Todas las claves para que puedas tomar el sol de forma segura

Averigua cómo usar de forma apropiada los protectores solares, cuándo puede tomar el sol un niño o qué otras medidas debemos adoptar para que el sol no nos haga daño

Por Nuria Safont

El sol es fuente de vida. Lo necesitamos para vivir. Sin embargo, sus rayos pueden acabar siendo nocivos para nosotros. Quemaduras, envejecimiento prematuro o, lo peor, cáncer de piel y melanoma son algunas de las consecuencias de tomar el sol sin la debida protección. Por ello, la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) ha elaborado un decálogo para fomentar la exposición solar segura. En sus recomendaciones insiste, por ejemplo, en utilizar correctamente un protector solar, entre otras medidas. 

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Claves para una protección solar segura

Y es que la mayoría de nosotros utilizamos protectores solares cuando tomamos el sol. Estamos concienciados y sabemos que su uso nos protege de los rayos nocivos. Sin embargo, también nos surgen muchas dudas, algunas de ellas basadas en falsas creencias. Ello hace que se fomenten hábitos perjudiciales que pueden 'echar al traste' todo nuestro esfuerzo para prevenir que el sol nos haga daño. Analizamos los interrogantes más frecuentes y les damos respuesta para que este año tu fotoprotector sea tu mejor aliado del verano y, de verdad, te proteja del sol. 

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¿Qué es un protector solar?

Un protector solar es cualquier medida que sirva para impedir la acción de las radiaciones ultravioleta (UV) en la piel y los ojos. Los rayos UV son un componente de la luz solar que nosotros no vemos, pero que son capaces de penetrar la piel y ocasionar daños en la células.

Existen diferentes tipos de rayos UV 

  • UVA: son los responsables del envejecimiento de la piel y del cáncer. 
  • UVB: son los responsables de las quemaduras y del enrojecimiento de la piel. 
  • Infrarrojos IR: generan calor y son los responsables de la pérdida de agua y elasticidad. 

Los fotoprotectores o cremas solares son una de las medidas, que pueden alcanzar una protección del 90% siempre que se usen correctamente. Sin embargo, hay otras como, por ejemplo, cubrir la piel con ropa, usar sombreros y gorras, no exponerse en las horas de mayor radiación, caminar por la sombra... 

¿Cómo elijo un buen protector solar? 

Según Ana Aliaga, doctora en Farmacia y experta en dermocosmética, "lo primero es tener claro para quién es. Es decir, si lo va a utilizar un niño, debemos adquirir un producto destinado al público infantil. Otra de las medidas que debemos tener en cuenta es si tenemos la piel grasa, seca, si sufrimos algún problema de piel, como dermatitis atóptica, acné, etc. Por otro lado, cuando nos pongamos la crema solar debemos tener en cuenta la actividad que vamos a desempeñar, puesto que no es lo mismo utilizarlo para ir por la calle a la oficina, que usarlo para un día de playa, montaña u otra actividad al aire libre". 

¿Qué significan las siglas SPF o FPS?

Significa factor de protección solar e indica el nivel de protección frente a los rayos UVB. Estas siglas van seguidas de un número que indica el número de veces que el protector solar aumenta la capacidad de defensa natural de la piel frente a la quemadora o el enrojecimiento. 

Por otro lado, hay que tener en cuenta que la normativa actual en cuanto a cremas solares aconseja que la protección frente a los UVA sea de, al menos, 1/3 frente a los UVB. Es decir, si un protector tiene un FPS de 30, la protección frente a los UVA será de 10. Lo ideal, por tanto, es que escojas un protector solar que proteja frente a los dos. Lo sabrás porque ambos rayos están indicados en el etiquetado y, generalmente, redondeados.

Por último, para saber si un producto tiene una protección alta o baja frente al sol, se utiliza el método COLIPA que clasifica los productos en diferentes categorías: 

  • Bajo: 2-4-6
  • Medio: 8-10-12
  • Alto: 15-20-25
  • Muy alto: 30-40-50
  • Ultra: 50+

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¿Qué tipo de protección necesito? 

