Peces cebra, los últimos aliados para luchar contra el colesterol
Científicos de la Universidad estadounidense Johns Hopkins y de la Clínica Mayo están desarrollando estudios con estos peces para detectar cómo actúan los flujos de colesterol
Las cardiopatías isquémicas son la principal causa de muerte en todo el mundo. Se producen por el estrechamiento de las vías coronarias debido a la formación de colágeno y acumulación de lípidos (grasas) y células inflamatorias (linfocitos). Uno de los mayores factores de riesgo es el temido colesterol LDL, cada vez más frecuente en pacientes de todas las edades debido a malos hábitos de alimentación y ritmos de vida sedentarios. Algo que ha despertado una necesidad urgente de desarrollar nuevas estrategias con el objetivo de evitar que las lipoproteínas causen daño vascular. El colesterol HDL (el bueno) es el encargado de 'transportar' las lipoproteínas malas al hígado para que este posteriormente lo elimine, sin embargo, la acumulación y presencia de un alto número de LDL en las arterias acaba provocando colapsos y trombos e impidiendo la circulación de la sangre.
A pesar de los numerosos medicamentos, productos, trucos y recomendaciones para reducir los niveles malos de colesterol, para los científicos sigue siendo un misterio saber de qué manera y en qué parte exacta del organismo se encuentran acumuladas las lipoproteínas. No obstante, un reciente estudio publicado en la revista Nature y llevado a cabo por la Johns Hopkins University y la Clínica Mayo podría haber encontrado la clave para resolver este enigma.
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Enzima modificada
El colesterol viaja ligado a una molécula que recibe el nombre de apolipoproteína B (ApoB), juntas dan lugar a lo que se conoce como LDL. "Estas lipoproteínas que contienen ApoB son directamente responsables de crear placas en los vasos sanguíneos, por lo que aprender más sobre ellas es esencial para combatir la epidemia mundial de enfermedad cardiovascular", explica James Thiererer, el autor principal de la tesis.
Para poder llevar a cabo su experimento científico, los expertos modificaron genéticamente la proteína para desarrollar LipoGlo, un sistema que se basa en "una enzima luciferasa (NanoLuc) fusionada con ApoB para controlar varios determinantes clave de la aterogenicidad de las lipoproteínas, incluida la abundancia, el tamaño y la localización de las partículas". Es decir, han conseguido que la enzima tenga luz y que brille en la oscuridad (consiguiendo aproximadamente resultados con una potencia y una luciferasa 100 veces mayor que la presente en las luciérnagas). Después de insertarlas en larvas de peces cebra y de realizar múltiples ensayos, se recopilaron imágenes en las que se podía apreciar perfectamente la molécula grasa.
LipoGlo
"LipoGlo hace que podamos estudiar la proteína ApoB, permitiéndonos probar miles de nuevos tratamientos farmacológicos y así encontrar la aguja en el pajar que es el próximo tratamiento contra esta terrible enfermedad. Este tipo de visionado completo del animal no es posible en ningún otro vertebrado. Además, representa una herramienta altamente generalizable que puede ampliarse para funcionar en sistemas de modelos adicionales y personalizarse. Esta técnica tiene el potencial de transformar nuestra comprensión de la biología de las lipoproteínas aterogénicas, lo que puede tener importantes repercusiones clínicas en el tratamiento de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica".