El pilates es una de las disciplinas físicas que gozan de mayor éxito en la actualidad. Su práctica regular está muy indicada para la rehabilitación y tratar cualquier tipo de dolencia en la espalda ayudando a fortalecer el core, lo que hará que mejoremos nuestra postura corporal. Sin duda, unos beneficios muy importantes que han provocado que su enseñanza esté presente en un gran número de gimnasios y centros especializados (en sus distintas versiones de suelo o máquinas) y que cuente con una gran aceptación por parte del público. Pero si hay un aspecto que puede marcar la diferencia a la hora de decidirnos a practicarlo es el maestro. Se trata del profesional que nos guíe, nos corrija y nos ayude a evitar lesiones, por lo que debe reunir una serie de requisitos fundamentales con el fin de que alcancemos nuestros objetivos.
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¿Qué facultades debe tener un buen profesor de pilates?
Aparte de tener un profundo conocimiento del método y dominar todos sus ejercicios y adaptaciones, el profesor de pilates también debe reunir las siguientes condiciones:
- Pasión por la enseñanza. Saber transmitir su entusiasmo por la materia es un requisito fundamental para que sus alumnos se contagien de esa misma energía y saquen provecho a sus clases. Un instructor al que le encante su trabajo es siempre una garantía de éxito.
- Ser un buen comunicador. Tener un profundo conocimiento del pilates pero carecer de unas habilidades sociales para transmitirlo es como no saber nada. Un buen maestro debe saber comunicarse y explicar a la perfección cada ejercicio y para qué sirve.
- Empatía con el alumno. Crear un clima de confianza, saber conectar con las personas y entender sus necesidades es esencial para que se sientan cómodas en la clase y quieran seguir asistiendo.
- Formación continua. El mundo del ejercicio físico está en constante evolución, por lo que un buen maestro deberá estar al tanto de las nuevas corrientes que puedan surgir. De este modo, lo más conveniente es realizar cursos de reciclaje de manera periódica para refrescar sus conocimientos.
- Buena condición física. Además de saber explicar un ejercicio debe poder ejecutarlo a la perfección para servir de ejemplo a sus alumnos. Asimismo, deberá ser capaz de detectar todas las descompensaciones físicas y fallos de los asistentes a la clase para poder corregirlos y obtener los resultados esperados.
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¿Qué hay que hacer para convertirse en profesor de pilates?
La enseñanza del método pilates es una profesión vocacional por la que suelen optar aquellas personas que lo han practicado intensamente con anterioridad, están muy familiarizadas con él y pueden demostrar firmemente todos sus beneficios. Por supuesto, para ello, tienen que haber manifestado un gran interés por las ciencias de la educación física y, a pesar de que no dispongan de una titulación oficial en INEF (Instituto Nacional de Educación Física), TAFAD (Técnico de Actividades Físicas y Deportivas) o Fisioterapia, pueden formarse en las múltiples escuelas profesionales existentes. Asimismo, es recomendable tener un amplio conocimiento sobre anatomía humana y fisiología.
Al tratarse de una actividad que, de momento, no está lo suficientemente regulada en España, muchos de los interesados acuden a la PMA (Pilates Method Alliance), asociación internacional que otorga una certificación que garantiza unos estándares profesionales.