Sara Carbonero anunciaba, ayer, en su cuenta de Instagram que ha sido operada de un tumor maligno en el ovario. A pesar de la dura noticia, la presentadora se mostraba llena de optimismo y fuerza y dispuesta a superar este nuevo contratiempo. Con más de 3.600 casos al año en España, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), el cáncer de ovario es el quinto tumor en frecuencia en mujeres, junto a los cánceres de mama, colon, útero y pulmón. Se trata de una enfermedad muy grave. Es la principal causa de muerte por tumores malignos ginecológicos en el mundo occidental. Varios factores influyen en la alta mortalidad de esta neoplasia, pero el más determinante es que la mayoría de pacientes (70-80%) se diagnostican en estadios avanzados (II y IV) de la enfermedad debido a la dificultad en el diagnóstico precoz, siendo un gran simulador de patología abdominal. Ello afecta de forma importante al pronóstico y evolución de la enfermedad. Aún así, la buena noticia es que la tasa de supervivencia de las pacientes con cáncer de ovario avanzado se ha triplicado en los últimos 20 años.
Algunos de los motivos de este aumento de la supervivencia son "la cirugía, que debe lograr la máxima resección del tumor, el mejor conocimiento del tumor y la incorporación de nuevos tratamientos", explica el doctor Raúl Márquez, jefe de la Sección de Tumores Ginecológicos de MD Anderson Cancer Center Madrid. Antes de abordar estos nuevos fármacos, vamos a conocer mejor qué es el cáncer de ovario y cuáles son los síntomas que pueden alertar de su presencia.
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¿Qué es un tumor maligno en el ovario?
Un tumor es un grupo de células que crece de forma descontrolada hasta formar una masa. Hay tumores benignos (no cancerosos) y tumores malignos (cancerosos con riesgo de hacer metástasis y extenderse a otros órganos).
¿A qué edad puede aparecer?
Según explica el doctor José Ángel Mínguez Milio de la Clínica Universidad de Navarra, “aunque habitualmente aparece después de la menopausia, puede surgir en mujeres jóvenes con antecedentes familiares de cáncer de mama u ovario como consecuencia de una mutación en el gen BRCA”.
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¿Cuáles son los factores de riesgo?
Según explica el doctor José Ángel Mínguez, de la Clínica Universidad de Navarra, los más importantes son:
- Herencia de genes mutados como el BCRA1 y 2 que también se relaciona con el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Síndrome hereditario de cáncer colorrectal no polipósico (HNPCC).
- Historia familiar: algunas veces el cáncer de ovario puede aparecer en más de un miembro de la familia, sin que esto tenga que ver con factores hereditarios conocidos.
- Historia personal de cáncer de mama.
- Edad: más frecuente en la postmenopausia.
- Fertilidad: no haber tenido hijos. Haber sido sometida a tratamientos inductores de la ovulación, aunque esto parece más relacionado con el propio contexto de la esterilidad que no de la medicación.
- Terapéutica hormonal sustitutiva sólo con estrógenos.
- Obesidad o dieta rica en grasas.
¿Se puede prevenir?
“Podemos prevenir el cáncer de ovario en aquellas mujeres con esta predisposición extirpando los ovarios y las trompas una vez que hayan completado su deseo genésico, es decir, el deseo de tener hijos”, indica el especialista de la Clínica de Navarra. "Una ooforectomía profiláctica generalmente se recomienda solamente para las mujeres con un riesgo importante creciente de pecho o de cáncer ovárico. El riesgo de cáncer ovárico se puede reducir por 80-90% con una ooforectomía", añade la doctora Sandra Ortega, ginecóloga del Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime (Castellón).
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¿Qué síntomas tiene el cáncer de ovario?
El cáncer de ovario es una enfermedad silente, es decir, no da síntomas. Puede haber señales muy inespecíficas como, por ejemplo:
- Hinchazón abdominal
- Malas digestiones
- Ganas de orinar frecuentes
- Pérdida de peso sin justificar
- Alteraciones menstruales
Al tratarse de sintomatología que no se asocia, directamente, con la enfermedad, “se trata de un tipo de cáncer que, en la mayoría de los casos, se diagnostica tarde”, señala el doctor Raúl Márquez, jefe de la Sección de Tumores Ginecológicos de MD Anderson Cancer Center Madrid.
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¿Cómo se diagnostica?
La prueba para diagnosticar el cáncer de ovario es la ecografía transvaginal, que suele realizarse en la visita al ginecólogo. En el caso de que haya una sospecha, “se realizarán otras pruebas, como un análisis de marcadores tumorales (CA-125), y debe completarse, asimismo, con una resonancia magnética, un TAC y/o un PET/TAC, pruebas de imagen muy específicas que necesitará el cirujano para valorar cómo realizar la cirugía”, señala el doctor Márquez.
