¿Es la reducción de estómago eficaz contra la obesidad?

Cuando fallan métodos más tradicionales como hacer dieta y ejercicio contra el exceso de peso, la cirugía puede ser el remedio más útil. Te explicamos cuándo funciona

Por hola.com

El método más efectivo para perder peso es comer menos y hacer más ejercicio. Sin embargo, para las personas que sufren obesidad esta técnica, que a la mayoría nos funciona, puede no ser suficiente. En estos casos, la reducción de estómago puede contemplarse como una alternativa para combatir esta  enfermedad que está asociada a otras como la diabetes, problemas de corazón e, incluso, cáncer. 

Para saber si esta intervención quirúrgica es adecuada, la nutricionista y colaboradora de ¡HOLA!, Marta Lorenzo, nos explica en qué consiste y qué pacientes pueden ser candidatos a someterse a una reducción de estómago. Antes vamos a entender a qué se debe la obesidad. 

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¿Por qué se produce la obesidad?

La obesidad es una enfermedad que, en la mayoría de los casos, está relacionada con la proporción de comida ingerida. Sin embargo, otras veces se debe a otras patologías o, incluso, al consumo de determinados medicamentos.

Si una persona sufre este problema por un exceso en la dieta, hay que valorar si se produce por el mero placer de consumir ciertos alimentos o por ansiedad. De hecho, el hambre emocional es decir, la necesidad de calmar los nervios con la comida, es un mal que aqueja a un elevado porcentaje de la población y del que se oye hablar mucho en los últimos años. 

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Dieta para bajar de peso o cirugía

Cuando la obesidad llega a ser excesiva, seguir una dieta para bajar de peso puede resultar muy complicado, puesto que se requiere mucho tiempo para eliminar todos los kilos que sobran. A pesar de que al principio exista mucha motivación, el proceso puede llegar a ser desesperante, frustrante y es probable que se produzca el abandono del régimen. 

En estos casos y siempre que se valore en un centro médico y no existan contraindicaciones, se puede recurrir a una intervención del estómago, siendo la cirugía baríatrica, también conocida como cirugía de la obesidad, la más conocida. Según explican expertos de la clínica Opción Médica, especializados en esta patología, existen distintos tipos de intervención y se dividen por métodos menos invasivos y más invasivos: 

Mínimamente invasivos

Este tipo de tratamientos son aquellos que pueden realizarse vía oral, que no dejan ninguna cicatriz al paciente:

Método POSE. Tratamiento que consiste en la reducción de la forma y el tamaño del estómago permanentemente a través de diferentes pliegues que reducen y limitan la extensión de la propia zona y a la vez actúan sobre la secreción de grelina, hormona encargada de producir la sensación de saciedad. Los pliegues producidos modifican la forma y producen un enlentecimiento del vaciado gástrico ayudando también a perpetuar el efecto saciante.

Balón intragástrico. Tratamiento que consiste en introducir durante 6 meses en el estómago un balón de silicona por vía oral, sin cirugía, acompañado de una ligera sedación para que el paciente no sienta dolor. Una vez colocado en el estómago, el balón se rellena con suero fisiológico para provocar sensación de saciedad, inhibir el apetito y permitir al paciente comer porciones más pequeñas y seguir una pauta dietética baja en calorías.

Balón gástrico ajustable. Tratamiento que cuenta con un diseño especial que permite aumentar y disminuir su tamaño, si es necesario, para perpetuar la sensación de saciedad. Asimismo puede permanecer en el estómago hasta 1 año, por lo que el paciente goza del doble de tiempo para afianzar los nuevos hábitos de estilo de vida y alimenticios.

Reparación post-Bariátrica. Procedimiento indicado para aquellos pacientes que han recuperado peso tras someterse a una cirugía bariátrica. A través de la boca y con instrumental especial el médico realiza un número determinado de anclajes mediante suturas con el fin de reducir los volúmenes gástricos dilatados con el tiempo, tanto en la zona gástrica como en la duodenal, limitando también el diámetro de la salida del estómago. El objetivo es que el paciente recupere la sensación de saciedad y limite su ingesta diaria de alimentos. 

