El plástico inunda nuestra vida de una manera cada vez más preocupante. Día a día se hacen públicos nuevos datos que ponen en relieve las importantes cantidades de este material vertidas en lagos, ríos, mares y océanos. La última información al respecto nos toca muy de cerca ya que, según un último estudio realizado por el Centro de Estudios Avanzados de Blanes (Girona) se han encontrado en el Canal de Menorca 752 millones de micropartículas que equivaldrían a 3’7 toneladas de plástico. Se estaría hablando, por tanto, de una concentración de unas 220.000 partículas por kilómetro cuadrado (el equivalente a 1’1 kilos) en un espacio muy limitado (el que separa las islas de Mallorca y Menorca).
Como publica CSIC, el equipo compuesto por investigadores del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB), el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), el Sistema d’ Observación y Prevención de Costas de las Islas Baleares (SOCIB) y la Escuela de Negocios ESADE realizaron un muestreo trimestral del Canal de Menorca durante los años 2014 y 2015 evaluando la presencia de estos microplásticos, dentro del proyecto NIXE III que se realiza sobre el Mediterráneo. No se trata por tanto de objetos grandes, sino que en su gran mayoría son fragmentos mínimos que no superan los 5 mm y que se encuentran casi disueltos por el efecto de las olas.
Como sucediera en el caso de la contaminación por microplásticos del río Ebro (que vierte 2.200 millones de estas sustancias al mediterráneo), las autoridades han mostrado una importante preocupación sobre los efectos que la presencia de estos materiales puede tener en el ser humano y los efectos nocivos de los mismos en nuestra salud, aunque los mismos no se encuentran del todo comprobados. Junto con su tamaño, la procedencia de estos elementos ha sido también objeto de análisis como explica Luis F. Ruiz-Orejón, autor principal del estudio: "A pesar de que hay partículas ya fabricadas con estos tamaños, los microplásticos encontrados procedían principalmente de la fragmentación de plásticos de mayores dimensiones y que, una vez que este tipo de partículas entran en los ecosistemas marinos, son transportados por las corrientes marinas superficiales y el viento".
El aspecto medioambiental es otro de los puntos calientes de esta problemática ya que, como es sabido, el Canal de Menorca es un corredor marino de unos 35 kilómetros de ancho aproximado. Una zona de un gran valor ambiental debido a su amplia biodiversidad. Según apunta este mismo medio, acoge a unas 16.000 especies diferentes, de la cuales 58 están protegidas (es el caso de la tortuga boba entre otras…). Es muy destacable el hecho de que, como informan los expertos, las mayores concentraciones de estos plásticos se produce durante los meses de primavera y verano. Un dato que pondría de manifiesto que el problema crece gracias a la influencia del turismo en estas tierras.