Depende de tu fototipo, es decir, de la capacidad de tu piel para bloquear los rayos solares. Esto te ayudará: 

  • Fototípo I: es una persona que nunca se broncea, se quema siempre, es pelirroja y el color de sus ojos es azul. 
  • Fototipo II: a veces se broncea, se quema en ocasiones, es rubia y sus ojos son de color verde o azul. 
  • Fototipo III: se broncea siempre, rara vez se quema, es castaña y los ojos son de color gris o marrón. 
  • Fotito IV: se broncea siempre, nunca se quema, su pelo es negro y los ojos de color marrón. 

Además, hay que tener en cuenta el índice ultravioleta (UVI) que es la estimación de la radiación ultravioleta B solar máxima en la superficie de la tierra la hora del mediodía. Se divide en radiación UV baja (1-3), radiación media (4-6) radiación alta (7-9) y radiación extrema (superior a 10). Con ello, ya puedes saber qué protector elegir. 

Por ejemplo, cuando menor es la radiación, se puede llevar un FPS de 15-20. En cambio, si la radiación es media o alta, los fototipos I y II deberían aumentar el FPS a 30-50, mientras que los III y IV pueden mantener el 15-20. Si la radiación es muy alta (10 o más) los fototipos I y II deben llevar un 50+, los fototipos III un 30-50, mientras que los IV pueden seguir utilizando un 15-20.

¿El FPS indica el tiempo que puedo permanecer expuesta al sol? 

No. Indica la capacidad de protección. "Un producto con factor de protección 30 protege frente a la quemadura solar el doble que uno de 15, en cambio un producto con factor 15 absorbe el 93% de la radiación UVB, mientras un 30 absorbe el 97% de la radiación UVB", indica Ana Aliaga. Pero eso no supone que puedas estar 30 o 50 minutos tomando el sol.  

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¿Cuánta más crema me aplique, más protegida estoy?

Según explica la doctora Elia Róo, de la Academia Española de Dermatología y Venerología, cuando se hacen estudios de medición del FPS se aplican 2mg/cm2. Esto equivaldría a aplicarse un envase de 30 ml en cada uso. Por eso, los expertos recomiendan que utilicemos un FPS mayor, por ejemplo, de 30 o más, así como renovar la aplicación periódicamente. Hay que ser generosos. Te ayudará saber que aconsejan que la cantidad de protector que te eches equivalga a unas seis cucharadas de café en cada aplicación.  

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¿Hay que aplicarse el protector media hora antes de la exposición solar? 

De media, el tiempo de absorción de una crema solar se encuentra en torno a 30 minutos. Por ello, es recomendable aplicar el fotoprotector sobre la piel al menos media hora antes de exponerse al sol y hacerlo en cantidad abundante y bien distribuida. "Mi recomendación es que se haga cómodamente en casa, frente a un espejo para no olvidar partes delicadas como orejas, empeines o plantas de los pies", aconseja la especialista en dermocosmética. Si la exposición a los rayos UV se produce inmediatamente después del aplicado de la crema solar, los agentes protectores aún no habrán empezado a hacer efecto, y el riesgo de sufrir una quemadura será elevado. 

¿Cada cuánto tiempo tengo que renovar la aplicación?

Lo ideal es aplicar la crema cada dos horas como mínimo para garantizar su efecto. Aunque los productos actuales sean resistentes al agua, es conveniente repetir la aplicación tras el baño. Los protectores solares pueden perder su efectividad, sobre todo, si nos frotamos con la toalla, ya que elimina el 80% de la crema. Ocurre lo mismo si el tiempo de inmersión es mayor. Por otro lado, hay que recordar que existen diferentes tipos de protectores resistentes al agua: 

  • 'Water resistant': si el 70% de la fotoprotección resiste a los 40 minutos de inmersión (dos baños de 20 minutos).
  • 'Waterproof': son muy resistentes al agua. Pueden resistir después de cuatro baños de 20 minutos cada uno. 

