Si aprender idiomas te genera ansiedad, aprende a controlarla

Estudiar un nuevo idioma no es fácil, y en muchos casos, puede provocar estrés. Te damos algunos consejos para no tirar la toalla

Por Gtresonline

Comenzar a estudiar un idioma no es tarea fácil. Implica constancia, dedicación y una importante dosis de fuerza de voluntad para lograr dominar una lengua diferente a la materna. Conocida en inglés como foreign language anxiety, la ansiedad en el estudio de un idioma extranjero afecta a la mayoría de los estudiantes en algún momento del proceso. Un freno tan repetido que incluso ha sido uno de los fenómenos más estudiados por expertos en psicolingüística. Blanca Cristòfol, experta en enseñanza de segundas lenguas de la UOC, junto con Joseph Hopkins, director del Centro de Idiomas Modernos y Adrián Montesano, profesor de Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación, han analizado los factores que pueden provocar esta emoción.

Las causas de la ansiedad

Entre las causas más importantes estudiadas por los expertos se encuentra la motivación del aprendizaje. No resulta igual de efectivo el estudio de una materia por curiosidad o placer que si se realiza por obligación (para conseguir un trabajo o en un grupo de asignaturas obligatorias). El hecho de hacerlo por primera vez también es uno de los causantes de ansiedad, como apuntan los expertos: "Las personas sufren cierto nivel de activación ante cualquier experiencia desconocida. Cuando supera cierto límite puede jugar en su contra".

Otro de los factores desencadenantes de esta tensión puede venir dado por recuerdos pasados. Las experiencias negativas de cualquier hecho de nuestra vida dificultan el aprendizaje: "Recordar los momentos en los que no hemos entendido con claridad a la otra persona pueden generar inseguridad en el presente". Definidas las causas de la aparición de este tipo de ansiedad, los expertos de la UOC han elaborado una serie de recomendaciones para tratar de hacerle frente y así obtener los resultados óptimos en el proceso de aprendizaje.

VER GALERÍA

Algunos 'tips' para vencerla

Especialistas adecuados: la metodología de la enseñanza determina, en gran parte, los resultados del aprendizaje. Es muy relevante que el tipo de método sea el adecuado para el nivel del estudiante en cuestión. Tal y como indica Montesano: "Con un temario adaptado se evitan frustraciones y por tanto abandono posterior del estudio en sí".

Trabajo a largo plazo: antes de comenzar a estudiar un idioma es muy importante saber que los resultados no serán inmediatos. Como apuntábamos anteriormente, dominar un idioma es un trabajo de constancia y tesón. El experto afirma: "Si el estudiante quiere conseguirlo en un tiempo récord, es muy probable que acabe estresándose y se sature con rapidez". Sin duda la antesala perfecta para el abandono de los mismos.

No competir: dado que el ritmo de aprendizaje es diferente en cada persona, compararse con otros estudiantes y sus resultados puede jugar en nuestra contra. "Se trata de un reto con uno mismo. No hay prisa, lo importante es nutrir la autoconfianza paulatinamente". En este punto, se debe destacar el buen resultado que tiene unirse a las personas que poseen el mismo nivel que nosotros ya que nos incitará a practicarlo más gracias a que los interlocutores se encuentran en las mismas condiciones.

VER GALERÍA

Importancia de la diversión: una buena forma de aprender con más celeridad es hacerlo mientras nos divertimos. Aprender jugando genera un efecto muy positivo en la motivación. Herramientas como los videojuegos o apps, tanto en las aulas, como en nuestra vida cotidiana nos introducen en el idioma de manera amena. Unos útiles que nos incentivan a practicar constantemente y no solo en las horas académicas. Otro punto importante para evitar el estrés.

Desmitificar el error: es un hecho que desde el fallo se genera el aprendizaje. Las personas más perfeccionistas evitan hablar un idioma por miedo al fallo. Hopkins, sin embargo, señala: "para hablar con fluidez una nueva lengua, requiere arriesgarse y cometer errores para luego corregirlos. Es una parte del aprendizaje que se debe aceptar para evitar la vergüenza".

Hablar sin pensar: aunque parezca un sinsentido los especialistas inciden en la idea de que "no se debe dar tiempo a que aparezca el miedo y a que la ansiedad genere un parón en el estudiante, sobre todo, a la hora de hablar un idioma".