No es que que los perros y gatos tengan sistemas digestivos más sensibles que los nuestros, sino que el mundo en el que viven siendo mascotas domésticas está diseñado para humanos, y hay muchos productos que mientras que a nosotros no nos afectan, a ellos sí.
También existen problemas con el acceso, pues los animales son seres aguerridos y aventureros que en ocasiones no aceptan los impedimentos que les ponemos para llegar a ciertos alimentos, plantas, medicamentos o productos de limpieza, y pueden morir en cuestión de segundos por ingerir algo que no está diseñado para ellos.
Gatos: lirios y otras plantas
Es muy popular el problema que presentan los lirios respecto a los gatos, por ejemplo. No solo un simple mordisquito de un lirio puede producir la muerte del gato, sino que un poco de polen de esta planta caída accidentalmente sobre su comida podría acabar con su vida. Sin embargo, los lirios no son una especie vegetal venenosa ni para los humanos ni para otros mamíferos, incluídos los perros.
Pero no son las únicas plantas que producen un efecto tóxico en estos felinos. Las palmeras cycas, muy comunes en decoración de jardines artificiales por su facilidad para ser plantadas y apariencia exótica, también son muy peligrosas para las mascotas, y nuestro perro o gato las muerde podría fallecer.
De forma general, lo que les ocurre a los gatos que ingieren una planta tóxica es que esta les produce una reacción alérgica y sus bocas y aparatos digestivos se inflaman, hasta tal punto que hacen imposible seguir respirando pues sus vías respiratorias quedan saturadas por la inflamación.
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Perros: chocolates y otros dulces
Cada vez hay más casos de perros intoxicados por comer accidentalmente el chocolate de sus dueños. No es que los aparatos digestivos o el sistema inmunológico de estas mascotas esté fallando de forma ascendente y el chocolate sea cada vez más peligroso por esa razón, sino que en los últimos años se ha popularizado el chocolate negro, a diferencia del chocolate con leche que se tomaba de forma mayoritaria hasta hace muy pocos años.
Cuanto más puro es el chocolate, más afecta a los perros, pues más concentrada es la dosis que ingieren cuando lo comen por error. De esta forma, se estima que con solo una onza y media de chocolate negro un perro de peso medio podría convulsionar y entrar en paro cardiaco. Sin embargo, si el chocolate es con leche, harían falta 9 onzas.
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Otro de los ingredientes peligrosos para nuestras mascotas es el xilitol, que se ha puesto de moda recientemente como edulcorante bajo en calorías. De forma clara está presente en chicles, productos de higiene bucal, pero también se utilizan derivados en bollería industrial y mantequillas vegetales.
Los gatos son más gourmet
Lo cierto es que si tenemos que medir qué tipo de mascota se mete en más problemas por comer lo que no deben, la competición la ganarían de pleno los perros, pues los gatos son mucho más sibaritas cuando tienen que elegir qué comer.
Pese a que los perros tienen un olfato mucho más desarrollado que los gatos y este les debería poner en aviso sobre los olores que proceden de alimentos perjudiciales o tóxicos para ellos, la forma de relacionarse con el medio es, en los perros, la lengua, oler y chupar todo lo que pase por delante de ellos, y esta curiosidad también les puede hacer comer lo que no deben. Además, los perros pasan más tiempo relacionándose con el medio exterior, salen a la calle, exploran, pasan cierto tiempo sin nuestra tutela directa, y en este sentido están más expuestos a cualquier producto químico, planta o alimento que esté en el suelo de la ciudad.
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