Cirugía baríatrica o de la obesidad 

Tubo gástrico o SleeveReducción laparoscópica del estómago en su curvatura mayor a través de la disminución de su capacidad hasta los 80-120cc. Normalmente, está aconsejada a partir de un IMC de 35 pero depende de otros factores como la conducta alimentaria del paciente. La gran ventaja frente a otras Técnicas es que no presenta secuelas malabsortivas ni déficit de minerales o vitaminas.

Bypass gástrico. Es la cirugía de la obesidad más realizada y con resultados más contrastados. Consiste en realizar una reducción del volumen del estómago y, al mismo tiempo, provocar que los alimentos no se absorban adecuadamente en el intestino delgado. Esto permite una buena calidad de vida con pérdidas de peso importantes y mantenidas a largo plazo (60-75%). Generalmente, está indicada para un IMC superior a 40.

Cruce duodenal. Técnica mixta que combina dos intervenciones; una con fin restrictivo y la otra con finalidad malabsortiva, de forma que ambas se suman. Así, se restringen tanto la ingesta como la cantidad de calorías y nutrientes que el cuerpo absorbe. La cirugía se realiza mediante laparoscopia, lo que permite un postoperatorio más corto y con menos complicaciones.

Es importante que el paciente sepa que el tratamiento contra la obesidad no finaliza cuando termina el postoperatorio, sino que es esencial hábitos dietéticos saludables para no volver a engordar, así como tener una vida más activo. Por otro lado, este tipo de cirugía, como hemos visto, puede provocar déficits nutrionales, por lo que es necesaria la suplementación de ciertas vitaminas y minerales, en algunos casos, de por vida.  

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¿Se puede operar cualquier persona con sobrepeso u obesidad?

La respuesta es no. Para poder ser sometido a una intervención de este tipo, el IMC (índice de masa corporal) debe ser superior a 40. Esta cifra se obtiene a través del siguiente cálculo, que utiliza la altura y el peso como parámetros:

IMC= Peso / altura ( m2)

Sin embargo, en caso de enfermedades asociadas con la obesidad, la cirugía se podría plantear a partir de un IMC de 35.

Tras la intervención ¿existe un 100% de éxito para lograr un peso ideal?

Generalmente, el porcentaje de éxito es muy elevado, pero existe entre un 10 y un 20% de personas en las que falla, volviendo a aumentar su peso. ¿A qué se debe?

Pues bien, lo cierto es que no sólo basta con la operación. Como decíamos, una alimentación saludable y la realización de ejercicio físico son cruciales a la hora de mantener el peso ideal.  

Normalmente, con las dietas, debemos variar la alimentación poco a poco hasta que el cuerpo se acostumbre. Sin embargo, en caso de intervención quirúrgica, el cambio ha de ser inmediato.

En cuanto a la actividad física, las personas que no estan acostumbradas a hacer ejercicio o no les gusta, les cuesta habituarse a una rutina, ya que lo consideran una obligación. La ayuda emocional que puede aportar un entrenador personal, la consecución de pequeñas metas, motivarse a través de apps, y buscar un ejercicio que resulte más atractivo (por ejemplo, caminar a paso rápido) ayuda a cumplir con el reto diario de moverse. 

Por último, como hemos señalado, uno de los problemas más severos que suelen sufrir estas personas que sufren obesidad es la ansiedad. Sin la ayuda de un especialista que la trate, bajar de peso y sobre todo, mantenerlo, será una tarea complicada. De hecho, se trata de un factor decisivo durante el proceso de pérdida de peso, ya sea tras una intervención quirúrgica o a través de dietas. 

De ahí que el abordaje de la obesidad debe ser multidiscipliar y que incluya un psicólogo en el equipo de profesionales que atienda al paciente para lograr el éxito definitivo. 

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