Conducción eficiente, introducción de vehículos híbridos o eléctricos, fomento del transporte público urbano y de medios no motorizados, como las bicicletas o los patinetes… Son muchas las medidas que se están implantando para tratar de reducir las emisiones de CO2 en el sector de transporte por carretera. No obstante, a pesar de que el 13% de las partículas contaminantes en los 28 países de la Unión Europea son ocasionados por este tipo de transporte, no es el único que contribuye al efecto invernadero. Los cruceros, una de las opciones más populares en estos meses de verano, son un nuevo 'objetivo' para tratar de paliar los efectos de la grave crisis medioambiental en la que nos encontramos inmersos y a la que contribuyen negativamente. Los drones,en este aspecto, pueden ser de gran ayuda.
Leer: Ideas para reducir el plástico en la cocina
'Guerra' al azufre
La imagen nítida, limpia y respetuosa que transmiten estas embarcaciones dista mucho de la realidad. Según alertan los expertos, para realizar la misma distancia, un crucero contamina como cinco millones de coches. Esto se debe al tipo de aceite del combustible que utilizan los motores, que contiene hasta 3.500 veces más azufre que el de los vehículos convencionales. Además, la inmensa mayoría no utiliza sistemas de limpieza de gases de escape o combustibles alternativos. Para poner fin a esta alarmante situación, el Gobierno quiere utilizar drones (RPAS) con el fin de controlar los niveles de contaminación de los cruceros que atraquen en España.
Esta medida, que se exigirá a partir del 1 de enero de 2020, se ha llevado a cabo después de que el portavoz de Medio Ambiente de Unidas Podemos, el diputado de Equo Juantxo López de Uralde, exigiera al equipo de Pedro Sánchez un mayor control y regulación de la contaminación de estas embarcaciones. En concreto, la formación morada se refería a los puertos de Barcelona y Palma de Mallorca, dos de los "más castigados" según el estudio Transport & Enviroment que recientemente dio a conocer Ecologistas en Acción.
El Gobierno ha dado luz verde a esta cuestión y ha previsto su entrada en vigor para el año que viene, cuando los nuevos máximos de azufre permitidos en los combustibles de los buques, a nivel mundial, no podrán ser superiores al 0,50% en masa. Tal y como asegura Europa Press, el equipo de Pedro Sánchez ha informado al grupo confederal de que se encuentra en conversaciones con la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) para efectuar esta labor con drones. A través de sus sensores, estos aparatos se encargarán de analizar los gases emitidos por la chimenea de los buques y podrá comprobarse el contenido de azufre del combustible que la embarcación en cuestión esté quemando en ese momento, asegurando el cumplimiento o no de la nueva legislación.
Leer: Trueque 'eco': Pagar el transporte público reciclando ya es posible