Cuidarse es un verbo que gana adeptos. Cada vez son más las personas que tratan de alcanzar el mejor estado de salud, dejando de lado los excesos, practicando ejercicio físico y eliminando de la despensa los alimentos procesados, repletos de grasas saturadas, azúcares, sal y otros componentes poco saludables y relacionados con obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares o colesterol. Sin embargo, en este intento por recuperar la comida de siempre, no solo deberíamos evitar el consumo de productos con largos listados de componentes. También tenemos que moderar la ingesta de determinados alimentos 'reales' que tienen un alto nivel de colesterol.
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Leche entera
La leche es uno de los alimentos más completos y, por ello, también aporta cierta cantidad de grasa. A pesar de que este producto no interviene tanto en la subida del colesterol como otros alimentos, se recomienda sustituir la leche entera por leche semidesnatada o desnatada. Mientras que la leche entera tiene un contenido en materia grasa mínimo de un 3,5 % por 100 ml de producto, la misma cantidad de la versión desnatada aporta únicamente 0,3-0,5%. Otra opción es consumir bebidas vegetales (sin azúcares añadidos) como de almendra, arroz, quinoa o soja, que no tienen colesterol y son bajas en calorías y grasas.
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Queso curado
El queso es uno de los alimentos que cuenta con más adeptos. Sin embargo, entre el amplio abanico que nos podemos encontrar en el supermercado, debemos elegir la variedad correcta. El curado, el gruyere, el cheddar o el parmesano son algunos de los que aportan un porcentaje de grasas más altos y, por consiguiente, los que debemos consumir de forma moderada. En general, los que más grasas saturadas y colesterol tienen son los que han sido sometidos a un mayor proceso de curación y los de untar. La mozzarella, el queso fresco, el cottage, el feta y el ricotta presentan valores más saludables y, además, son igualmente deliciosos.
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Gambas
Aunque pueda parecer todo lo contrario, las gambas son 'enemigas' del colesterol (aporta 200 mg por cada 100 g). A pesar de ser un alimento con alto valor nutritivo y bajo contenido graso, no son recomendables para las personas con altos niveles de colesterol. Concentran la mayor parte del colesterol en la cabeza, por lo que no se debe chupar esta zona. Una opción estupenda para disfrutar de comilonas señaladas sin preocuparnos por el colesterol es el pulpo, con solo 48 mg por cada 100 g, o las almejas, una fuente de hierro que aporta solo 40 mg. La sepia, el calamar o el preciado bogavante son otros mariscos que presentan altos porcentajes de colesterol y de los que no debemos abusar.
Mollejas
Odiadas y amadas a partes iguales, las mollejas son una 'bomba' para el colesterol. Estas vísceras, que hacen alusión a una glándula que se llama timo y que está posicionada en el pecho del animal, aporta vitaminas A, D, y B12 y minerales como fósforo, cobre y potasio. No obstante, aporta una alta cantidad de colesterol: 260 mg en 100 g. Unos niveles que se repiten en el resto de alimentos de casquería. Los riñones, el corazón, la lengua, los sesos y especialmente el hígado, que es donde se fabrica el colesterol, son alimentos muy perjudiciales para la salud por su alto contenido en grasas saturadas.
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