Los perros no se diferencian demasiado a los humanos en cuanto a cómo utilizan su dentadura y las fases por las que esta pasa. En efecto, también los cachorros tienen dientes de leche que pierden al poco tiempo, cuando con apenas cinco y seis meses desarrollan con gran rapidez los dientes definitivos. Sus piezas dentales les acompañarán toda la vida, y se verán amenazadas por los golpes, los alimentos duros, el sarro, la placa y las caries.
Una dentadura canina bien cuidada es síntoma de salud, porque en función de cómo tenga sus dientes, tu perro podrá prevenir trastornos alimenticios. Cuando un perro no mastica bien porque siente dolor o imposibilidad para masticar, está ingiriendo los alimentos sin preprocesar, y eso hace que su estómago se vea obligado a trabajar más, a desgastarse a mayor velocidad y este hecho puede desencadenar atragantamientos e indigestiones.
Además, una mala dentadura es la puerta a problemas en los riñones y del sistema circulatorio, e infecciones. En todo momento debemos tenerlo en cuenta y atender a nuestra mascota como se merece, pues lo más probable es que si tiene algún problema en su dentadura no nos avise de ello y pase completamente desapercibido. Los perros ni hablan ni son especialmente dados a transmitir con claridad sus problemas, pues a nivel consciente no acaban de ser del todo conocedores de que su dentadura tiene un problema y que tú puedes ayudarles a superarlo.
Leer: Contra la tensión, abraza a tu perro
Los perros también usan cepillo y pasta de dientes
Si no vigilas la salud dental de tu perro, llegará un momento en el que sea insostenible. Porque el animal desarrolla un mal aliento que hace que sea muy desagradable oler su respiración, y porque la falta de limpieza en su boca le puede hacer acumular una cantidad de sarro considerable. De esta forma, cada seis u ocho meses puedes acabar viéndote en el deber de llevarle al veterinario para una revisión formal y para que se pongan medidas. Lo malo de esto es que para realizarle una limpieza de sarro hay que aplicarle anestesia, lo que no es plato de gusto nunca ni para el perro ni para sus dueños.
La forma de prevenir esta situación es vigilar su alimentación. Aunque comúnmente se considera que los piensos secos son menos saludables para ellos que las comidas suaves e hidratadas, lo cierto es que el pienso les obliga a masticar y eso es una muy importante seña de identidad de la salud dental. Cada vez que el perro muerde el pienso está eliminando sarro y favorecen su limpieza dental. Pero tenlo en cuenta, también puedes ofrecerle tendones de vaca secos y fibras vegetales, que le divertirá mucho masticar y velarán por su salud.
Leer: ¿Estás genéticamente predispuesta a tener perro?
Cepillos y pasta de dientes para perros
Existen cepillos y pasta dentífrica para perros de la misma forma que hay para los humanos. Sin embargo, ambas cosas están adaptadas. El cepillo es más grueso, pues se hace difícil acceder sus dientes en función de su raza, y además la pasta de dientes precisa de tener un sabor suficientemente agradable para que lavarle los dientes no se convierta en una experiencia desagradable y el perro lo disfrute y quiera repetir. Los cepillos pueden tener forma de dedal, que deberemos introducir en su boca y frotar.
Pero, atención, no sirve ni un cepillo de humanos ni mucho menos la pasta de dientes que utilizamos nosotros. Esto es importante porque los niveles de Ph de los humanos y los perros son distintos, y la consistencia del cepillo humano podría, además, hacerle daño en la boca.
Ante todo, es muy necesario que cualquier decisión que tomes a la hora de cuidar la salud dental de tu perro la lleves a cabo sin molestarle en exceso. Es decir, que el perro perciba tus cuidados como un mimo divertido, y no como una penitencia, de lo contrario se hará muy difícil ayudarle y puede ser peor el remedio que la enfermedad.
Leer: Las razas de perro más grandes del mundo