Qué son los suplementos alimenticios y qué debes tener en cuenta si decides tomarlos
Pueden ser muy útiles en casos de carencias nutricionales, sin embargo, muchas personas deciden tomarlos por su cuenta sin pensar las consecuencias que podrían tener para su salud.
Adquirir suplementos alimenticios es algo que puede hacer cualquiera en prácticamente cualquier comercio. Con el auge de la cultura del fitness, cada vez son más personas las que deciden añadir algún tipo de suplemento a su dieta con el fin de conseguir mejores resultados en menos tiempo. Complejos multivitamínicos, ricos en minerales, vitaminas, enzimas, ácidos grasos y aminoácidos que prometen pérdida de grasa, aumento muscular, mejorar la memoria o potenciar el moreno… 'Milagros' o pequeñas ayudas en forma de cápsula, polvo, jarabe (y un largo etcétera) que ponen en jaque a profesionales de la salud, dietistas y nutricionistas de todo el mundo. No necesitan receta y cada vez son más las personas que los consumen. Ylenia López, dietista-nutricionista y coach nutricional, explica los riesgos que supone para la salud la ingesta sin control de este tipo de suplementos.
La experta asegura que estos deben tomarse únicamente "cuando hay alguna carencia en energía o nutrientes identificada", algo que solo puede demostrarse a través de analíticas de sangre y pruebas específicas. López reconoce que los deportistas tienen una demanda de energía y de nutrientes superior al de las personas que no practican deporte y que, en estos casos, la suplementación podría estar justificado. En el caso de mujeres embarazadas, así como en el de vegetarianos, también es importante llevar un control y suplementar.
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El problema del autoconsumo
No obstante, siempre es aconsejable seguir un control médico y que sean pautados por un especialista. "Se debe tener en cuenta un diagnóstico profesional y no caer en el autoconsumo, ya que en muchos casos estamos sobrecargando a nuestro organismo innecesariamente y, sobre todo, alimentando el efecto placebo, que en muchas ocasiones es lo que nos aporta este tipo de suplementación. Hay que ir al médico y tener una justificación para tomarlos y no caer en el autoconsumo", explica la experta.
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En este sentido, una persona sana, que lleve una dieta equilibrada no debería tomar ningún tipo de suplementos, por muy buenos que puedan parecer. "Hay muchas personas que en determinados momentos de su vida deciden tomar algún suplemento vitamínico o de minerales y lo mismo no tiene necesitad de hacerlo, ya que los depósitos de los mismos en su cuerpo están dentro de los parámetros adecuados. Entonces caeríamos en el exceso de algunos micronutrientes. En el caso, por ejemplo, de las vitaminas solubles (las del grupo B y la C), este exceso de elimina fácilmente por la orina pero en el caso de las liposolubles (A, D, E, K) no es tan fácil y el exceso puede ser contraproducente para la salud", comenta. Sea como fuere, los suplementos alimenticios sí que cumplen una función determinada y pueden ser muy útiles para las personas que, como asegura la nutricionista, tienen alguna carencia: "Cuando una persona tiene anemia por deficiencia de hierro, por mucho que intente consumir alimentos ricos en esta sustancia, la única manera de normalizar los depósitos de este mineral en sangre es con el consumo de suplementos. Pero, insisto, esto se sabe tras una analítica de sangre y un diagnóstico médico".