La fisioterapia también puede ayudarte a resolver tus problemas digestivos
Esta aplicación menos conocida puede resultar muy útil a la hora de solucionar problemas como estreñimiento, cólicos, reflujo o gastritis.
Normalmente asociamos la fisioterapia de manera exclusiva al tratamiento y la rehabilitación de lesiones musculares, de los huesos o de las articulaciones. Se trata de una de sus aplicaciones más extendidas, pero no es la única. La fisioterapia también sirve para tratar eficazmente trastornos del aparato digestivo como el estreñimiento, cólicos, gases, reflujo gastroesofágico, dolores abdominales, incontinencias anales, gastritis, hernias de hiato, algias ano-rectales, hipertonías del esfínter esofágico, estreñimiento distal o disfagias.
"La fisioterapia del aparato digestivo es una de sus especialidades menos conocidas y, sin embargo, nos ayuda bastante a sobrellevar éstas y otras alteraciones de nuestro aparato digestivo. Este engloba órganos como el estómago, esófago, hígado, intestino grueso y delgado, páncreas, vesícula, colon... que tienen que colaborar y funcionar adecuadamente para llevar a cabo un buen proceso de digestión, aprovechando así todos los nutrientes", apuntan Silvia y Eva Carrasco, del Centro de Fisioterapia Munay en Madrid. Entre sus beneficios destacan los de ayudar al paciente a mejorar las funciones motoras del intestino, estimular su circulación sanguínea y linfática, mejorar la evacuación del intestino en el estreñimiento, generar una correcta regulación somato-sensorial y el fortalecimiento abdominal.
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Especialmente recomendable para recién nacidos
Pero si hay un ámbito en el que la fisioterapia digestiva es especialmente recomendables es en los casos infantiles. "En el recién nacido, la inmadurez del sistema digestivo, la acumulación de gases y los problemas en la digestión y absorción van a reflejar diversos síntomas que provocan molestias y dolor en el bebé. Estreñimiento, gases, cólicos y el reflujo gastroesofágico son algunas de ellos”. Así, explica que uno de los más comunes es el cólico del lactante -suelen sufrirlo 3 de cada 10 niños-, manifestado mediante un cuadro de llantos prolongados, a veces inconsolables, que se inician alrededor de la segunda semana de vida, repitiéndose casi a diario, y que puede persistir hasta el tercer o cuarto mes.
Existen varias causas que lo provocan, pudiendo ser un problema de inmadurez digestiva, alergias intolerancias o por causas psicológicas. "Es importante valorar adecuadamente la situación de cada paciente para poder estableciendo el tratamiento adecuado. Este se basa en técnicas osteopáticas y de terapia manual, mediante maniobras muy suaves, liberando tensiones y tratando las disfunciones que encontremos en las distintas estructuras. No es doloroso y suele dar unos resultados muy positivos. Junto con el tratamiento y las pautas domiciliarias, podremos acompañar a nuestro bebé en este proceso de maduración".
Fisioterapia, dieta y ejercicio en adultos
Por otra parte, las expertas señalan que, en los pacientes adultos, las dolencias que más se suelen dar son el estreñimiento crónico, dolores abdominales y cólicos, síndrome de reflujo gastro esofágico, gastritis, las hernias de hiato y las disfagias. No obstante, "debido al desconocimiento de la fisioterapia coloproctológica y digestiva, no suelen acudir por estas causas o dolencias, sino por problemas asociados o secundarios como podría ser el dolor abdominal, dolor de columna dorsal, dolor lumbar o hipertonía del diafragma, entre otros".
Según explican, en fisioterapia, existen diversas técnicas y terapias para el tratamiento conservador de las disfunciones digestivas. Algunas serían el masaje abdominal, técnicas osteopáticas, técnicas viscerales y terapia manual. "Además, es importante hacer una mención a la fisioterapia respiratoria y uroginecológica, ya que muchas de las patologías que vamos a ver a nivel digestivo, se beneficiarán de ejercicios y técnicas respiratorias y del tratamiento de suelo pélvico, sobre todo en patologías como incontinencias anales y algias ano-rectales". Asimismo, aportan una última recomendación: "Para obtener un buen resultado, es necesario combinar el tratamiento digestivo de fisioterapia con dieta y ejercicio moderado".