Disponer de tu propio huerto es un pequeño gran lujo del que no todo el mundo tiene la suerte de disfutar. Ya sea urbano, ubicado en un pequeño rincón de la terraza o el balcón, o bien si dispones de un terreno más amplio, cultivar tus propias verduras y hortalizas para el autoabastecimiento supone una gran satisfacción, además de promover un consumo más controlado, responsable y, sobre todo, ecológico. Entre toda la variedad de cultivos posible, el del tomate suele ser uno de los más extendidos al tratarse de uno de los vegetales más empleados en nuestra cocina. El periodo de plantación tuvo lugar con la llegada de la primavera y las tomateras deberían comenzar a dar sus frutos en breve. Sin embargo, que esta planta dé unos tomates sabrosos y aptos para el consumo requiere una serie de condiciones y cuidados específicos, ya que, ante todo, necesita mucho sol y agua.
Una vez resueltos estos requerimientos previos, nos podemos enfrentar a otra serie de problemas, como que las flores no den fruto, o que aparezcan otro tipo de dificultades, incluso, cuando los tomates ya han comenzado a madurar. Por ejemplo, es bastante habitual que tengan grietas, que presenten un color un poco apagado o que en su base aparezca una mancha oscura de gran tamaño. A continuación, te explicamos cuál puede ser el motivo y qué hay que hacer para solucionarlo.
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Flores que no dan fruto
Si a tus tomateras comienzan a salirles flores, pero estas se marchitan sin dar fruto, es probable que se deba a la falta de riego, sobre todo, en épocas de altas temperaturas. Una de las mejores soluciones a este problema es la colocación de un sistema de riego automático por goteo con programador que mantenga siempre un nivel óptimo de humedad en la tierra.
Agrietado
Si a tus tomates les comienzan a salir grietas sin llegar a estar lo suficientemente maduros es posible que se trate de un desequilibrio hídrico (ocasionado por un riego irregular o periodos de sequía) o que la planta sufra unos bruscos cambios de temperatura entre el día y la noche. Para evitar su aparición, ten cuidado con los encharcamientos y con un exceso de abono, ya que así el fruto crece muy rápido y se agrieta con facilidad.
Podredumbre
Es común que en la base de los tomates aparezcan una serie de manchas oscuras. En este caso, puede que te enfrentes a un problema de podredumbre ocasionada por exceso de calor, riego irregular o una alta salinidad del terreno. Ante estos casos, lo más recomendable es evitar los encharcamientos a la hora de regar y alejar los puntos de riego de las raíces para que estas se extiendan y se desarrollen buscando el agua.
Pérdida de color
Un exceso de sol también puede dañar la apariencia de los tomates haciendo que pierdan su color en algunas zonas y tengan un tacto similar al del papel. Para solucionar este problema, cámbiala de lugar o coloca una sombrilla cerca de la tomatera. Asimismo, evita podarla en exceso para que los frutos no queden demasiado desprotegidos ante los rayos solares.