La gestión eficaz del tiempo es una de las habilidades que más beneficios nos aportan en nuestro día a día. Suena a algo propio del terreno empresarial pero nada más lejos de la realidad; saber organizarse con cabeza permite concluir tareas a tiempo, rebajar el estrés que generan los asuntos pendientes y disfrutar de espacios para ti, algo no solo positivo sino necesario. En los tiempos que corren, con horarios maratonianos de trabajo, una casa de la que ocuparse, una vida social que mantener y el agobio que supone hacer compatible todo esto con la faceta familiar es fundamental tener un esquema que te permita 'agendar' y priorizar tu día a día.
Sin planificación surge el desorden, pero no pienses que se trata de adquirir un régimen militar, solo de recolocar tu jornada para que sea más productiva y a la vez más saludable para ti. ¿No sabes por dónde empezar? Te damos algunos consejos
Atención al reloj biológico
Nuestra salud es lo más importante, por lo que debemos empezar por poner atención a los ritmos de nuestro cuerpo. Arranca con un desayuno completo y disfrútalo sentada, toma algo a media mañana y media tarde y establece unos horarios sensatos para la comida y la cena. Por supuesto, respeta el descanso. Nuestro cuerpo tiene su propio reloj y necesitamos acompasarnos con él. Solo empezando por aquí el plan será exitoso.
Lista y prioriza
Muchas veces somos incapaces de organizarnos porque tenemos todo en nuestra cabeza como si de un cajón desastre se tratase. Sácalo, ponlo por escrito. Empieza por listar todas esas cosas pendientes que te estresan y otorga prioridad a cada una de ellas. De esta manera podrás ver claramente también qué necesitas para poder completarlas o cómo optimizar el tiempo. Por ejemplo, si tienes que ir a comprar un regalo, aprovecha para ir a un lugar donde puedas hacer otras compras pendientes o si llevas tiempo para quedar con una amiga ¿qué tal si le propones esa sesión de manicura que llevas posponiendo semanas?
Planifica tu día
Si no usas agenda desde la universidad puede que haya llegado el momento de retomar la costumbre. Anota fechas importantes, planes, información práctica que te ayude a planificar con tiempo… y reparte de manera realista las ocupaciones del día. Es un recurso estupendo para poder tener a golpe de vista la organización completa de tu día, y que te resulte más sencillo ver los posibles 'huecos' y decidir en qué invertirlos. Igual tienes tiempo de un paseo entre la cita de médico y recoger la ropa de la tintorería. ¡Aprovéchalo!
Relájate y reflexiona
Hacer balance te permitirá sentirte satisfecha y/o darte cuenta de qué manera lo hubieras podido hacer mejor. Dedica cinco minutos antes de dormir para darte cuenta de cómo te ha sentado el día, qué te ha hecho feliz, qué ha podido generarte agobio… Observar cómo te hacen sentir las diferentes ocupaciones del día te ayudará a planificar en conexión contigo misma y motivará para seguir adelante en tu plan de orden particular.