Ketebells, mancuernas, fitballs, bandas elásticas y hasta minitrampolines. La lista de herramientas con las que podemos ponernos en forma y enriquecer nuestros entrenamientos es prácticamente infinita. Afortunadamente para todos los amantes del fitness, el catálogo continúa ampliándose y uno de los materiales que está ganando un mayor número de adeptos en los centros deportivos es la comba, ese 'juguete' con el que la inmensa mayoría de personas hemos compartido buena parte de nuestra infancia y que nos hacía derrochar energía.
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¿Un juego de niños?
¿Quién dijo que hacer deporte era aburrido? Saltar a la comba es uno de los ejercicios aeróbicos más completos. Contribuye a aumentar la resistencia y la agilidad, mejora el ritmo y la coordinación y ayuda a la pérdida de peso, haciendo posible quemar hasta 700 calorías en una sesión de una hora. Además, trabaja la musculatura tonificando abdomen, piernas y brazos. Sin embargo, dado que se trata de un ejercicio de alto impacto, se debe vigilar la caída y prestar atención al suelo sobre el que se salta. Cuanto más absorbente sea la superficie, como césped, arena o terreno elástico, mejor le irá a tus articulaciones.
¿Por dónde empezar?
Antes de ponerse a dar saltos, hay que regular la longitud de la cuerda. Para ello, basta con colocar un pie en medio de la cuerda y levantar las muñecas hacia arriba hasta que lleguen justo debajo de los hombros. Por otro lado, hazte con unas zapatillas de deporte que estén especialmente concebidas para amortiguar los choques y 'frenar' el impacto de las articulaciones.
En cuanto a la postura idónea, el cuerpo tiene que estar completamente recto, la cabeza alineada con el cuello y la columna vertebral. Es importante mantener los abdominales contraídos, así como los codos y las rodillas ligeramente dobladas. Recuerda que son las muñecas las encargadas de hacer girar la cuerda y no los brazos.
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¿Cómo sacarle el máximo partido?
Calentar es el primer paso del entrenamiento, importante para preparar a las articulaciones, especialmente a las muñecas y los tobillos. Si eres principiante, comienza realizando saltos cortos con los pies juntos durante 30 segundos. Realiza tres o cuatro series con periodos de descanso de 30 a 90 segundos entre cada serie. Cuando hayas aprendido la técnica, aumenta la duración y la intensidad de tus series hasta que realices saltos durante 60 a 90 segundos con periodos de descanso de tan solo 30 segundos entre cada serie.
Una vez que domines estos sencillos saltos, puedes elevar la intensidad del entrenamiento y alternar brincos con cada pierna o hacer saltos dobles y tijeras. Además, se pueden incorporar variaciones que compliquen el ejercicio, levantando las rodillas durante diez segundos o llevando el talón hacia los glúteos. Por último, prueba a introducir ejercicios con pesas o mancuernas, así como pequeñas series de abdominales en forma de tabla en los tiempos destinados al descanso para que el entrenamiento sea lo más completo posible.
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