El entrenamiento funcional se ha convertido en una de las grandes estrellas en gimnasios de todo el mundo. Trabajar el cuerpo empleando los mismos patrones de movimiento que utilizas en tu día a día (correr, saltar, lanzar, empujar, arrastrar…) es una de las opciones preferidas por millones de personas para ponerse en forma sin necesidad de recurrir a pesas, mancuernas o las complicadas máquinas presentes en las salas de musculación de los centros deportivos. Sin duda, la mejor manera de involucrar a una gran parte de músculos en tan solo un ejercicio y no trabajar de manera aislada, algo que a la larga suele resultar mucho más aburrido y monótono.
Uno de los ejercicios que mejores resultados suele ofrecer y para el que tan solo necesitas tu propio peso corporal es el gateo o crawling en su denominación más técnica y específica. Puede sonar difícil de creer, pero un movimiento tan elemental como el gateo de un bebé puede ayudarnos a tonificar todo nuestro cuerpo.
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Movimientos inspirados en animales
Se trata de un ejercicio multidisciplinar (se realiza en crossfit y en otros muchos entrenamientos funcionales de tipo HIIT) y muy relacionado con el Animal Flow, una disciplina basada en los movimientos propios de los animales y que conquistó hace muy poco a Pilar Rubio, toda una enamorada del deporte. Consiste en una secuencia de ejercicios lentos y muy fluidos que requieren de cierta destreza y que están destinados a mejorar la flexibilidad, agilidad, movilidad, estabilidad, potencia y resistencia de todo el cuerpo. Precisamente, todos los beneficios que conseguirás al introducir el crawling de manera regular en tu rutina de entrenamiento.
También conocido como bear crawl o paso del oso, se trata de un movimiento que ofrece distintas alternativas y niveles, siendo el más básico el que parte de una posición de cuadrupedia (a cuatro patas) con las rodillas (abiertas a la anchura de la acdera) y las manos apoyadas en el suelo. Desde ese punto de partida, comenzaremos a avanzar adelantando el brazo y la pierna contraria consecutivamente. Si lo prefieres, puedes hacerlo más intenso levantando las rodillas del suelo, manteniendo el torso en paralelo a él y el abdomen fuertemente apretado. De esta manera, además de realizar un intenso trabajo con tus brazos y piernas, también conseguirás un vientre más firme y liso. Asimismo, existen otras muchas modalidades -como estirando completamente las piernas- o bien realizarlo hacia adelante y atrás o hacia ambos lados.
Entrenamiento de alta intensidad
A medida que lo vayas practicando y consigas dominar la técnica, puedes ir aumentando la velocidad, intentando siempre no perder el control ni deformar la postura. Así comprobarás cómo tus pulsaciones se disparan y es que, además, el crawling es una excelente forma de ejercitar tu cardio de una manera completamente distinta.
Lo ideal es que lo integres como una estación más en tu rutina diaria, combinándolo con otros ejercicios funcionales como las sentadillas o las zancadas con el fin de realizar un entrenamiento interválico de alta intensidad, el más eficaz a la hora de aumentar tu metabolismo y perder peso. Si no tienes ideas, puedes inspirarte en Elsa Pataky, otra chica fit siempre en forma, quien hace unos meses compartió en su cuenta de Instagram una improvisada rutina en la playa en la que incluía el gateo.