¿Sabías que tus ojos también se queman? Para evitarlo, así debes cuidarlos
El sol, la radiación, el calor, el mar o el agua de las piscinas pueden dañarlos. Pero con estos consejos evitarás pasar un mal rato.
En verano, la radiación solar es mayor y sabemos que debemos proteger nuestra piel para evitar las quemaduras. Sin embargo, no le prestamos la atención debida a nuestros ojos, que también pueden sufrir las consecuencias de los rayos del sol.
Además, problemas como la conjuntivitis son también muy comunes en la época estival, por lo que los expertos recomiendan mantener una buena higiene para evitar estos y otros problemas. Hablamos con el doctor Javier Fernández, oftalmólogo de Clínica Baviera, en Burgos, para que nos expliqué que precauciones debemos tomar durante las vacaciones para evitar tener que nuestros ojos sufran.
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¿Qué enfermedades o problemas puede aparecer durante el verano?
La luz ultravioleta proveniente del sol es uno de los principales factores causantes de la patología ocular durante el verano. Por un lado, una exposición puntual puede producir queratitis actínicas superficiales (fotoqueratitis). Por otro lado, la exposición mantenida puede promover el crecimiento de lesiones superficiales en la conjuntiva como pterigium y pinguéculas, acelerar el envejecimiento de la retina; e incluso promover la aparición de distintos tumores en la piel de los párpados.
¿Cómo reconocer que hemos sufrido una quemadura?
La fotoqueratitis consiste en que se producen pequeñísimas heridas en la superficie de la córnea. Éstas se manifiestan con enrojecimiento, irritación, lagrimeo, pinchazos, dolor, sensación de arenilla y de visión borrosa.
El agua del mar o de las piscinas, ¿puede dañar nuestros ojos?
El agua del mar y las piscinas puede dañar nuestros ojos por diferentes vías. En primer lugar de importancia, por la existencia de microorganismos que pueden causarnos infecciones. En cuanto al agua del mar, su concentración de sal puede alterar nuestra lágrima y superficie ocular. Por último, las molestias oculares en piscinas pueden ser debidas a la cloramina, una sustancia que se forma con el contacto del cloro con sustancias producidas por los propios bañistas como el sudor, orina, piel muerta o productos cosméticos como cremas solares.
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¿Cómo debemos protegerlos entonces?
Por un lado, para evitar el contacto del agua con los ojos se aconseja la utilización de gafas de natación. Por otro, para proteger los ojos tanto de la radiación solar, como del polvo, la arena, el polen u otras partículas es recomendable usar gafas oscuras y envolventes.
¿Qué hábitos son los más perjudiciales?
Entre los hábitos más perjudiciales podemos destacar utilizar gafas oscuras pero sin filtro solar, exposición a la luz en horas de máxima intensidad de rayos ultravioleta, no utilizar protección con gafas de natación durante el baño y mirar directamente al sol.
Respecto a las gafas de sol, ¿qué características tienen que tener?
Las gafas de sol deben tener cristales sin arañazos y resistentes. Las lentes deben reducir la intensidad de luz visible y filtrar la radiación UV nociva.
Existen varios tipos de lentes; entre ellas, las fotocromáticas y las polarizadas. Las primeras se adaptan a la intensidad de la luz ambiente, por lo que se oscurecen según los rayos ultravioletas que reciben. Las polarizadas se recomiendan para la práctica de ejercicios al aire libre, puesto que filtran los excesos de luz, eliminan los reflejos y evitan los deslumbramientos.
¿Cómo saber si tienen un buen filtro solar?
Los filtros solares se clasifican del 0 al 4, según la cantidad de absorción de luz visible (no de absorción de radiación ultravioleta).
- Las del número 0 son gafas de lente clara que se suelen usar para la conducción.
- Las del 1 se emplean en espacios de luminosidad leve.
- Las del 2 y 3 son las que se recomiendan para deportes, ir a la playa y son las mejores para el verano.
- Las del 4 se reservan para ambiente del sol extremo.
La gafa debe ir marcada con el sello CE (de conformidad europea) y con la categoría del filtro indicada. Esto garantiza que han sido probadas con espectofotómetro, que es el aparato para analizar la capacidad de filtrar la luz.
Si llevamos lentillas, ¿podemos bañarnos con ellas?
Las lentillas son uno de los principales factores de riesgo para adquirir una infección en la córnea. El motivo es que en el agua hay muchos microorganismos y si llevamos las lentillas es posible que los gérmenes se queden en ellas. Además, las lentillas pueden absorber el agua que las rodea, lo que puede provocar que cambie su forma y se vuelvan incómodas y que la visión se vuelva borrosa. Si debes usar lentillas mientras nadas, usa lentillas diarias desechables.
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Danos unas claves para cuidar nuestros ojos durante la época estival
Como principales consejos para el verano destacamos:
- Comprar las gafas en tiendas especializadas y comprobar la categoría del filtro.
- No usar (en la medida de los posible) lentillas en la piscina y en la playa; y si se emplean, que sean diarias desechables.
- Evitar horas de máxima exposición solar (12-16:00h)
- Cubrir la cabeza con sombreros o gorras y recordar que los días nublados también hay radiación ultravioleta.
- Emplear lágrimas artificiales ante alguna molestia de sequedad ocular.
- No mirar directamente al sol.