Ecología

La ciencia apoya el uso de la copa menstrual para proteger el medio ambiente

En los últimos años, y a pesar de la falta de una publicidad comercial tan potente como la que tienen las compresas y los tampones, el uso de la copa menstrual va ganando terreno entre las mujeres en edad fértil.

Por Cristina Soria

A pesar de existir en el mercado desde la década de 1930, no ha sido hasta ahora que el uso de la copa menstrual ha comenzado a utilizarse de manera más generalizada entre las mujeres. Una de las principales razones para usarla, además de que cuida de nuestra salud y nuestra economía, es que es extremadamente respetuosa con el medio ambiente.

Para hacerlas llegar a nuestra vida la forma más efectiva de comunicación, además del boca a boca, se está produciendo a través de redes sociales y gracias al patrocinio de influencers especializadas en el mundo femenino desde un punto de vista de salud y bienestar.

Esto se debe, entre otras cosas, a que la higiene femenina, y en concreto la menstruación, está por fin dejando de ser un tema tabú. Y esta nueva actitud frente a algo tan natural como la regla nos permite, de forma abierta, ser críticas con los productos de higiene femenina y abrir el debate sobre los mismos.

Y ahí es donde la copa menstrual (que existe desde la década de 1930) irrumpe con fuerza en los hábitos de consumo de un gran número de mujeres y, curiosamente, con las españolas a la cabeza, al menos en Europa.

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Qué ventajas tiene la copa menstrual para la mujer

Se trata de una copa fabricada con silicona, látex o goma de grado médico que es totalmente hipoalergénica, sin fibras, ni decolorantes. El material del que están hechas evita los olores que sí provocan los tampones y compresas y, una vez que se aprende, es muy fácil de usar.
Además, puedes llevarla puesta sin cambiar hasta doce horas (dependiendo de la cantidad de flujo), si está bien puesta es muy cómoda y no permite escapes, y es imposible que absorba flujo vaginal de manera innecesaria, como podrían hacer los tampones. Por no hablar de que desaparece el riesgo de sufrir el Síndrome del Shock Tóxico (SST) asociado al uso de estos últimos.

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Y en el aspecto económico también supone una gran ventaja para nuestro bolsillo, ya que una misma copa tiene una vida útil de hasta 10 años. Con lo que puedes hacer cuentas del dinero que te ahorras al no usar otros productos de higiene desechables que apenas duran una horas.

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Todo lo que tiene que ofrecer al medio ambiente

Además de todas las ventajas y comodidades que la copa menstrual ofrece a las mujeres, es muy importante destacar el enorme beneficio que suponen para el cuidado del medio ambiente. En días pasados, la revista médica “The Lancet Public Health” publicaba un artículo sobre  la copa en el que se abordaba su importancia a la hora de tener una actitud responsable con el planeta. 

Por un lado, el material del que están hechas no contamina el medio ambiente, y en el proceso de fabricación se reduce drásticamente la cantidad de agua que sí es necesaria, en cambio, para fabricar tampones.

Además, gracias a que podemos usar la misma copa durante años, evitamos el deshecho constante de celulosa y plástico que se produce al usar compresas y tampones. Sin contar con que para su cuidado e higiene, la copa apenas necesita agua. Esto la hace perfecta para sus uso en zonas áridas, como África, donde muchas mujeres no pueden permitirse una correcta higiene durante la menstruación debido al elevado precio de las toallitas higiénicas y la falta de agua.

Así que, si la copa menstrual cuida de nuestra salud, de nuestra economía y del planeta quizás sea el momento de lanzarse a probarla (y no dejar de utilizarla).

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