secreciones, siempre bajo prescripción facultativa y evitando automedicarnos.
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¿Cuándo hay que consultar al médico?
Si sufrimos un enrojecimiento ocular que no remite ni mejora en 24 o 48 horas y, especialmente, si notamos alguna molestia como dolor o pérdida de visión, deberemos acudir a nuestro especialista oftalmólogo para que nos haga un diagnóstico correcto y nos prescriba el tratamiento adecuado.
La conjuntivitis en los bebés y cómo tratarla
Los bebés son una población mucho más sensible dada su corta edad por lo cual cualquier infección por leve que pueda parecernos en ocasiones puede tener una cierta gravedad. Por ello no debemos descuidar las medidas higiénicas en los niños, el lavado con suero fisiológico de sus ojos ante cualquier secreción y acudir al pediatra si vemos que la infección va a peor. Así como si estos episodios de lagrimeo o enrojecimiento ocular se asocian con otras manifestaciones como fiebre, pues en ocasiones estos pacientes requieren de tratamientos con antibióticos generales, en vez de utilizar solo el colirio.
A veces en los bebés estas conjuntivitis se deben a una obstrucción congénita del conducto lagrimal, que hace que dicha lágrima no pueda evacuarse normalmente, lo que hace que se acumule y es más fácil su contaminación. En estos casos, deberemos acudir a nuestro oftalmólogo para que nos indique el tratamiento adecuado a seguir en los primeros meses. Si no se resuelve puede ser necesaria una pequeña intervención de sondaje para volver a permeabilizar dicha vía y evitar las infecciones repetidas.
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