Vivimos actualmente una verdadera guerra contra el plástico. Se trata de una de las problemáticas medioambientales más preocupantes del momento y son constantes las denuncias por parte de la sociedad; vídeos que muestran cómo el Mediterráneo es un auténtico vertedero o curiosas noticias, como la de una pareja que recauda dinero para su boda a base de recoger envases para su reciclado, ocupan titulares en los medios cada día. Mirar a otro lado no es una opción y no son pocas las iniciativas que se han puesto en marcha para intentar poner fin a esta lamentable situación. Desde batidas ciudadanas para limpiar playas y otros espacios naturales a originales iniciativas empresariales como Segundos para el planeta, que incentiva el reciclaje a través de cupones descuento.
Las nuevas alternativas al reciclaje de envases se encuentran en continua evolución
De forma paralela, también se trabaja por ofrecer cada vez más alternativas de envases eco, biodegradables, compostables, realizados con materiales como maíz o algas; incluso, los hay que se pueden plantar después de usar. Reducir el consumo de plástico es una medida que nos atañe a todos, empezando por los establecimientos hosteleros que ofrecen comida para llevar. "Hemos encontrado sin problema envases para las ensaladas, cubiertos compostables o bolsas de papel, pero aún no hemos dado con un recipiente que nos convenza para utilizar en la termoselladora, por ejemplo, para un plato de cuchara", nos comenta Maite de Cruz de Eraman & On Egin en San Sebastián, una tienda de cocina casera pensada para take away.
Pero la innovación avanza al ritmo de la conciencia y no tardarán en ajustar los envases limpios a todo tipo de necesidades porque es hacia donde hay que ir, tal y como apunta Maite. Sin embargo, para salvar la situación, animan a sus clientes a que se traigan su propio tupper y así no solo no se usa plástico sino que se favorece la reutilización, el verdadero reto de futuro.
Una idea que comparte Fernando Álamo, de Uh-mami, especializado en boles, ensaladas, zumos y batidos. No tiene mesas, la gente recoge su pedido y se lo lleva al muro de la playa de la Zurriola, por ejemplo, por lo que es de vital importancia "ser responsable de los envases que ofreces". Nos cuenta que ha conseguido tener absolutamente todos sus recipientes eco (boles de maíz, cubiertos compostables o pajitas de papel) pero que ha sido un reto y un esfuerzo a la vez, pues su coste es más alto. Explica que la diferencia ronda casi los 15 céntimos y que aún no somos conscientes de lo que supone.
El uso de recipientes eco supone aún un importante esfuerzo económico para particulares y empresas
Es en este punto donde se valoran alternativas como las de cobrar las bolsas de los supermercados, que fomentan que lleves la tuya propia. En su caso, se trataría de valorar propuestas como cobrar cubiertos extra (hay quien comparte y pide varios cubiertos) o descontar a quien traiga los suyos de casa o reutilice los que recibió la primera vez. "El problema no es pasar al compostable, el verdadero problema es no reutilizar, porque también el envase ecológico sigue siendo desechable y se tiene que fabricar, se sigue gastando agua, emitiendo CO2…", advierte Fernando.
Desde hace tiempo muchas superficies comerciales ofrecen por unos céntimos amplias bolsas reutilizables para la compra, hay quien ya ha puesto a disposición de los clientes las de malla para las frutas y verduras y los que han hecho una fuerte apuesta por el granel, como Pepita y Grano, con tiendas en Madrid, Ponferrada, Donostia y Valencia. Envases ecológicos, por supuesto, pero sobre todo más conciencia de lo nocivo del 'usar y tirar', más reutilización y más hacernos cargo de nuestros propios envases. Cada vez es más frecuente ver cómo se acude a la pescadería o carnicería con el tupper, gestos que deben ser tan aplaudidos como imitados.