¿Cómo funcionan las terapias de pareja?
Hay muchas razones por las que una pareja puede tomar la decisión de abordar los problemas de su relación desde el punto de vista de una terapia de pareja. Esta es una opción para encontrar un espacio común donde buscar el motivo del distanciamiento, la incomunicación o la asimilación de crisis profundas.
Las causas más habituales por las que una pareja acude a terapia tienen que ver con la falta de comunicación. El tiempo y la rutina actúan en ocasiones como agentes corrosivos de las relaciones, y acaban haciendo mella en la ilusión, la comunicación y la visión de futuro de la pareja.
Porque de la misma forma que nosotros tenemos una percepción de nuestra propia identidad, que redunda en un nivel de autoestima y que proyecta nuestro nivel de felicidad y de actitud frente al futuro, la pareja también atraviesa por fases en los que pueden producir graves desencuentros, desacuerdos y enfrentamientos entre la pareja, que haga que gradualmente los lazos que les unen se vayan separado.
Las terapia de pareja están también basadas en la psicología, son procesos abordados por un profesional de la psicología de la misma forma que se trataría un conflicto de comportamiento de forma individual. La mayor complejidad de la terapia de pareja radica en se trata de una terapia bicéfala, que evoluciona en dos planos, uno por cada integrante de la pareja. De esta forma se plantean cuáles son los motivos y las predisposiciones de cada uno a cierto comportamiento, qué consecuencias implican a la pareja, y cómo llegar a un acuerdo entre ambos que les haga avanzar.
La falta de comunicación es la base de todo, pero el resultado es variado
Según los expertos, no hay problema de una pareja que no pueda ser evitado o paliado a base de comunicación. Sin embargo esta no es una cuestión fácil, muchas veces ni siquiera nosotros mismos somos conscientes de cuáles son los motivos de base que nos hacen actuar de una determinada manera, desear cosas o detestar otras. Esto ahonda en un universo muy complejo, porque confluyen dos personas que reaccionan con sus propias psicologías, y que se ven envueltas en un ambiente que habitualmente va ocultando trampas que hacen que la comunicación sea cada vez más compleja: hijos, trabajo, relaciones inter-familiares, falta de tiempo…
Sin embargo, no solo la rutina juega un papel erosionador de las parejas. Los principales problemas que se llevan a consulta suelen estar relacionados de alguna forma con el sexo, y es la razón por la que los psicólogos especializados en sexología suelen abundar en la oferta de terapias de pareja. La falta de sexo, disfunciones, la discrepancia de prácticas, o directamente la infidelidad por parte de uno de los miembros de la pareja, son motivos comunes en estas consultas.
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Desde un punto de vista más emocional, los problemas de gestión de los celos, la dependencia emocional, los conflictos producidos por los roles de cada integrante de la pareja, la gestión del hogar y los hijos, y las crisis emocionales y de relación derivados de los problemas de fertilidad son también las causas más comunes por las que las parejas acuden a este tipo de terapias.
Tipos de terapia de pareja
No todas las terapia de pareja son iguales, y existen varios tipos en función del conflicto o del profesional al que se acude. Lo más importante, antes de arrancar el proceso, comienza en casa: dialogar dentro de la pareja para asumir que existe un problema y que se quiere trabajar juntos para superarlo ya es de por sí un avance muy importante, que culmina con la búsqueda de un profesional y con el primer encuentro.
Cuando una pareja acude a una terapia está admitiendo que existen motivos para estar ahí y ambos se ponen en manos de este profesional para que explore cuáles son las dinámicas de comunicación de la pareja, los motivos subyacentes que les han empujado al conflicto y los procesos por los que pueden encauzar la relación para sanarla.
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Hay dos tipos muy diferenciados de terapia. Las que buscan factores emocionales en su comportamiento y tratan de analizarlos y de exteriorizarlos, y las que centran su análisis en los roles que han adquirido los integrantes de la pareja, buscando identificar motivaciones estructurales y aspectos cognitivos.
Durante las terapias el funcionamiento de las sesiones es idéntico al de una visita al psicólogo de forma individual, porque existe igualmente el secreto profesional del profesional con sus pacientes, y el tiempo que se pasa en la consulta es un espacio de expresión libre, donde podemos y debemos exteriorizar aquello que sentimos, o que recordamos y lo que nos preocupa, siempre bajo la atenta pauta del profesional, que nos irá guiando en este proceso, descubriendo motivos, influencias y hábitos.
También, de forma similar a la de una sesión de terapia psicológica individual, donde el objetivo es vivir mejor con nosotros mismos, la terapia de pareja implica el objetivo de vivir mejor juntos. Pero en este caso también puede derivar en trabajar todos los aspectos emocionales y relacionales para acabar determinando una ruptura saludable, habiendo hecho todo lo posible por entender al otro y por analizar nuestras auténticas motivaciones.
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