Existe un término que define a las personas que sienten fobia a quedarse solteras y que demuestran una auténtica obsesión por emparejarse cuanto antes. El término concreto es “anuptafobia” y no se trata solo de una nomenclatura, sino de un perfil psicológico que podemos detallar y entender, porque actúa bajo unos parámetros muy concretos.
Porque bien podríamos pensar que quien más y quien menos alberga deseos de no estar solo y de conseguir emparejarse para disfrutar de momentos únicos en compañía. Sin embargo, la anuptafobia se identifica muy fácilmente en algunos supuestos donde no está tan claro que los momentos que se viven en pareja sean de auténtica calidad, y que las razones por las que la unión se mantiene sean coherentes y habituales.
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Una baja autoestima es un rasgo de los anuptofóbicos
Para empezar, según los especialistas, la forma más saludable de entregarte a una pareja es sobre el presupuesto de que eres capaz de vivir en soledad sin ningún problema. Cuando se es capaz de conseguir el equilibrio viviendo sin pareja, se aprende a cargar con uno mismo y a fortalecer ciertos grados de autoestima que son muy necesarios para enfrentarse a la vida de forma saludable.
Tener pareja puede acabar sirviendo de parche para una necesidad de refuerzo positivo a tus inseguridades, pues en cuanto compartes tu vida con alguien dispones de un igual que está cerca y que te apoya, que se pone de tu lado y te recuerda constantemente que no estás sola.
Tener pareja es la constatación de que hemos sabido importale a alguien, que nuestra personalidad ha logrado enamorar y ser correspondida y, de una forma global, que hemos sabido completar los pasos del enamoramiento. De una forma teórica, tener pareja puede significar disponer del “sello” de aprobación de otra persona, lo que a niveles psicológicos puede acabar siendo un seguro o un placebo que refuerza nuestra seguridad y autoestima.
El problema de quienes sufren anuptafobia es que que realmente se trata de una forma de relacionarse basada en un amor no del todo honesto. En cierto porcentaje, el terror a verse en soledad y sin apoyo de la pareja es superior al amor que se siente y, por tanto, no es fácil ser libre y acabar con la relación si consideramos que puede llegar a su fin.
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Los anuptofóbicos son celosos y sufridores
Los celos son una manifestación clásica de la baja autoestima. De nuevo se confirma que la anuptofobia, es decir, la necesidad acuciante y absorbente de tener pareja desarrolla una carencia afectiva y de confianza. Los anuptofóbicos son personas celosas, porque temen ser abandonados y caer en una soltería que les llevaría al fracaso total. No pueden pasar ni un solo día sin la sensación de que le importan alguien, y esto puede acabar desembocando en la perpetuación de relaciones que, tal vez, hacía años que deberían haberse dado por rotas.
Cuando el anuptafobo siente que no es feliz con su pareja, porque han llegado a un punto muerto o porque existen malos hábitos que no soporta, la solución rara vez pasa por dar fin a la relación, sino que más bien tratan de sobrellevarlo, pues estiman que es un mal menor soportar a la pareja antes que volver a un estado de soltería.
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