Es posible que, en alguna ocasión, te hayas planteado suprimir el consumo de carne en tu dieta por una cuestión de conciencia o ecológica. Pero, ¿conoces los beneficios que una decisión así tiene para tu salud?
Dejar de comer carne es una decisión, por lo general, meditada y fruto de un sentimiento de responsabilidad para con el medio ambiente. Y en muchas ocasiones, se inicia un tipo de alimentación vegetariana y vegana sin saber todos los beneficios que, además, tendrá para nuestra salud y bienestar.
Comer carne o no es una decisión estrictamente personal, aunque es cierto que las autoridades medioambientales alertan de la importancia de, al menos, reducir su consumo para garantizar la existencia de los recursos naturales en nuestro planeta en los próximos años.
Bajarás de peso
Son varios los estudios que avalan la pérdida de peso, relativamente en poco tiempo, tras dejar de comer carne. Sin embargo, la letra pequeña de estos estudios nos desvelan algunos matices muy interesantes.
Uno de ellos, el más reputado y que más se utiliza para justificar que cuando se deja de comer carne podemos perder de forma casi inmediata 4 kilos de peso, es el realizado por la Universidad George Washington (Washington, EE.UU.). Según los resultados de los investigadores, las personas que se inician en el veganismo acaban demostrando un menor IMC (índice de masa corporal) que aquellas que comen carne. Esto hace, entre otra cosas, que el porcentaje de obesidad sea menor entre quienes no consumen carne, aunque se ingiera el mismo número de calorías.
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Sin embargo, estos estudios realizados en EE.UU no tienen en cuenta el tipo de carne que consumían las personas que formaban parte del estudio, según explica Emilio Galíndez Pisonero, dietista-nutricionista de la Clínica Capón de Madrid. Si ese mismo estudio se realizara en España, con el tipo de alimentación que mantenemos aquí, más próximo a la dieta mediterránea, y con una cantidad de alimentos procesados inferior a la de EE.UU.), probablemente al dejar de comer los filetes de ternera, pollo o cerdo de una calidad razonable que podemos tomar de forma habitual, no se notaría tanta mejoría y pérdida de peso.
“Cuando más diferencia se nota es cuando se dejan de tomar embutidos, salchichas y carnes picadas, que tienen muchos ingredientes añadidos. Esta situación es similar a la de los lácteos, que existen estudios que reflejan que tras dejar de consumirlos se adelgaza, pero habría que preguntarnos ¿qué tipo de lácteos son? Si son azucarados, como batidos o yogures con sabores,es evidente que perderemos peso” explica Emilio Galíndez Pisonero.
Otra consecuencia lógica y muy relevante es que, cuando dejamos de comer carne, tenemos que suplir nuestro hambre con otros alimentos. “Comemos mucha más fruta y verdura de la que comíamos antes, y eso inevitablemente tiene un beneficio para nuestra salud. Porque lo común es tener un déficit de alimentos vegetales en la dieta, pero cuando se deja de comer carne estos suponen toda nuestra alimentación”, comenta Galíndez Pisonero. Los alimentos de origen vegetal tienen más fibra, vitaminas y minerales, son más sanos y te hacen adelgazar. Por tanto, no es solo que no comas carne, sino que suples ese alimento con otros que son totalmente saludables y que presumiblemente tienen menos calorías.
Tu salud saldrá ganando (y mucho)
La presión arterial también disminuye, según algunos estudios debido a lo anterior y al menor IMC asociado a un peso promedio más bajo y al consumo de frutas y verduras. La posibilidad de padecer diabetes tipo 2 también se reduce, porque una dieta sin carne nos ofrece un riesgo menor de síndrome metabólico.
Otras investigaciones apuntan a que no consumir carne podría reducir las posibilidades de padecer cáncer gastrointestinal, colorrectal y, además, en el caso de las mujeres, cáncer de mama.
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Mejorará tu aparato digestivo
Si se hace de la manera adecuada, al dejar de comer carne incrementamos el consumo de frutas, verduras y legumbres, lo que supone un aporte muy óptimo de fibra para nuestro organismo. Eso se traduce en menores posibilidades de padecer estreñimiento, lo que te ayuda a sentirte deshinchada y más ligera.
Al parecer, además, la flora intestinal de quienes no comen carne presenta unas bacterias de mejores cualidades, más fuertes y diversas. Este ecosistema de bacterias es de vital importancia para nuestra salud, aunque no acostumbremos a tenerlo muy en cuenta.
Resplandecerás por dentro y por fuera
Son muchas las personas que aseguran que, tras eliminar la carne de su dieta, ha mejorado su sensación de ligereza y bienestar, y se sienten con mucha más energía física y vital. Por otro lado, dejar de comer carne supone, en algún momento, una conexión personal con nosotros mismos, que nos permite percibir los cambios que se han producido en nuestro interior. Al tiempo, aunque no lo pretendamos, conectamos también con el entorno que nos rodea, y la conciencia sobre el medio ambiente aumenta de manera progresiva.
Por otro lado, la ingesta de antioxidantes, gracias a las frutas y verduras, te ayuda a tener una piel más radiante y luminosa, retrasando la aparición de manchas, arrugas, y otros signos del envejecimiento.
Dejar de comer carne también tiene contras
No comer carne solo tiene una pega, pero es suficientemente importante, se trata de cierto déficit en vitaminas y minerales, en concreto de la vitamina B12, que no existe en ningún otro alimento de origen vegetal. “El hierro y el calcio puede sustituirse por otros alimentos, legumbres y frutos secos, pero la vitamina B12, que es imprescindible para la vida, no existe de ninguna fuente no animal, a menos que consumamos un suplemento vitamínico”, explica Emilio Galíndez Pisonero.
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