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¿Otra vez cistitis? Quizá deberías cuidar mejor tu zona íntima

El calor, la humedad y el contacto con la arena aumenta el riesgo de infecciones. Para evitarlo, hay que mantener la zona seca, hidratada y evitar estos malos hábitos


Actualizado 11 de julio de 2019 - 11:25 CEST

Mantener una buena higiene íntima es vital en nuestro aseo diario. No solo para combatir malos olores, también evita infecciones. De hecho, problemas como la cistitispodrían deberse a malos hábitos, que repetimos sin ser conscientes de que estamos alterando su barrera protectora.

¿Cómo limpiar la vagina?

La limpieza correcta de la zona genital femenina debe realizarse con sumo cuidado y mimo debido a la zona tan delicada que representa en el cuerpo femenino. Algunas prácticas usuales en algunas mujeres como el uso de jabones con fragancia, desodorantes íntimos, duchas vaginales, esponjas sintéticas o uso de prendas interiores de tejidos sintéticos que impiden la transpiración pueden dañar seriamente su fisiología y fomentar la aparición de microorganismos agresivos o la multiplicación de los que ya habitan en el aparato genital.

En la vagina viven numerosos microrganismos (bacterias y hongos) que forman la flora vaginal normal o microbiota. Estos gérmenes 'amigos' nos ayudan a enfrentarnos contra otros microorganismos extraños. En su origen no son nocivos, sin embargo, podrían agredir al organismo y producir una infección.

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Según Arkhopharma, los probióticos pueden resultar una opción terapéutica para las infecciones. De hecho, son utilizados por el 25% de los ginecólogos en caso de pacientes con más de 4 episodios de infecciones vaginales al año. Teniendo en cuenta que el 75% de las mujeres experimenta por lo menos una infección a lo largo de su vida y que más del 50% repiten el episodio entre 2 y 4 veces en un año, los probióticos tienen mucho interés como complemento al tratamiento antiinfeccioso elegido. 

Entre estos 'aliados' destacan unas bacterias que forman la flora láctica (representan el 90% de las colonias y son fundamentalmente lactobacilos). Mantienen un pH vaginal entre 4 y 5, que es el correcto, debido a la producción de ácido láctico. Este hecho constituye una protección natural de la vagina frente a la colonización de otros microorganismos patógenos.

Cuando se rompe el equilibrio, bien por la reducción de lactobacilos o por el sobrecrecimiento de otras especies, pueden aparecer las infecciones vaginales (vaginitis o vaginosis).

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Qué puede romper el equilibrio de la flora vaginal

Hay diferentes factores que pueden favorecer las alteraciones de la flora vaginal y por ello la aparición de infecciones, cuyos síntomas pueden ser: sequedad, prurito, mal olor, secreciones, escozor, dolor, etc.

  • Toma de determinados medicamentos (antibióticos, antifúngicos, anticonceptivos orales…)
  • La falta de estrógenos y otros cambios hormonales (pubertad, embarazo, posparto y menopausia)
  • Bajada de defensas.
  • Las infecciones por hongos.
  • La práctica del coito.
  • Uso de determinados productos de higiene irritantes.
  • Uso de ropa íntima sintética.

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La hidratación y lubricación de la zona genital femenina ayuda a prevenir infecciones y evita el dolor en las relaciones sexuales. Existen muchas opciones, según señala Procare Health, cada una de ellas adaptadas a las necesidades de cada mujer. hidratates vaginales no hormonales elaboradas a base de ingredientes naturales como el aloe vera; geles vulvares reparadores para aliviar el picor y malestar y protege frente agresiones externas como el uso de compresas, depiación íntima, arena, agua del mar o de las piscinas, así como geles vaginales que con aloe vera y centella asiática que aceleran la cicatrización de pequeñas lesiones de la vagina. 


Consejos para cuidar correctamente la zona genital

Ahora que sabemos qué puede alterar el equilibrio, vamos a ver cómo podemos mantener la buena salud del área genital para evitar infecciones como la cistitis:

Mantén una correcta higiene. Siempre que nos sea posible, deberíamos limpiar la zona genital dos veces al día. Preferiblemente, en la ducha, ya que el bidé obliga a asearnos de atrás hacia delante, con lo que podemos propiciar el arrastre de bacterias hacia el área vaginal.

Respeta la flora vaginal. No se recomienda el uso de productos químicos o lavados vaginales ya que pueden barrer la flora vaginal o cambiar el pH natural. Esto podría facilitar la agresión de otros microorganismos que puedan provocar una infección.

Cuando vayas a la playa. La arena puede producir pequeñas heridas en el área genital. Para evitarlo, no te sientes directamente sobre ella. Y si lo haces, lávate al llegar a casa con el agua de la ducha teniendo cuidado de no frotar.

Cuidado con el bañador mojado. La humedad de bañadores y bikinis puede promover el desarrollo de infecciones vulvovaginales, de las vías urinarias o, incluso, la aparición de hongos. Lo más recomendable es secar siempre la zona y, si es posible, cambiar la prenda tras el baño.

Correcta hidratación. La falta de hidratación en la zona íntima puede también puede contribuir a la aparición de afecciones como inflamación, irritación, falta de elasticidad y lubricación o dolor durante las relaciones sexuales. Para evitarlo, utiliza geles hidratantes vaginales y reparadores.

Utiliza ropa apropiada. El uso de una ropa adecuada, cómoda, transpirable y de algodón es fundamental para una higiene adecuada. No es recomendable el uso de ropa sintética, puesto que dificultan la ventilación de la zona vaginal y aumentan el sudor con lo que se proporciona un medio adecuado para los microorganismos agresores.

Cuidado con los medicamentos. El uso de algunos medicamentos como los antibióticos o los anticonceptivos orales pueden facilitar una infección. Por ejemplo, el uso prolongado de los antibióticos destruye la flora bacteriana protectora de nuestro organismo. Ante una bajada de las defensas, nuestro cuerpo se encuentra más vulnerable y puede infectarse ante la presencia de un microorganismo extraño. Si vas a tomarlos, siempre con control médico.

Relaciones sexuales seguras. El único método barrera es el anticonceptivo. Asimismo, para evitar sufrir una infección como la cistitis tras el coito, conviene orinar para arrastrar los agentes patógenos.

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