Son muchos los que se han sumado a la moda del 'vapeo' para dejar de fumar. Los que los utilizan, aseguran que calman la ansiedad y que 'fuman' o más bien, 'vapean' menos que con un cigarro convencional. Sin embargo, los expertos se muestran cautelosos El inconveniente es que el uso de estos dispositivos electrónicos puede entrañar riesgos para la salud, aunque se necesitan realizar más estudios. Desde luego, sí advierten de que no está asegurada su inocuidad e invitan a las personas fumadoras a acudir a su médico para que les ayude a dejar de fumar de una manera eficaz y más segura.
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Tipos de cigarrillos electrónicos
Según explica el neumólogo Carlos A. Jiménez, presidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), hay dos tipos de dispositivos:
- los cigarrillos electrónicos
- los dispositivos que calientan tabaco
Cigarrillos electrónicos o ‘vapeadores’
Conocidos también como ‘vapeadores’, estos dispositivos electrónicos simulan un cigarrillo convencional. Contienen un cartucho recambiable o recargable lleno de un líquido con distintas sustancias, así como extractos herbales (sabores y aromas). Dentro del aparato hay una batería y una resistencia electrónica que se calienta al dar la calada y vaporiza la dilución. Al inhalar y exhalar, se expulsa vapor de agua con diferentes aromas según la elección.
“Según los análisis que se han realizado, hay un gran número de sustancias tóxicas, entre las que cabe destacar el propilenglicol, la nicotina y la glicerina”, sostiene el doctor Jiménez. Estos son los riesgos de estos componentes:
- Propilenglico: cuando es inhalado es capaz de provocar inflamación de la mucosa bronquial y, en los niños, crisis de asma. Además, todavía no sabemos los daños que esta sustancia puede provocar cuando es utilizada a largo plazo.
- Glicerina: al ser calentada produce formaldehído, acetaldehído y acroleína. Estas sustancias son capaces de provocar cáncer.
- Nicotina: a la dosis en la que se encuentra en los cigarrillos electrónicos puede producir adicción.
Por otro lado, recuerda el especialista, recientes investigaciones han visto que los que consumen cigarrillos electrónicos pueden padecer infecciones respiratorias con mayor frecuencia que aquellos que no los utilizan.
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Dispositivos que calientan tabaco
Entre ellos se encuentra el famoso IQOS, un dispositivo desarrollado y lanzado al mercado por la compañía tabaquera Philip Norris, que funciona calentando el tabaco pero sin quemarlo. El tabaco se calienta a temperaturas que llegan a 350-400 grados, pero sin superar los 1000 grados que se alcanza cuando el tabaco se quema, como ocurre en el caso de los cigarrillos normales.
De esta forma, no se produce pirólisis o cambios irreversibles de la composición química del tabaco debido al calentamiento a altas temperaturas y, en consecuencia, el humo que se libera es portador de un menor número de sustancias tóxicas para el fumador. Aun así, la Sociedad Española de Cirugía Torácica y Neumología (SEPAR) advierte de que estudios recientes demuestran que el IQOS no evita la presencia de sustancias tóxicas que son nocivas para el organismo del fumador. Entre ellas, se han detectado acenafteno, cianidrina y otras. Todas ellas son capaces de producir cáncer.
Igualmente, advierte el especialista, en el humo liberado por IQOS se ha detectado nicotina a dosis similares a las que se encuentra en el cigarrillo normal. Por tanto, este tipo de dispositivo es capaz de producir adicción de la misma manera que la que produce el cigarrillo normal.
El doctor concluye, pues, que el uso de estos dispositivos es muy nocivo y los riesgos para la salud se resumen en:
- Aumentan el riesgo de cáncer
- Pueden producir enfermedades infecciosas
- Son adictivos
Además, cualquier persona que los utilice puede desarrollar estas enfermedades. Por supuesto, que en los niños y jóvenes, en las personas que padecen enfermedades crónicas, en las embarazadas y en los ancianos el uso de estos dispositivos puede ser de peor pronóstico.
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Los riesgos de vapear en el embarazo
Uno de los riesgos de esta moda es que muchas embarazadas optan por dejar de fumar tabaco normal pero se pasan a los cigarrillos electrónicos. En este sentido, un estudio realizado por investigadores australianos y en el que ha participado el ginecologo Jan Tesarik, director de la clínica MarGen, en Granada, la nicotina y los productos de su combustión cambian el patrón de la metilación de diferentes genes, un fenómeno conocido como la base de cambios epigenéticos, mucho más difíciles de detectar.
El experto explica que los efectos epigenéticos sobre el ADN humano no alteran la información escrita pero dificultan su lectura “es como si sobre un DVD con música pusiéramos una pegatina encima de una parte del disco, que impediría que la música se entendiera bien. En el caso del ADN, la pegatina son grupos de metilo (-CH3) añadidos a diferentes partes del ADN y la música trastornada es la expresión de genes localizados en estos sitios”.
Según el ginecólogo incluso los que no contienen nicotina sueltan vapores con sustancias tóxicas que producen efectos epigenéticos sobre el ADN de los fetos similares a los de la nicotina. Tampoco es necesario fumar activamente para sufrir consecuencias de la exposición a la nicotina o productos de cigarrillos electrónicos. Esas sustancias se mantienen en concentraciones peligrosas en el aire dentro de espacios cerrados frecuentados por los fumadores.
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