No siempre les prestamos atención, o pecamos de confiados. Pero lo cierto es que una intoxicación alimentaria puede hacer que sufras una gastroenteritis aguda y acabar en el hospital. Al menos, eso fue lo que le ocurrió al político Albert Rivera. Afortunadamente, el líder de Ciudadanos ha salido hoy del centro sanitario en el que estaba ingresado, probablemente, por una infección por salmonella y con buena salud.
En casos muy puntuales y en población vulnerable puede producir el fallecimiento del paciente. Los niños y los ancianos, por ejemplo, son grupos de población a los que hay que prestar mayor atención.
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¿Por qué hay más salmonelosis en verano?
Entre las intoxicaciones e infecciones más frecuentes en verano destacan las gastroenteritis producidas por bacterias o sus toxinas. En concreto, según detalla la Sociedad Española de Endrocrinología y Nutrición (SEEN) se calcula que estas intoxicaciones afectan cada año en Europa a unos 40.000 casos y causan 3.300 hospitalizaciones.
En el caso de la salmonelosis, una de las más conocidas, “esta se produce por diversas especies de bacterias del género Salmonella, vinculadas con la temperatura excesiva en la conservación de alimentos procedentes de aves, carnes, e incluso frutas y verduras, o a la falta de lavado de estas últimas. No obstante, son los huevos y las recetas de comidas que se realizan con ellos, una de las causas que más casos de salmonelosis producen en España”, subraya el doctor Luis Carlos Blesa, presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP).
“Este tipo de problemas de salud pueden derivar en episodios de diarrea, fiebre, dolor abdominal y de cabeza, vómitos, náuseas, debilidad y malestar general, que pueden llegar a dañar la salud de los niños. Por ello, si los síntomas perduran y no remiten con medidas habituales (hidratación adecuada, especialmente con sueros de rehidratación oral, consejos dietéticos sencillos, reposo y antitérmicos, según los casos) se acuda al pediatra, de forma programada o urgente, según la intensidad de cada caso en concreto”, advierte Blesa sobre la gravedad de este tipo de cuadros. En el caso de los adultos, la gravedad dependerá de la cantidad de alimento contaminado ingerido y de la propia persona. Los primeros síntomas, adema´s, suelen aparecer entre 2 y 6 horas después de la ingesta.
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Manipulación en el hogar
No obstante, esta situación también puede generarse en el hogar si la familia no mantiene una refrigeración adecuada de las comidas o si no se lavan de manera correcta los alimentos antes de cocinarlos o ingerirlos. De hecho, según un informe de la Organización de Consumidores (OCU), más del 50% de estas intoxicaciones tiene su origen en alimentos preparados en los hogares.
Dejar la comida en la cocina sin refrigerarla, llevarla de casa al trabajo sin la adecuada conservación (por ejemplo, una barra de hielo), no lavar a conciencia los alimentos como las hortalizas, verduras y frutas o favorecer la contaminación cruzada en el transporte de súper a casa son algunos de los hábitos que favorecen este tipo de intoxicaciones.
Según explica la doctora Amalia Sánchez López, especialista en medicina general de mediQuo, las bacterias están presentes en el suelo, aire o en agua. Cuando hace más calor crecen más rápido y eso propicia la contaminación de los alimentos. De ahí que tengamos que tener mucha precaución al manipular los alimentos todo el año pero, sobre todo, durante el verano.
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Consejos para prevenir una intoxicación
- Lávate las manos a menudo.
- Evita el almacenamiento prolongado de vegetales (aunque sea a temperatura de refrigeración)
- Lava bien los productos naturales que vayas a consumir. Si es preciso, hazlo con lejías especiales.
- En el caso del huevo, causante del 23% de las intoxicaciones alimentarias por salmonella en verano, no los laves cuando vayas a cocinarlo, puesto que la cáscara es muy porosa y facilita la penetración de las bacterias. No uses huevos rotos y conserválos siempre en la nevera.
- Limpia bien las superficies y utensilios con los que se manipulan los alimentos crudos
- Cocina de manera homogénea los alimentos y a temperaturas superiores a 70ºC
- Conserva los productos alimenticios en el frigorífico y con la temperatura que indica el etiquetado.
- Respeta la cadena de frío.
- Si dudas del buen estado de un alimento es preferible que lo tires
- Cuando vayas a comer fuera, asegúrate que el centro hostelero cumple con las condiciones sanitarias adecuadas, y evita el consumo de alimentos expuestos a temperatura ambiente, en vez de estar de forma conveniente en vitrinas refrigeradas.