¿Es mejor el pescado salvaje o el de piscifactoría?

Depende. Ambos tienen ventajas e inconvenientes. Explicamos qué debes tener en cuenta a la hora de comprar un pescado u otro

por hola.com

Sabemos que el pescado es bueno para la salud. Así lo indican los expertos en nutrición. De hecho, proponen que en nuestra dieta prevalezca esta fuente de proteína sobre otras como la carne roja. Sin embargo, también conocemos que la mayoría de los peces grandes que consumimos están contaminados por metales pesados como el mercurio. Entonces, cuando consumimos este alimento, ¿por cuál nos decantamos? Es decir, ¿es mejor tomar pescado salvaje o de piscifactoría? La nutricionista y colaboradora de ¡HOLA! Marta Lorenzo nos lo aclara.

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Propiedades nutricionales del pescado

Debemos comer pescado ya sea salvaje o de piscifactoría. No solo por sus proteínas, sino también porque es fuente de grasas saludables como los omega 3. La Organización Mundial de la Salud recomienda que comamos al menos entre dos y tres raciones a la semana, y que una de ellas, como mínimo, sea de pescado azul.

Es un alimento básico que nos aporta de media entre 18 y 20 gramos de proteína, algunos minerales, nada de hidratos de carbono y casi nada de grasa, a excepción del pescado azul que destaca por su alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados como, por ejemplo, el omega 3. Pero, ¿cuál compramos?

Cuando vamos al supermercado, por regla general, no nos paramos a pensar ni nos preguntamos si el pescado que vamos a adquirir es salvaje o de piscifactoría. Sin embargo, en los últimos años el que más consumimos, porque es el que abunda en los supermercados, es el de piscifactoría. ¿Es realmente relevante este dato en la calidad del pescado? Lo cierto es que sí lo es. En ocasiones es más ventajoso comprar salvaje y otras de piscifactoría. Y al contrario. Por eso, tenemos que tener claro los siguientes aspectos.

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Diferencias entre el pescado salvaje y el de piscifactoría

El pescado de piscifactoría es más económico: esto es fácil de entender, ya que, lógicamente, la producción es mayor y, por lo tanto, existen más ganancias. Además, al criar a los peces en un lugar de fácil accesibilidad y controlado se ahorra el gasto que supone sacar un barco a altamar, que tampoco asegura una pesca segura.  

Las piscifactorías suponen mayor contaminación ambiental: genera una serie de residuos difíciles de controlar.

A nivel nutricional y organoléptico también existen algunas diferencias:

  • Los peces procedentes de la piscifactoría tienen menos proteína. Esto se debe a la falta de espacio, ya que al no tener libertad de movimiento, los peces no se mueven ni tienen que ir de un sitio a otro en busca de comida, haciendo del pescado procedente de piscifactoría un pescado con más grasa y menos músculo. Esto repercute también en su textura, ya que la del salvaje es más firme y el de piscifactoría más jugosa.
  • La relación omega 3 y 6 es mejor en pescados salvajes. No es conveniente un exceso de omega 3 en la alimentación y un déficit de omega 6, lo ideal es que haya un equilibrio entre ambos, y este equilibrio se encuentra en el pescado salvaje, en el caso de los de granja estos valores se disparan.
  • El pescado salvaje contiene más metales pesados. Los peces, sobre todo los más grandes, nadan largas distancias y esto supone estar más expuestos a los contaminantes de los mares. Esto riesgo se minimiza en los peces de piscifactoría, puesto que se puede controlar el agua.  
  • Por último y no menos importante, el control de anisakis. Hoy en día se han disparado el número de personas alérgicas a este parásito por lo que la industria alimentaria se ha puesto seria en su control. El riesgo de que el pescado procedente de piscifactoría esté contaminado por anisakis es menor pero no inexistente. De ahí que la recomendación general es que lo para prevenir esta infección debemos comprar el pescado congelado o, si es fresco, congelarlo durante 48 horas.

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