Por qué la redes sociales podrían estar acabando con tu empatía
Calcula cuál es el número de 'likes' que realizas al día en redes sociales y piensa en si realmente esas publicaciones te gustan de verdad o es solo una costumbre. ¿Eres sincera con tus valoraciones? ¿Sientes ansiedad cuando los demás no valoran lo que tu publicas en 'likes'?
Todo lo que tiene que ver con las redes sociales tiene dos caras; la misma herramienta aporta beneficios y a la vez puede tener efectos negativos sobre cómo digerir ciertos sentimientos, deseos y aspiraciones. Cómo proyectamos nuestra personalidad en las redes sociales y percibimos la de los demás afecta a nuestra empatía.
Esta es una paradoja muy interesante que tiene que ver con tu nivel de autoestima, humildad y sociabilidad. No a todo el mundo le afecta por igual el uso de las redes sociales, todo depende de tus necesidades afectivas y del tiempo que les dediques pues, si las usas como un mero divertimento esporádico obtendrás un resultado, y si crees que no podrías vivir sin ellas probablemente estés en otro estado.
Piensa cuántas veces revisas las redes a lo largo del día. ¿Qué pasaría si intentaras limitar su uso? ¿Te generaría ansiedad? ¿Sentirías que te falta algo importante? Piensa también en qué medida deseas vivir momentos dulces en tu vida solo para poder retratarlos adecuadamente y subirlos a redes. Si la respuesta a estas cuestiones tienen muy en cuenta un uso profundo de las redes sociales, los especialistas en psicología recomiendan hacer un examen a fondo de tu situación emocional. La razón es que, probablemente, en ese caso, mantengas cierta adicción a “vivir” en este mundo digital, y tu forma de empatizar con los acontecimientos y los puntos de vista de los demás esté derivando en una ultra-sensibilidad acerca de tu posición en redes sociales y, seguramente, en una falta de empatía hacia los demás.
Lo que mostramos en las redes suele estar destinado a agradar. Queremos gustar. De la misma forma que elegimos un bonito vestido, solo mostramos en redes la faceta más atractiva de nosotros mismos. No siempre es apariencia, podemos compartir ideas o noticias. Pero en un porcentaje elevado lo hacemos para recibir la aprobación de los demás. Queremos sentir que acertamos, que gustamos y que se nos tiene en cuenta.
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Adictos al 'like'
Por un lado nos hacemos dependientes de la aprobación de los otros, queremos que todo lo que decimos o fotografiamos guste, y si una publicación no goza de ningún like, la consideramos un fracaso. Hay personas que revisan cada cierto tiempo sus publicaciones y borran los posts que no tienen likes. ¿Qué ocurre en estos casos? ¿Lo que publicaste deja de ser bueno porque no tiene la aprobación de los demás?
Revisar quién ha dado like y quién no a tus publicaciones también puede entenderse como pasar lista a quienes “de verdad” nos valoran y tienen en cuenta su vida. Hay que tener cuidado con esta forma de apreciar la realidad, pues puede acabar siendo perjudicial a la hora de valorar nuestro entorno social. Si crees que quien no te da like no se preocupa por ti lo suficiente, puede que debas evaluar hasta qué punto las redes sociales te importan más que las relaciones “reales”.
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Falta de empatía por los demás
Las redes sociales provocan que te enteres de cosas de tus amigos en momentos al azar. Cuando estás en el aseo, cuando hablas con otras personas, en medio de una reunión o de una junta de vecinos. En ese momento revisas el móvil como un acto reflejo y lees que alguno de tus amigos está feliz por una noticia, o triste por un mal acontecimiento. Entonces le das like, o eliges un estado anímico de Facebook: enfado, ira o sorpresa. Exteriormente, las personas con las que estás no saben que te alegras y te entristeces por lo que acabas de ver, no demuestras tus sentimientos porque generalmente quien tienes delante, realmente, no tiene nada que ver con las noticias que has leído.
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Al otro lado, tus amigos reciben tus likes como si realmente te importara. Pero es muy probable que lo hagas de forma rutinaria. Es más, como si esto fuera un capítulo de Black Mirror, es muy probable que la mayoría de los likes que damos no nos importan nada. Esto genera una rutina que acaba por establecerse en nuestra forma de recibir novedades, de valorarlas y de compartirlas. Si pasamos el día diciendo que nos gustan cosas que nos dan igual, es muy probable que tu empatía se vuelva cada vez más pasiva, mientras los likes que tu deseas recibir se convierten en una necesidad irrefrenable.
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