En este sentido, insiste el especialista, es fundamental que se haga una valoración muy precisa para que el cirujano, que debe estar especializado en ginecología oncológica y, en particular, en cáncer de ovario, pueda realizar una extirpación muy precisa y completa para evitar que quede cualquier resto de enfermedad, ya que, como advierte el doctor “de una buena cirugía, realizada por ginecólogo oncólogo, y en el contexto de un equipo multidisclinar, especializado en esta enfermedad, dependerá el pronóstico de la paciente”.
¿Cómo ayuda al diagnóstico la combinación de análisis genéticos y marcadores tumorales?
"Con un diagnóstico de cáncer de ovario está recomendado el estudio genético en busca de mutación en los genes BRCA1 o el gen BRCA2. Algunos cánceres de ovario están vinculados a mutaciones en estos u otros genes", dinca la doctora Sandra Ortega, ginecóloga del Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime (Castellón).
El marcador tumoral Ca 125, aunque no es específico para cáncer de ovario, se encuentra elevado en el suero en el 80% de las mujeres con carcinoma de ovario, en el 26% de las mujeres con tumores ováricos benignos y en el 66% de las pacientes con condiciones no neoplásicas.
Según añade la especialista del Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime, también se descubrió una proteína epididimal humana 4 (HE4) como biomarcador temprano para neoplasmas de ovario. Hasta la fecha, se ha demostrado que HE4 está sobre-expresado en:
- Aproximadamente el 90% de mujeres con cáncer de ovario seroso.
- 99% de las mujeres con cáncer de endometrio y ovario.
- 50% de las mujeres con cáncer de células claras
Ante el hallazgo ecográfico de una masa anexial sospechosa deberíamos completar el estudio con estos marcadores
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¿Cuál es el tratamiento del cáncer de ovario?
Los dos pilares básicos del cáncer de ovario son la cirugía y el tratamiento sistémico. El tratamiento estándar del cáncer de ovario avanzado consiste en la realización de una cirugía con el máximo esfuerzo citorreductor, ya que lograr la resección de todo el tumor visible es uno de los principales factores pronósticos en esta enfermedad. En función de una serie de criterios clínicos, se administra un tratamiento de quimioterapia previo y/o posterior a la cirugía con carboplatino y un taxano, habitualmente paclitaxel.
Riesgo de recaída
Aunque los resultados del tratamiento primario han mejorado gradualmente, la mayoría de las mujeres tendrán una recaída en los dos primeros años. Los principales factores de riesgo de recaída son el estadio al diagnóstico (carga tumoral) y la cantidad de enfermedad residual dejada tras la operación. La elección del tratamiento a la recaída dependerá del tipo tumoral, de la duración de la respuesta a la primera línea, de las toxicidades presentadas y de agentes utilizados, de la situación clínica y preferencias de la paciente y de la presencia o no de mutaciones en BRCA. La identificación de factores predictores / biomarcadores es vital para ello.
Asimismo, existen otra serie de tratamientos complementarios a los esquemas de quimioterapia que actúan sobre dianas específicas del crecimiento tumoral y que han demostrado ser beneficiosos en diferentes escenarios del cáncer de ovario avanzado. Una de estas estrategias terapéuticas es el tratamiento antiangiogénico, representado por bevacizumab, que persigue el bloqueo de la formación de nuevos vasos sanguíneos por el tumor para así dificultar su crecimiento.
Inhibidores de PARP
Un 20-30% de pacientes presentan mutaciones en BRCA 1/ BRCA 2, ya sea a nivel germinal (en todas las células del cuerpo, hereditarias) o somático (en el tumor, no hereditarias). En el momento actual, existe indicación de realizar un estudio genético en todas las pacientes diagnosticadas de carcinoma de ovario epitelial no-mucinoso, independientemente de la historia familiar. Además, entre un 20-30% de pacientes, adicionalmente, también presenta alteraciones en el tumor en otros genes implicados en las vías de reparación del ADN, en lo que ha venido a llamarse Dédicit de la Recombinación Homóloga (HRD).
Estos hallazgos han permitido identificar un grupo de pacientes (casi la mitad de las paciente con cáncer de ovario) especialmente sensible a unos fármacos nuevos denominados inhibidores de PARP (iPARP). Según el doctor Raúl Márquez, de MD Anderson Cancer Center Madrid, los últimos estudios han ofrecido resultados positivos,incluso, en la primera línea de tratamiento en cáncer de ovario y podrían marcar un cambio en el estándar de tratamiento. De hecho, señala que " algunas pacientes con mutación en BRCA podrían evitar la quimioterapia a favor de los inhibidores de PARP”, a la recaída. A día de hoy, existen tres fármacos aprobados –olaparib, niraparib y rucaparib–.
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