Los jóvenes actuales están demostrando una conciencia ecológica desconocida en las generaciones anteriores. Greta Thunberg es un ejemplo y la punta de lanza para muchos de ellos desde que, el verano pasado, decidiera ponerse en huelga para exigir a los gobiernos que legislen y hagan cumplir normativas que eviten un desastre natural sin solución a causa del cambio climático.
Hoy Thunberg tiene 16 años y es conocida internacionalmente. Sin embargo, el año pasado era una niña más que iba al colegio en Estocolmo. Pero ocurrió algo que le hizo darse cuenta de que el planeta atraviesa una crisis de consecuencias dramáticas: el agosto pasado Suecia vivió una ola de calor sin precedentes que causó medio centenar de incendios forestales insólitos en esta zona del planeta, que lograron arrasar más de 20.000 hectáreas de bosque.
Todo el mundo sabía que Suecia jamás había sufrido los incendios de verano de una forma tan grave, pero solo una niña de 15 años se atrevió a hacer algo. Greta se declaró en huelga, se estableció frente al Parlamento sueco y comunicó su decisión de no moverse de allí hasta que los legisladores trabajen para revertir los efectos de cambio climático. Thunberg no lo hizo sin conocimiento de que en un mes habría elecciones, por lo que sabía que esta medida de presión política podría convertirse en un elemento de fuerza para señalar a los políticos, pedirles explicaciones y medidas concretas.
Cuando el 9 de septiembre de 2018 se celebraron las elecciones generales en Suecia, Greta regresó a sus estudios, pero reservó los viernes para volver a declararse en huelga. Desde entonces estudia 4 días y 1 se lo dedica a la lucha contra el cambio climático, pues regresa a las puertas del Parlamento sueco y de otras instituciones comunitarias para manifestarse y hacer oír sus reivindicaciones.
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La cumbre del clima que se hizo viral
Pocas veces las cumbres internacionales de mandatarios de todo el planeta se hacen virales. Sin embargo, Greta lo consiguió en diciembre del año pasado, cuando fue invitada a participar como ponente de la cumbre climática en la ciudad polaca de Katowice. Thunberg dio un discurso ante los líderes de todo el mundo que emocionó, no sólo por su carga dramática, sino porque una niña de 15 años supo poner los puntos sobre las íes, hablando con crudeza a quienes tienen el poder de detener el cambio climático y exigiéndoles que hagan algo ya.
Fue entonces cuando la opinión pública descubrió a esta niña sueca y su ejemplo se contagió a los jóvenes de todo el mundo. Greta fue invitada a varios parlamentos de todo el mundo, la ONU y la Comisión Europea, y con cada rueda de prensa que realiza esta adolescente se le suman cientos de miles de jóvenes más.
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No es un cambio, es una crisis
El mensaje es de Greta se basa en que no quiere que los políticos le tranquilicen prometiendo medidas, sino que desea que sean estos mismos políticos los que sientan el miedo a lo que está por venir, y que se sientan urgidos por poner todos los recursos y las medidas necesarias para evitar un desastre medioambiental que los especialistas han determinado que no falta mucho para que sea irreversible.
Por esta razón, para evidenciar que el problema medioambiental no es leve, sino que atenta contra nuestra supervivencia y puede acabar convirtiéndose en una ruptura de los sistemas productivos de todo el planeta, Greta Thunberg rechaza que se denomine al cambio climático con la palabra “cambio”, pues eso sería un proceso inocuo. Para evidenciar el problema Greta propone que se le llame “crisis climática”.
El ejemplo de Thunberg ha cundido, y su huelga de los viernes no solo se limita a ella y a sus amigos en Suecia, sino que se ha convertido en un fenómeno global seguido por colectivos de jóvenes en más de 270 ciudades de todo el mundo, en los llamados "Fridays for Future", que congregan manifestaciones semanales que culminan frente a los parlamentos locales de todo el mundo.
En marzo de este año, Greta Thunberg ha sido nominada para recibir el premio Nobel de la Paz a petición del grupo parlamentario socialista sueco. No es fácil de conseguir, pues existen otros 303 candidatos que también podrían obtener el galardón, pero lo cierto es que la repercusión de Greta Thunberg no tiene precedente y su ejemplo ha hecho remover la conciencia de todo el planeta para una cuestión que no solo lo merece, sino que probablemente determine el futuro de la humanidad.
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