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¿Protege lo mismo un producto con una textura en gel que otro con una textura más espesa?

Por supuesto. "Lo que hacen las distintas texturas es dar diferentes sensaciones, pero lo que hace que un producto sea un protector solar son los filtros que contienen y que figuran en el etiquetado, estos pueden ser físicos, químicos, organominerales y biológicos. Generalmente, son mezclas que proporcionan la eficacia al protector solar", indica la doctora en Farmacia Ana Aliaga. 

¿Caducan las cremas de sol?

Como verás en el envase, un tarro abierto puede durar hasta 12 meses, por tanto, mantendrá intacta su efectividad durante ese tiempo. A partir de entonces, puede perder sus propiedades y no proteger la piel de una manera óptima, según indica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Para garantizar su correcta conservación, los envases con producto se deben guardar en armarios o cajones alejados de la exposición al sol y con una temperatura estable. Si cuando lo abras detectas un olor extraño o una textura más líquida de los normal, es probable que no conserve la protección inicial. 

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¿Tengo que ponerme protección si estoy a la sombra o el día está nublado?

Sí. Y también es conveniente que uses otros métodos. Los especialistas en dermatología abogan por usar medidas de protección naturales como la ropa, sombreros con alas o sombrillas. Un sombrero de ala protege con un factor 15 hasta la barbilla y la sombra otorga un factor de protección contra la luz que oscila entre el 4 y el 15. Pero hay que desconfiar de las sombrillas y del tiempo nuboso. Si existe luz suficiente para leer bajo una sombrilla, podemos quemarnos, así como si el día está nublado. 

¿Si me pongo crema solar puedo prevenir el cáncer de piel? 

Según comenta Ana Aliaga, "para tener características preventivas los productos de protección solar deben proteger frente a ambas radiaciones UVB y UVA, aunque esto no quiere decir que puedan ofrecer una protección total frente a los riesgos de la radiación UV. Por ello es tan importante seguir consejos adecuados de aplicación, reaplicación, medidas protectoras complementarias como ropa, sombrero, gafas...". 

Consejos prácticos para prevenir la quemadura solar y el cáncer de piel

Después de haber elegido el protector solar que cumpla nuestras expectativas, debemos de tener en cuenta algunos consejos:

  • Aplicar antes de la exposición solar, con la piel seca y limpia, mejor en casa, de forma correcta y generosa, es decir, en cantidades similares a las empleadas en los ensayos (2 miligramos por centímetro cuadrado) que equivale a 36 gramos para un cuerpo de un adulto de talla media. La reducción de menor cantidad de protector solar conduce a una disminución de la protección solar, por ejemplo si se reduce a la mitad la aplicación, la protección ofrecida puede ser hasta tres veces menor. 
  • Repetir con frecuencia la aplicación.
  • Utilizar ropa, gorra y gafas.
  • Evitar tomar el sol a las horas del mediodía (12 a 16 horas).
  • Informarse del UVI, índice ultravioleta diario, para saber que, en el caso de que sea alto, debemos extremar las medidas de protección. 
  • No exponer al sol a niños menores de 3 años.
  • Intensificar las medidas protectoras en ancianos, embarazadas y aquellas personas que ya desarrollaron un cáncer de piel. 
  • Continuar usando fotoprotectores aunque la piel esté bronceada.
  • No utilizar protectores solares abiertos el año anterior. 
  • Extremar medidas de protección ante olas de calor, beber agua para evitar deshidratación, no exponerse al sol, evitar hacer deporte en horas centrales, consultar al farmacéutico si está tomando medicamentos fotosensibilizantes que pueden dar una reacción y por ello usar protectores solares diarios en zonas expuestas.