Fina Puigdevall, la chef que salvaguarda las raíces de su comarca
Platos de Estrella Michelin con productos de proximidad de su Garrotxa (Girona) natal. Esta es la sencilla fórmula con la que la cocinera catalana se ha consagrado como una de las grandes figuras de la alimentación 'kilómetro cero'
Ante la amenaza de los problemas ambientales, las personas cada vez somos más conscientes de la necesidad de cambiar nuestros hábitos y costumbres hacia nuevos modelos más sostenibles. Una de las tendencias que está cogiendo fuerza en los últimos años es la alimentación local. Se trata de un sistema de consumo que aprovecha los productos que le brinda el entorno para disfrutar de una mayor calidad y frescura de los productos, apoyar el comercio de las regiones y, además, reducir la huella de carbono al suprimir parte del gasto energético y del transporte. Uno de los grandes nombres de nuestra gastronomía que se ha consagrado como un referente en la conocida como alimentación 'kilómetro cero' es Fina Puigdevall, la chef que se está encargando de salvaguardar las raíces de La Garrotxa (Girona).
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Ingredientes 'no viajados'
Desde el mes de mayo del año 1990, Fina regenta el Restaurante Les Cols de Olot, capital de la comarca gerundense de La Garrotxa, del que es propietaria y cocinera y que se ubica en la masía del siglo XV donde nació, creció y acabó desarrollando su carrera profesional. Un hogar silvestre que ha recibido algunos de los más altos reconocimientos gastronómicos (dos Soles Repsol y dos Estrellas Michelin) y que ha sabido marcar la diferencia gracias a una cocina creativa creada con pocos elementos y centrada en los productos de proximidad.
Los platos frescos y ligeros que se encuentran en la carta del restaurante están elaborados con alimentos que el propio equipo de Les Cols ha plantado y cosechado, recuperando así la huerta tradicional de la comarca. Las aves de corral también se crían en la propia finca, a escasos metros de los comensales. El alforfón, la patata de La Vall d'en Bas, patos y pollos de corral, las judías de Santa Pau, el jabalí, la trufa, la castaña y las flores son algunos de los productos que no faltan en la despensa de esta masía. Alimentos humildes y sostenibles que la chef catalana consigue convertir en originales platos y auténticos manjares como el canapé de rabanito, lechuga a la brasa con mostaza silvestre, arroz de alforfón o costillar de cerdo de raza Duroc. Tampoco faltan los quesos catalanes en contraste con mermeladas hechas en casa ni irresistibles postres como la coca de Sant Joan, con helado, fruta de la huerta confitada y granizado de cava.
Además de poder degustar este festín gastronómico, que apuesta por la producción de productos locales, también destaca la ubicación del restaurante y la belleza del paisaje rural que le envuelve. Aunque la masía conserva una fachada tradicional y los elementos más clásicos de los caseríos catalanes del siglo XV, el renovado interior de Les Cols es puro diseño. Tanto es así que RCR Arquitectes, el equipo de arquitectura que llevó a cabo la decoración y renovación de los espacios del establecimiento, recibió el premio FAD del público en 2003, y el Contractworld Award, en 2005. Un espacio realmente único en el que saborear La Garrotxa de principio a fin.
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