Cuando las temperaturas se hacen más calurosas empiezan a verse en el campo las frambuesas en su máximo explendor. Esta fruta silvestre mantiene un sabor agridulce que sirve tanto para ser degustada al natural, como para incluirse en preparaciones reposteras o hacer con ellas mermeladas o bebidas refrescantes.
A pesar de que hoy se cultiva en muchas partes del mundo, la frambuesa es originaria de europa, y se cree que surgió por primera vez en Grecia, cuando ya en la época clásica se consumía y posteriormente formó parte de la dieta de los romanos.
Sin embargo, no solo su sabor, historia y utilidades gastronómicas son reseñables, pues además esta pequeña fruta mantiene muchos beneficios para nuestra salud que le hacen única. Es indicada para formar parte de las dietas adelgazantes, porque son hipocalóricas. Por cada 100 gramos de esta fruta estamos ingiriendo solo 40 kcal, dado que solo aporta 5 gramos de hidratos de carbono y 0,3 de grasas vegetales.
Como muchas frutas, tiene un alto contenido en agua, en el caso de la frambuesa su porcentaje asciende al 87%, y por cada 100 gramos de producto, obtendremos 7 g de fibra, lo que la convierte en un diurético muy aceptable para mantener nuestra regularidad, hacer frente al estreñimiento y dinamizar el peristaltismo intestinal.
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Un abecedario de vitaminas
Hay frutas que aportan un sinfín de beneficios, y en el caso de las frambuesas cuando nos referimos a las vitaminas que nos da no tienen límite. La más importante son las C y E, y así en unión es como resultan más antioxidantes, pues bloquean los efectos de los radicales libres, que son moléculas responsables de la oxidación y envejecimiento celular. Y, de esta forma, contribuyen a detener y suavizar los efectos de la edad, conservando más tiempo la salud de la piel, cartílagos, vasos sanguíneos y los tendones.
Por cada 100 gramos de frambuesas estamos ingiriendo 32 mg de vitamina C, lo que equivale al 50% de la ración diaria que necesitamos. También hay que sumar a esta lista la vitamina B6, niacina, riboflavina, folatos, tiamina y compuestos fenólicos como los antocianos, que también favorecen la lucha contra el envejecimiento a nivel celular.
Los antioxidantes no solo son menos envejecimiento
Si el envejecimiento parece importante a nivel estético, es importante analizar que realmente la lucha contra los radicales libres que ejercen la vitamina C y E de las frambuesas nos están dando mayor calidad de vida, pues disminuyen las probabilidades de desarrollar enfermedades circulatorias y de tejidos.
Los antioxidantes son protectores de nuestro cuerpo, lo miman por dentro y por fuera porque evitan que se deteriore, y de esta manera hacen frente a enfermedades coronarias, luchan contra la posibilidad de desarrollar cáncer y son efectivos contra las cataratas y otras alteraciones del tejido ocular.
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Come frambuesas de la mejor manera
Te habrá pasado que en ocasiones dejas las frambuesas en la nevera y al poco tiempo están ya sin vida. Dado el alto contenido de agua de esta fruta, y lo fina que es su piel, cuando las conservamos en la nevera sus paredes se resecan y el agua se evapora. Podemos decir, por tanto, que se trata de una fruta muy perecedera.
Es recomendable consumir en muy poco tiempo después de haber sido adquirida. Y, como consejo, nunca la laves antes de meter en la nevera para almacenarla. El agua hace que se deteriore con mayor velocidad. Solo lávalas cuando vayas a consumirla. Y si percibes que un buen número de frambuesas ya se están echando a perder en tu cocina haz mermelada con ellas, es sencillamente deliciosa.
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