La clase de spinning o ciclo indoor es todo un éxito en los gimnasios. Engancha porque es un desafío en el que retas a tu cuerpo a dar cada día un poco más y acabas sudando, extasiado y satisfecho por el trabajo. Sin embargo, pese a ser una práctica muy completa, hay zonas del cuerpo que se trabajan en menor grado y conviene que complementes la bici con otro tipo de entrenamientos para que tu práctica deportiva sea redonda.
"El objetivo del ciclo indoor es fusionar una serie de ejercicios aeróbicos al ritmo desenfrenado de la música, desarrollando así una actividad de bajo impacto altamente efectiva. Las principales adaptaciones del sistema orgánico al practicar dicha actividad se dividen en corto y largo plazo; produciendo un aumento de la frecuencia cardíaca y la mejora de la masa muscular de nuestro corazón en el primer caso, y un descenso del tanto por cierto de grasa en el segundo", nos cuenta Javier Andreu, coordinador del club femenino Boutique Gym & Spa by O2 Centro Wellness, entrenador personal, técnico multidisciplinar de actividades dirigidas y formador nacional de Ciclo Indoor en AcademyO2, con quien hemos charlado sobre esta disciplina.
Beneficios del spinning
El spinning "es una actividad con enormes beneficios para nuestro sistema cardiorrespiratorio, con la que se llega a consumir hasta las 700 Kcal en una sola clase, centrada en el trabajo muscular de nuestro tren inferior, en la que se potencian, principalmente, cuádriceps y glúteos", apunta Javier.
En cuanto a sus beneficios, el experto detalla que se pueden dividir en cardiocirculatorios, respiratorios y metabólicos. Así, asegura que practicando esta actividad, prodemos conseguir el aumento de la masa cardíaca -el engrosamiento de sus pareces y la ampliación de sus cavidades-, la mejora de la capacidad de distribución del flujo sanguíneo, de la economía respiratoria y de la capacidad difusora alveolocapilar, o el incremento de oxidación de las grasas, entre otros beneficios.
¿Con qué lo debemos combinar?
"Si nos regimos por los principios esenciales de cualquier práctica deportiva, debemos fragmentar nuestro entrenamiento en tres variantes: calidad (series, HIIT, trabajo específico), volumen (trabajo aeróbico de fondo) y fuerza", explica Javier. El spinning, desde el punto de vista del bienestar, se encuentra dentro del trabajo aeróbico, por lo que sería recomendable combinarlo con otras rutinas de fuerza y calidad.
La buena noticia es que el "trabajo aeróbico es una actividad que podemos realizar varias veces a la semana, y lo idóneo es combinarla con otras actividades (incluido el mismo día si son de corta duración), y alternarlas con descanso". De esta manera, el formador de ciclo indoor nos propone la siguiente rutina semanal:
- Lunes: combinar el ciclo con ejercicios de core
- Martes: dedicarse al trabajo de fuerza
- Miércoles: descanso
- Jueves: trabajo de calidad
- Viernes: volver a la bici y, de nuevo, a los ejercicios de core
- Sábado: descanso
- Domingo: éste sería el 'día premio', en el que realizaremos ese entrenamiento especial que nos pide el cuerpo, centrados en la bici